Entramado asociativo. Las Flores, Buenos Aires

Entramado asociativo Las Flores Buenos AiresContex es una cooperativa textil surgida luego de la crisis y quiebra de una de las empresas más grandes del rubro. Hoy fabrican 3.000 prendas por mes.

La localidad bonaerense de Las Flores se destaca por la producción de indumentaria: según los datos del Censo Nacional Económico, en 1994 las industrias textiles de esa ciudad ocupaban a casi el 87% de la población de todo el partido. Esa significativa concentración de mano de obra y de generación de valor agregado, en ese entonces, estaba distribuida principalmente entre nueve importantes establecimientos que confeccionaban indumentaria para destacadas marcas del país y del exterior. Pero la apertura de la economía argentina, el creciente proceso de globalización y las estrategias de inserción local de empresas extranjeras modificaron ese escenario, lo que llevó a una drástica reducción de empleados en las plantas y a una fuerte tercerización de los procesos productivos.

Las principales empresas que lideraban el rubro textil en la zona eran Cattorini, especializada en camisería, y Gatic, dedicada a la confección de indumentaria deportiva. La caída de estas firmas, a fines de la década del 90 y a principios del nuevo siglo, dio origen a diferentes entramados asociativos conformados por pequeños talleres especializados, la mayoría de ellos, organizados en cooperativas. En ese contexto nace, en 1998, la cooperativa de trabajo Contex, como un desprendimiento de Cattorini, compañía que llegó a ocupar a más de 750 personas. «Cuando esta empresa cae, nos juntamos unos doce compañeros para ver qué podíamos hacer, todavía no sabíamos cómo funcionaban las cooperativas pero nos pareció que esa era la mejor opción para seguir y en tres meses largamos con lo que sabíamos fabricar: camisas», cuenta Claudio Decundo, exjefe de la antigua planta y actual síndico de la entidad.
Con el apoyo de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (FECOOTRA) y de la Dirección de Cooperativas de la provincia de Buenos Aires, los confeccionistas textiles florenses lograron mantener sus fuentes de trabajo. «Arrancamos con las máquinas que cada uno tenía en su casa, muchos las habían recibido en parte de pago de la deuda que tenía la empresa con los trabajadores y una cooperativa agraria que quebró nos alquiló el local a un precio muy bajo; lo acondicionamos y empezamos a trabajar», explica el síndico.

Camisas de vestir, camisas sport y calzoncillos bóxer son las principales prendas que confeccionan los 32 asociados a Contex para su marca propia. También realizan trabajos de corte, confección y planchado de prendas para otras empresas.«Actualmente en fábrica estamos haciendo unas 3.000 prendas por mes, además producimos entre 2.000 y 3.000 más en conjunto con otros pequeños talleres; nosotros cortamos, algunos se ocupan de la confección y otros de hacer ojales, poner botones y planchar. La idea es que estos pequeños emprendimientos se conviertan también en cooperativas», manifiesta el ingeniero Decundo, también secretario de FECOOTRA.

La experiencia en el rubro textil ayudó al colectivo a poner en marcha la fábrica pero los cooperativistas reconocen que todavía tienen falencias en la gestión de la empresa asociativa. «Asumir el compromiso de ser dueño no es sencillo porque antes cuando no nos pagaban teníamos a quién responsabilizar, hoy somos nosotros los responsables de todo lo ocurre acá dentro. Algunos compañeros se apropiaron rápidamente de la idea de la autogestión, pero todavía hay quienes no terminan de comprenderlo», observa el dirigente.
Contex es fundadora de la Asociación de Confeccionistas Textiles que agrupa a una treintena de cooperativas y pymes locales que se dedican al rubro de la indumentaria. Esta asociación se creó en 2004 con el objetivo de facilitar la compra de insumos, alquilar maquinarias y capacitar a sus integrantes. Ahora, alentados por esta experiencia, los trabajadores florenses impulsan la creación de una red cooperativa textil más amplia, que incluya cooperativas de otras ciudades cercanas, a fin de promover vínculos productivos y comerciales y facilitar la relación con el Estado. La cooperativa textil también integra el Movimiento Cooperativo de Las Flores, un espacio integrado por otras instituciones locales como la comisión de asociados de la filial local de Banco Credicoop.
Atención personalizada, trato cordial y permanente, preocupación por satisfacer las necesidades de sus asociados y clientes son las características que distinguen a las empresas solidarias de las empresas lucrativas. Este rasgo se potencia en una ciudad pequeña como Las Flores, que aún conserva la típica cordialidad pueblerina. «Nosotros creemos que lo más importante es que el cliente se quede conforme, no somos perfectos, a veces nos equivocamos, pero nuestra intención es ofrecer una prenda de calidad. En una oportunidad –recuerda sonriendo Decundo-, un cliente de Saladillo nos dijo: “Necesito una camisa negra de talle especial para un vecino al que se le casa el hijo”. Se la hicimos y uno de nuestros muchachos, que tiene familia en Saladillo, viajó especialmente para llevar el encargo».

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(fuente: Cooperativismo en Movimiento – 11/2/15)

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