Un estudio reveló que son lo que están más expuestos entre los agentes del tránsito porteño. El informe además sostiene que crecen conductas de riesgo como no mirar al cruzar o hacerlo por lugares no permitidos.
El 36,7% cruza distraído. La mayoría porque va hablando con otra persona, pero también surgieron los «peatones tecnológicos», que van distraídos por el teléfono móvil. Foto: Néstor García
En Corrientes y Junín, una mujer espera que el semáforo se ponga en verde. Ella está en la vereda, pero el cochecito donde lleva a su bebé no y los autos le pasan a centímetros. En Cabildo y Federico Lacroze, la gente ignora el semáforo peatonal y cruza cuando el vehicular frena a los autos. Pero hay un semáforo de giro y, cuando los colectivos doblan hacia la izquierda para tomar Lacroze, muchos corren para evitar ser atropellados. En Lima y Juan de Garay una multitud cruza con luz roja, sin importarle que los vehículos avanzan a toda la velocidad. Los peatones son los actores más vulnerables del tránsito pero, también, los que menos se cuidan.
El 31,5% de los peatones espera parado en la calle para cruzar, en vez de hacerlo en la vereda. El 19,1% no respeta el semáforo. El 16,8% no cruza por la senda peatonal, sino en diagonal o a cualquier altura de la cuadra. Y el 10,9% cruza sin mirar, la mayoría porque ve que otra gente está haciéndolo. Estas son algunas conclusiones de una investigación que realizó el Observatorio Vial Latinoamericano (OVILAM), a propósito del Día de la Seguridad Peatonal, que se celebra mañana.
El estudio se basa en la observación de 20.036 personas en diez esquinas clave de la Ciudad: Alicia Moreau de Justo y Macacha Güemes, Belgrano y Diagonal Sur y los cruces de Callao con Córdoba; los de Cabildo con Juramento, Congreso y Federico Lacroze, y los de Lima con Independencia y Venezuela. «La gente cruza mal porque tiene una sensación de omnipotencia. Cree que no le va a pasar nada. Pero cada año mueren entre 30 y 40 peatones en la Ciudad. Y todos ellos también creían que no les iba a pasar nada», alerta Fabián Pons, presidente de OVILAM.
Una de las conductas riesgosas observadas en la investigación es que la gente no mira el semáforo, sino a los autos. Se fija en si paran o si vienen a baja velocidad y se largan a cruzar independientemente de si la luz los habilita o no. Y por el efecto contagio, cuando un peatón cruza mal, es habitual que otros lo sigan creyendo que el semáforo ya está verde.
Es que el 36,7% de las personas cruzan distraídas. El 18,5% porque va conversando con un acompañante. El 11,1% camina con auriculares puestos y el 5,5% hablando o manipulando su celular. Estos últimos son los «peatones tecnológicos», una tendencia que crece. En un estudio de 2014, OVILAM detectó que eran el 10,5% de los peatones, el año pasado el porcentaje subió al 13,8% y hoy llega al 16,6%.
También hay gente que cruza muy consciente de que la luz está en rojo y mira a los automovilistas con desafío. «La ley dice que el peatón tiene siempre la prioridad de paso absoluta y que el conductor debe usar todos los recursos posibles para evitar atropellarlo. Y hay quien cruza en rojo con la actitud de ‘vas a tener que parar, porque si me pisás vas a tener que pagar’. Pero corre el peligro de que le paguen a sus deudos o de sufrir heridas graves».
Según el informe de siniestralidad de la Defensoría del Pueblo porteña, en el primer semestre del año pasado murieron 17 peatones, que sólo fueron superados en mortalidad por los motoclistas, con 20 muertes. Pons explica que la mayor parte de los atropellamientos ocurren por vehículos que se suben a las veredas, personas que cruzan desaprensivamente o por otras que lo hacen bien pero son embestidas por conductores que no respetaron su prioridad.
Lo cierto es que la mayoría de los conductores no respeta la prioridad del peatón. Por eso, en algunas esquinas conflictivas, como Córdoba y Callao o Callao y Corrientes, el Gobierno porteño instaló cruces desplazados. La senda peatonal está a algunos metros de la esquina, que suele estar rodeada por rejas. Así queda un espacio para que se detengan los vehículos que doblan.
«Estas medidas de infraestructura son seguras, pero la gente tampoco las respeta. Un 8,1% de los peatones esquivan las rejas caminando junto al cordón y cruzan por un lugar prohibido sin que ninguna autoridad de control les diga nada. A esto se le suman problemas de señalización. Como en Córdoba y Callao, donde no borraron las antiguas sendas peatonales de las esquinas», dice Pons. Pero la peor de las esquinas enrejadas, según OVILAM, es la de Congreso y Cabildo, donde el 28,5% de los peatones las esquiva.
Pons insiste en que cruzar bien tampoco garantiza seguridad. «El otro también puede equivocarse -advierte-. Tenemos que convertirnos en peatones defensivos y para esto debemos estar atentos a las conductas de los demás. Porque lo que está en juego es nuestra vida».
Las 10 claves para cruzar la calle seguro
Cruzar por la senda peatonal o, si no la hay, por la esquina.
Respetar los enrejados de las esquinas y/o los cruces desplazados.
Cruzar si el semáforo peatonal lo permite aunque el de tránsito pare a los autos.
Sacarse los auriculares antes de cruzar.
No usar el celular. Para hablar, detenerse lejos de la zona de cruce.
Esperar sobre la vereda.
Mientras se espera, no bajar cochecitos de bebé u objetos a la calle.
Cuando hay semáforos de cuenta regresiva, cruzar caminando y sólo si el tiempo es suficiente.
Mirar a ambos lados antes de cruzar, aunque el semáforo lo permita o tenga la prioridad.
No caminar sobre el cordón de la vereda.
Fuente: CESVI Argentina.