(f) Los años no son impedimento para manejar, pero hay que considerar aspectos básicos antes de hacerlo. Limitaciones y algunas soluciones para los conductores de edad avanzada.
Hoy se llega a «viejo» de otra manera; los cambios en el estilo de vida, los adelantos en la medicina y la mejor alimentación han generado una vejez demorada. Ya no existe una edad concreta para «ser viejo». Según estadísticas oficiales de 2012, los conductores mayores de 55 años participaron en un 18,5% del total de las víctimas fatales prducidas en siniestros viales. Si se considera sólo a los mayores de 65 años, la cifra baja a 8,6%.
Los 55 años es la edad bajo la cual se aprecian signos significativos de envejecimiento, que se acentúan al alcanzar los 70. Según los expertos, esta época es de alto riesgo en la seguridad vial debido a los diferentes comportamientos que el conductor y peatón presentan. Además, si existen lesiones que pudieran sufrir, serían más graves y el período de recuperación más extenso que el de una persona joven. De acuerdo a los relevamientos realizados, uno de los problemas más comunes de las personas mayores es el deterioro de la visión.
Un 80% de la información que se precisa para conducir proviene de la vista, uno de los órganos más vulnerables con el paso de los años. Un conductor de 45 años requiere cuatro veces más de luz que uno joven y uno de 60 años, aproximadamente 10 veces más. La cantidad de luz necesaria para conducir se duplica cada 13 años aproximadamente.
Otra limitación es la capacidad para distinguir los colores, especialmente el rojo. A algunos conductores de edad avanzada les lleva el doble de tiempo reconocer si las luces de frenos están accionadas o no, debido a que el ojo pierde la percepción de este color, generando un mayor riesgo. Por esta razón, los mayores de 65 años deben renovar su registro de conducir todos los años.
Según datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los problemas de vista son una de las causas más comunes de rechazo en la renovación del registro. Otro síntoma de la vejez es perder la habilidad para distinguir claramente los objetos que se encuentran en la vía pública, como son las señales de tránsito y los semáforos.
Una vez percibida la información por medio de los sentidos, se debe procesar y tomar una decisión con el fin de evitar cualquier acto inseguro; basado en lo anterior y llevado a la realidad, un conductor de edad avanzada procesa la información y reacciona en el doble de tiempo que una persona joven.
Los conductores de edad también requieren de más luz y más tiempo para ajustarse a las condiciones cambiantes de luminosidad, debido a que el ojo es más sensible al compararlo con un joven de 16 años. Un ejemplo de esto es que a una persona de más de 55 años, le lleva ocho veces más tiempo recuperarse del encandilamiento, con el riesgo que implica no percibir con certeza un elemento en la vía pública. Las disminuciones físicas y psíquicas provocadas por la edad influyen en aspectos como el sueño, la fatiga y el cansancio.
Toda persona, de acuerdo con su experiencia, posee ciertas habilidades y capacidades para tomar decisiones, pero cuando existe falta de coordinación de movimientos, la rapidez con que realiza su acción es más lenta y puede llegar a influir en su motricidad. Esto se agudiza en conductores de avanzada edad debido a que los músculos se tornan débiles y se restringe su habilidad para girar el volante, apretar los frenos, entre otras operaciones, haciendo que el conductor sea potencialmente peligroso.
Consejos
• Realizar recorridos conocidos, en especial, fuera de los horarios picos o de mucho tránsito.
• Evitar manejar de noche y las condiciones meteorológicas adversas, como lluvia o niebla.
• En la ruta, evitar los adelantamientos; hoy es muy difícil evaluar la velocidad de los vehículos que circulan en sentido contrario.
• Si debe ingresar o cruzar a una ruta considerada peligrosa, elegir los accesos o intersecciones señalizadas con semáforos.
• Descansar 15 minutos por cada 2 horas de manejo en ruta.
• Mantener una distancia de seguimiento de por lo menos 5 segundos con el vehículo que antecede. Realizar periódicamente un chequeo médico.
Fuente: Ingeniero Fabián Pons, / Para Clarín Buena Vida.