(f) Algunas veces, el enojo toma rumbos poco nutritivos. Al pensar en ello, vienen a mi recuerdo por lo menos dos –de los muchos que hay- en los que inevitablemente otorgamos el poder –nuestro poder personal- a otra persona:
Algunas veces, nos enojamos por algo que alguien nos hizo pero en lugar de utilizar ese enojo a nuestro favor, nos quedamos anclados en él.
Y gran parte de esas veces en que las personas se quedan ancladas en el enojo, terminan utilizándolo como excusa para no hacer lo que podrían hacer para solucionar lo acontecido, y siguen poniendo su energía en el enojo, en lugar de ponerla en solucionar la situación.
Y si esto te pasa, no quiero decir que no tengas tus razones para estar enojado, pero probablemente es muy preferible, que elijas algo mejor para ti. Algo como…
… hacerle saber a la persona cómo te has sentido con eso: esto puede parecerte una señal de debilidad, pero solo lo será si te importa más la opinión que otros tienen de ti que la tuya propia. Si te importa más su aprobación que tu propio bienestar.
… descargar ese enojo que tienes dentro del cuerpo: cada uno tiene su forma de descargarlo: puede ser corriendo, gritando, pegándole a un almohadón, etc. Cualquier forma estará bien, siempre que entiendas que es un proceso personal de ti, contigo. No es en contra de otro, sino solo tuya como una forma de cuidado del bienestar personal.
… prometerte que vas a aprender de esta situación y que no volverás a caer en algo similar. Que transformarás este mal trago en una lección aprendida, entonces esto será un aporte en tu vida.
… recordar que tu felicidad es solo tu responsabilidad y de nadie más. Solo tuya.
Nadie tiene que hacerse cargo de tu felicidad ni a nadie le compete encargarse de ella. Nadie que no seas Tú. Entonces si tú decides hacerte cargo de ella, miraras qué tienes que hacer para transformar ese enojo en acción. ¿Por qué te has enojado? ¿Qué es lo que te importa que se ha malogrado? ¿De qué modo puedes cumplirlo, recuperarlo o lograrlo? ¿Qué necesitas conseguir o hacer para que este enojo sume a tu favor en lugar de restar en tu vida? ¿Qué puedes hacer HOY MISMO para que de ese enojo nazca una acción que cambie esa circunstancia y la transforme en el RESULTADO QUE QUIERES?
Veamos ahora otro camino:
El segundo camino tóxico –del que quiero revisar contigo- se da cuando usamos el mal accionar de otros para actuar mal nosotros. A partir de frases como: “es la peor persona que he visto”, “pero mira que hay que ser mal tipo”, etc. y otras que mejor no reproducir ni recordar, accionamos mal nosotros puesto que estamos convencidos que el otro “se lo merece”.
Entonces de nuevo dejamos nuestro accionar en poder del otro. En lugar de accionar en base a nuestros valores y de elegir con cuidado nuestras acciones, reaccionamos. Actuamos mal, sabiendo que es bueno lo que estamos haciendo, pero justificándonos en que si el otro nos hizo esto, entonces…
Y es ahí cuando olvidamos que tenemos que ponernos en el centro de la vida. Si somos lo suficientemente egoístas para pensar siempre eligiendo los que vamos a hacer, pensando en nuestro bienestar, entonces accionaremos bien. Porque como en el cuento de aquella newsletter de Nasrudin, es imposible que le explote la bomba a otro sin que salgamos lastimados.
(fuente: Cocrear Argentina [coaching@cocrear.com.ar]Newsletter: Los caminos toxicos del enojo)