Dormir con el aire acondicionado prendido, puede jugar en contra

Dormir con aire acondicionadoLa diferencia de temperatura entre el interior y el exterior nunca debe superar los 10 grados.

Los especialistas señalan que a menos de 22 º, el aire acondicionado puede ser un problema.

Cuando el calor aprieta, y en noches en que la temperatura hasta supera los 30 grados, prender el aire acondicionado para dormir representa toda una tentación. Sin embargo, esto puede generar molestias e incluso problemas en la salud respiratoria, según sostienen los especialistas.

“Cuando respiramos -explica la doctora Daniela Mascaro, integrante de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria- el aire que ingresa a las vías respiratorias por la nariz es filtrado, calentado y humidificado, pero las temperaturas extremas, en este caso el frío del aire acondicionado, tienden a disminuir la humedad de las mucosas de las vías respiratorias, produciendo molestias rino-faríngeas y sequedad de boca. Además, estos cambios pueden alterar nuestras barreras defensivas, haciéndonos susceptibles a diferentes tipos de infecciones, principalmente cuando las temperaturas de los dispositivos son programadas a menos de 22 grados”.

“Uno de los problemas de salud más frecuentes -señaló por su parte la neumonóloga Florencia Lanfranco- es la llamada “fragmentación del sueño”, con despertares que alteran el patrón normal necesario para un buen dormir. En este caso, la calidad del sueño puede alterarse por los efectos propios de los equipos de aire acondicionado, como temperaturas extremas (frío-calor), ruidos provocados por el aparato o acumulación de polvo, ácaros y hongos en los filtros. Estos factores favorecen los procesos inflamatorios de las vías respiratorias, principalmente en pacientes alérgicos, originando dificultad para respirar por la congestión y obstrucción nasal provocadas, fragmentando así el sueño”.

Según señalan los especialistas, la relación entre la calidad del sueño y la temperatura no está bien dilucidada, aunque se ha visto que las altas temperaturas durante el verano aumentan la fatiga afectando también la calidad del sueño. El límite para obtener un sueño reparador se encuentra entre los 24 y los 26 grados, teniendo en cuenta que normalmente nuestra temperatura corporal disminuye cuando dormimos -en especial hacia la madrugada- y, sumado al frío del aire, puede producir una desregulación de la temperatura corporal.

Fuente: http://www.eldia.com/informacion-general/dormir-con-el-aire-acondicionado-prendido-puede-jugar-en-contra-115881

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