Pese a que en algunas firmas han caído en desuso, una experta analiza la utilidad que presentan a las compañías las evaluaciones de desempeño.
El mercado laboral ha mutado su dinámica de acuerdo al paso de las distintas generaciones.
Este cambio no sólo se produjo desde el punto de vista de los candidatos, quienes aspiran a enriquecer su formación en un marco de flexibilidad y equilibrio con su vida personal, sino también desde la perspectiva del empleador.
En la actualidad, quienes seleccionan personal buscan una gran cantidad de aptitudes entre los candidatos y, una vez que las encuentran, deben potenciarlos, cuidarlos y motivarlos para mantenerlos en sus equipos de trabajo.
Teniendo en cuenta este panorama, debemos ser conscientes de que nuestro rol como empleadores implica trabajar en la detección de recursos valiosos que puedan desenvolverse y convertirse en perfiles con iniciativa y autodesarrollo.
Esto requiere promover la educación y formación de talentos potenciales e invertir en estrategias de atracción y retención con el fin de que elijan nuestras compañías para continuar creciendo.
Por ejemplo, aquellos jóvenes que, a pesar de no haber trabajado antes o no tener sus estudios completos, cuentan con proactividad e interés por aprender, son potenciales talentos. Ofrecerles oportunidades desde el ámbito corporativo para que accedan a su primera experiencia y se motiven para culminar sus estudios será una de las claves para terminar con la insuficiencia de candidatos calificados.
En este caso, los programas de Jóvenes Profesionales son una iniciativa destacable, ya que se convoca a estudiantes o recién graduados a conocer el negocio, además de brindarles formación y consolidación de carrera.
Por su parte, no sólo debemos potenciar nuestros esfuerzos en la atracción de talentos nuevos. También será fundamental mantener la motivación de nuestros colaboradores.
¿Cómo hacerlo? Ofreciéndoles beneficios de Work&Life Balance -como horario flexible, licencias por maternidad o paternidad extendida, entre otros- y oportunidades de desarrollo de carrera.
En base a este último aspecto, la capacitación, la posibilidad de encarar nuevos proyectos, la oportunidad de dar vida a sus ideas, son algunas estrategias clave.
Evaluaciones
Para todos estos objetivos de retención y motivación, los sistemas de evaluaciones son herramientas sumamente útiles, ya que permiten entender los distintos puntos de vista de los colaboradores, conocer sus objetivos y evaluar la forma de complementarlos con la misión de la compañía.
Por ejemplo, en el caso de Tyco, los colaboradores cuentan con una evaluación de desempeño que se inicia con cada año fiscal. En ella detallan sus objetivos para el desarrollo de carrera a través de una plataforma online.
En este contexto, el candidato se autoevalúa en cuanto a sus objetivos, las competencias requeridas por Tyco, las oportunidades de desarrollo y sus fortalezas.
A su vez, la compañía estima cuantitativa y cualitativamente la eficacia y eficiencia de las personas, mostrándoles sus puntos fuertes y débiles, ayudándolos a establecer planes de formación, a plantear sus metas de largo plazo y a reforzar/mejorar sus técnicas de trabajo.
Según los resultados que se obtengan, se podrá gestionar al personal de forma más justa; definir criterios retributivos según los diferentes rendimientos; evaluar la eficacia de los programas de formación; detectar las necesidades a cubrir; conocer las capacidades, motivaciones y expectativas de las personas para asignar los trabajos de forma adecuada; establecer compromisos de mejora; entre otros aspectos.
Dar crédito
Finalmente, otro factor de gran importancia en la tarea de los responsables de Recursos Humanos, tiene que ver con el reconocimiento.
Dar a conocer los logros de una persona es fundamental para su motivación y para promover conductas de este tipo entre todos los colaboradores.
Por ejemplo, «Valorándote» es un programa que desarrollamos en Tyco que permite a los empleados ser reconocidos por realizar acciones destacables, alineadas a los valores de la compañía: integridad; responsabilidad; excelencia y trabajo en equipo.
Este tipo de iniciativas fomentan un clima de trabajo más ameno, donde los propios compañeros se valoran entre sí, por sus habilidades tanto duras como blandas, haciendo de la compañía un espacio con un clima ameno para trabajar.
En líneas generales, estos son sólo algunos ejemplos de las iniciativas que se pueden promover desde el ámbito corporativo para potenciar el desarrollo de talento calificado.
Seguir promoviendo estas prácticas es sólo el primer paso. La concientización sobre este tema y el trabajo articulado de las diversas compañías también será fundamental para generar más oportunidades de desarrollo profesional.
Aún queda mucho por hacer y, para ello, la innovación, la diversidad y el trabajo en equipo serán aliados clave.
Fuente: Iprofesional.com