Empleo: ¿ Es posible trabajar menos?

empleada pidiendo un minutoDistintos países del mundo, incluido el nuestro, están debatiendo recortes en la jornada laboral como medida para reducir el desempleo e incrementar tanto el tiempo libre de la población como el consumo. Opiniones divididas de especialistas en la materia.

El economista Eduardo Levy Yeyati recuerda que John Maynard Keynes decía, para los tiempos de la crisis de 1929, que en los siguientes 100 años los avances tecnológicos aumentarían tanto la producción y el ingreso que podríamos satisfacer nuestras necesidades trabajando 15 horas por semana.

A más de 80 años de aquel momento, si bien la multiplicación del ingreso superó las expectativas de Keynes, ganar el pan nos sigue costando un promedio de 40 horas semanales de sudor de la frente.

Puestas las cosas de esa manera, la pregunta es ineludible: ¿es posible y viable reducir la jornada laboral para incrementar el tiempo libre?

Respuestas a esta pregunta se están debatiendo en distintas partes del mundo.

El año pasado el multimillonario mejicano, Carlos Slim, propuso una reducción de actividades a tres días de 11 horas de trabajo cada uno.

La sugerencia parece un tanto descabellada, no obstante, Suecia ya aplica una jornada de 30 horas en cinco días para algunas reparticiones públicas.

Francia, por su parte, hace más de una década que adoptó un esquema parecido (35 horas). Y en Alemania, el poderoso sindicato IG-Metall ha elevado una propuesta igual a la sueca para las familias con hijos menores de edad.

Aunque con distancias importantes, América Latina no escapa a la discusión.

Tal es así que el nuevo gobierno de Uruguay ya adelanto que en los próximos meses comenzará a debatir reformas de este tipo. En tanto, en la Argentina el diputado kirchnerista Héctor Recalde está impulsando un proyecto de reducción de la carga horaria a un máximo de 45 horas semanales (la ley actual prevé 48).

Hay que destacar que todas estas iniciativas no sólo apuntan a incrementar el tiempo de ocio en la sociedad, sino que además aspiran a redistribuir el trabajo e incrementar la productividad y el consumo.

Pero, de nuevo, ¿en qué medida esto es posible?

Opiniones divididas

Para el reconocido abogado laboralista Lucio Garzón Maceda, al menos en nuestro país, el recorte es posible y necesario.

“Es una vergüenza que todavía tengamos una ley que establece la posibilidad de una jornada semanal legal de 48 horas, tal como hace 100 años”, sostiene Garzón Maceda. Y agrega: “Mientras que en Europa el promedio anual está entre las 1.600 y 1.750 horas laborales, nuestros asalariados, cuyos ingresos son mucho más bajos que los europeos, trabajan un promedio de 2.100 horas por año”.

Garzón Maceda aclara que el recorte tendría un impacto inmediato en la calidad de vida de la población. Y aunque no implicaría un incremento del empleo a corto plazo, a mediano y largo plazo el efecto sí sería favorable. “Estimaciones europeas establecieron que la incidencia de la reducción horaria sobre la creación de empleo puede alcanzar a un valor aproximado al 40 por ciento”, asegura.

Por otra parte, afirma que la medida también incidiría favorablemente en la productividad: “Se calcula que el aumento de la productividad inducida es del 33 al 66 por ciento del porcentaje de la reducción horaria”.

Distinta es la postura del vicepresidente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja, para quien “repartir empleo no es lo mismo que aumentar la productividad”. Al tiempo que señala que este tipo de iniciativas no han permitido en estos años mejorar la distribución del trabajo y reducir el desempleo.

Del mismo modo, asegura que los efectos de estas políticas no son iguales en todos los sectores, generando mejores resultados en aquellos donde la evolución tecnológica facilita cierta flexibilidad.

En tanto que considera utópico “pretender menos trabajo y más salarios”, a menos que exista “un cambio muy claro desde el punto de vista de la tecnología y de las habilidades y competencias del trabajador”.

Algo similar es la postura del director del Instituto de Economía y Finanzas de la Universidad Nacional de Córdoba, Ernesto Rezk.

“Sólo si se diera un importante aumento en la productividad del empleo podría pensarse en una reducción de las horas de trabajo sin reducción de salario”, apunta el economista.

Rezk sostiene, además, que en función de la teoría económica “mayor consumo es una respuesta a mayor ingreso por parte de la fuerza laboral”. Por lo tanto, “si la reducción de jornada, con mantenimiento de salario, tuviera éxito en incorporar nuevos trabajadores, el consumo total aumentaría”.

Pero, precisamente por eso, aclara que el impacto en el consumo no necesariamente será el resultado de una disminución de la jornada laboral dispuesta por normas legales.

En todo caso, cabe destacar que los entrevistados coinciden en que este tipo de reformas no tienen un impacto inmediato y sus resultados dependen de la profundidad con la que estas son planificadas y encaradas, de la capacidad de los estados para negociar con los sindicatos y de la decisión de los gobiernos de adoptar medidas que respalden a las empresas y faciliten su adecuación al nuevo esquema.

Tal como afirma Funes de Rioja, “hay que discutir estas cuestiones caso por caso y no en el marco de una utopía alejada de la realidad, sino en función de un proyecto que concilie desarrollo económico con desarrollo social”.

¿Cuánto trabajamos?

Diferencias. El informe Planificación Social 2013 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), coloca a nuestro país a la cabeza del ocio en la región. Los detalles:

Argentina. Venezuela, Honduras, Perú y la Argentina son los únicos países latinoamericanos que están debajo de las 40 horas de trabajo semanal, evidenciando los cuatro un promedio de 39 horas laborales.

Brasil. Un poco más trabajan brasileños, uruguayos y ecuatorianos, todos con 41 horas semanales de promedio.

México. En la otra punta de la escala se ubican México y Colombia con 46 horas de trabajo.

Europa. El promedio en el viejo continente, según la Cepal, es de 37 horas semanales.

(fuente: La Voz del Interior – 8/2/15)

Muchas gracias Daniel Almada -de Agencia Córdoba- por la colaboración

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