(f) Según estadísticas oficiales que circulan por los despachos de las fuerzas de seguridad, éste es el único delito que no bajó con respecto a años anteriores
Los recientes asaltos al ex jugador de River Ariel «Burrito» Ortega y al ex arquero de Vélez José Luis Chilavert, en los que les fueron robados sus autos de alta gama, reflejan una tendencia que preocupa a las autoridades en la Capital.
Las cifras oficiales, según trascendió, muestran que en el período de nueve meses comprendido entre junio del año pasado y febrero del actual el robo de autos a mano armada en la Capital creció el 29,65%, en comparación con igual período precedente. Pasó de 2691 a 3489.
Este aumento se dio después de la baja del 25,66% entre enero y mayo de 2012 con respecto a iguales meses de 2011. El año pasado el crecimiento total del número de robos de autos fue del 2,16%.
Los primeros números de 2013 confirman la tendencia alcista. Los asaltos violentos con fines de robo de autos tuvieron una suba del 23,16% con respecto a enero y febrero del año pasado en la ciudad.
«Siempre que hay un robo a mano armada se pone en juego la vida de una persona. Por eso el robo de autos y las entraderas son nuestra máxima preocupación», admitió un calificado jefe policial, en declaraciones divulgadas por La Nación.
Según las estadísticas oficiales que circulan por los despachos de las fuerzas de seguridad, éste es el único delito que no bajó con respecto a años anteriores, a pesar de los amplios dispositivos de prevención desplegados, como los controles vehiculares o los patrulleros tecnológicos.
Sí, en cambio, los jefes policiales se muestran satisfechos con los resultados en la reducción del hurto de automotor. Entre 2010 y 2012, este delito disminuyó el 30,93%. En 2010 se hurtaron en la Capital 12.942 vehículos, mientras que en los doce meses del año pasado fueron 8939.
También afirman que hubo una baja generalizada de la inseguridad desde el segundo semestre del año pasado. Admiten que, en la materia, 2011 fue el peor de los últimos años.
No obstante la mencionada «baja generalizada» en los distintos hechos delictivos, desde junio del año pasado el robo de autos en la Capital no para de crecer, con un aumento del 31,41% en el segundo semestre de 2012, con 2753 casos, respecto de igual período de 2011, en el que hubo 2095 hechos.
Por los robos de autos de alta gama, los investigadores están detrás de dos bandas. Una es «la Banda de la Ametralladora», sospechosa de haber protagonizado más de 30 hechos delictivos en el norte de la ciudad desde febrero de 2012.
Distintas fuentes consultadas por este diario señalaron una presunta complicidad de los travestis que trabajan en los bosques de Palermo. Se sospecha que algunas de las víctimas fueron «marcadas» luego de haber pasado por la zona. La mayor cantidad de hechos atribuidos a «la Banda de la Ametralladora» tuvo lugar en las inmediaciones de los bosques.
En tanto, personal de la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE), dependiente de la Unidad Fiscal de Investigación de Delitos con Autor Desconocido, a cargo del fiscal José María Campagnoli, desbarató otra banda que operaba en la General Paz y el corredor norte de la ciudad, acusada, entre otros delitos, de haber sido la que protagonizó el asalto y secuestro del periodista Santo Biasatti, en mayo del año pasado. Recientemente, esos delincuentes fueron procesados por integrar una asociación ilícita.
Consultados por las razones de la suba en la cantidad de robos de autos a mano armada, los voceros policiales afirmaron que al incrementarse los controles y la presencia uniformada, los delincuentes prefieren «seguir a sus víctimas hasta encontrar el momento justo para actuar».
El ingeniero Fabián Pons, gerente general del Cesvi, atribuyó el aumento de hechos a mano armada contra vehículos de alta gama a «la falta de repuestos importados» y al equipamiento en seguridad cada vez más sofisticado, que hace más difícil robar vehículos estacionados.
Según Cesvi, del total de autos robados en 2012, un 35% fue en asaltos a mano armada. En 2009 esa cifra era del 26%.
«Un auto de alta gama robado, como el del Burrito Ortega, del que sólo hay cuatro o cinco en el país, difícilmente vaya a quedarse acá. En general cruzan las fronteras por la falta de controles», dijo Pons.
(fuente: IProfesional.com – 29/4/13)