Si bien la nueva institución financiera Mes un interesante proyecto alternativo a la arquitectura financiera internacional fundada en Bretton Woods no logrará suplantarla
El aeropuerto de Fortaleza, ciudad situada sobre la costa noreste de Brasil, parecía una playa de estacionamiento esta semana para las potencias que están cambiando el orden de la economía mundial.
Los aviones oficiales de Rusia, Sudáfrica y China se ubicaban en línea sobre la pista, junto a un avión de Air India, a medida que los líderes de los llamados países Brics llegaban a su sexta y más importante cumbre.
Tras agruparse originalmente bajo un acrónimo inventado por Jim O’Neill, de Goldman Sachs, para implantar su tesis de inversión sobre la oportunidad de crecimiento en los grandes mercados emergentes, los Brics están encontrando su propia voz política. Esta semana acordaron la creación de sus primeras instituciones edilicias, destinando u$s 100.000 millones a la apertura de un banco de desarrollo y el establecimiento de un fondo de divisas.
El banco de desarrollo de los Brics es un potencial rival del Banco Mundial, y el fondo de divisas funcionará en paralelo con el Fondo Monetario Internacional, las dos instituciones con sede en Washington que encarnan el orden económico liderado por Estados Unidos, creado en Bretton Woods en 1944.
Los Brics ahora constituyen una cuarta parte de la economía mundial, y este año China está a un paso de superar a Estados Unidos como primera economía mundial, sobre la base de su poder de compra interno. Juntos, los Brics están tratando de usar su influencia para crear instituciones que reflejen su nuevo estatus.
Guido Mantega, ministro de Finanzas de Brasil, dijo que una de las grandes diferencias entre la visión de los Brics de una nueva arquitectura financiera mundial y el sistema existente, centrado en Estados Unidos, era el principio de igualdad entre los actores involucrados. “En el banco de los Brics, vamos a tener el mismo poder”, sostiene. “Este es un punto fundamental”. A diferencia del FMI, cuyo liderazgo es siempre europeo, y el Banco Mundial, cuyo presidente es elegido por los Estados Unidos, la presidencia del banco de los Brics tendrá un mandato de cinco años, y será rotativa entre los países.
El auge de los Brics constituye la primera verdadera transferencia de poder de la economía mundial desde Bretton Woods. Japón, un aliado de Estados Unidos de escala manejable y pocas aspiraciones geopolíticas, fue fácil de encajar, pero ahora el sistema necesita dar cabida a un nuevo conjunto de poderes que no aceptan necesariamente sus supuestos básicos.
La creación del banco de los Brics muestra lo que podría suceder si no se les hace lugar: la fragmentación del gobierno económico mundial en múltiples centros de poder, que compiten por la influencia, y menos capaces de trabajar juntos en el logro de la estabilidad económica y financiera mundial.
Pero sería un error pensar que esto ya ocurrió. Los Brics no están tan unidos como parecen y las nuevas instituciones que están creando enfrentan desafíos operativos formidables. Las medidas anunciadas esta semana en Brasil son impulsadas tanto por la frustración con el liderazgo de Estados Unidos como por el deseo de suplantarlo.
La tensión con el sistema existente es cada vez mayor, pero el sistema aún no se quebró.
“Nunca soñé que se unirían como un grupo político”, comenta O’Neill de los Brics. “Pero siempre pensé que la mayor justificación para actuar juntos es lo poco que el gobierno económico mundial ha avanzado”.
La queja más inmediata es el hecho de que el Congreso de Estados Unidos no haya ratificado las reformas a los derechos de voto del FMI. Esos cambios habrían dado a grandes mercados emergentes una voz en el fondo más en sintonía con su peso en la economía mundial.
“Logramos un ‘medio éxito’”, sostiene Mantega. “Pero todavía no fuimos capaces de consolidar esto a causa del Congreso de los Estados Unidos”. El resultado es que los Brics languidecen con el 10,3% de los votos en el fondo, en comparación con el 24,5% de participación en la economía mundial por habitante. Que los Estados Unidos lo frustre de esta manera, en especial después de haber impulsado originalmente las reformas, es irritante. Pero es coherente con el clima político que prevalece en los Estados Unidos, dominado por preocupaciones presupuestarias y un sentimiento anti-gobierno.
El auge de los bancos chinos de políticas agresivas ya demostró ser una alternativa atractiva al Banco Mundial para muchas naciones; el debate de Estados Unidos gira en torno de si su propio Banco de Exportación e Importación debe cerrarse como una forma de capitalismo compinche.
La administración Obama confiesa su voluntad de liderar la economía mundial, pero tiene poca credibilidad dado que no logra reunir apoyo interno. No ayuda que el Senado no haya confirmado los candidatos a dos altos cargos internacionales en el Tesoro de los Estados Unidos, ni tampoco un director estadounidense o un suplente para el FMI. Es difícil liderar la economía global sin personal.
«Otros países son, a menudo, más conscientes que nosotros mismos del poder y la influencia mundial de Estados Unidos», afirma Daniel Price, director gerente de Rock Creek Global Advisors y ex sherpa del G20 durante la administración de George W Bush. “Esto podría explicar su profunda decepción cuando las medidas estadounidenses difieren tan marcadamente de su retórica o ideales, ya sea en términos de seguridad, derechos humanos o comercio internacional.”
Todos los Brics están decepcionados de la reforma del FMI, pero con un Estados Unidos más comprometido y confiable, sus diferencias internas obvias podrían pasar a primer plano. Los Brics, después de todo, son un grupo heterogéneo unido más por la frustración con el sistema existente que por fuertes intereses compartidos; no se unieron detrás de un candidato opositor, cuando Christine Lagarde fue nominado al FMI, por ejemplo.
El líder de China Xi Jinping ve un papel geopolítico de los Brics como parte de su nuevo intento de crear una alternativa a la hegemonía estadounidense. Xi adoptó una visión de China como líder de las naciones no alineadas, desarrollada por primera vez en la década de 1950, incluso tras adoptar una postura más agresiva en las fronteras marítimas en conflicto.
«China quiere seguir siendo considerado, especialmente entre sus vecinos asiáticos y de África y América Latina, como uno de ellos, como un poder del sur, una nación en desarrollo», afirma Marcos Troyjo, co-director del foro BRICLab de la Universidad de Columbia. “Este banco va a terminar ofreciendo un servicio a China en ese sentido. Le confiere a China una especie de estatus de nación aún emergente, cuando en realidad se trata de una superpotencia económica importante”.
China está motivada por las “expectativas no cumplidas”sobre las grandes instituciones multilaterales como el Banco Mundial, el FMI o el Banco Asiático de Desarrollo, sostiene Zhao Xijun, subdirector de la Escuela de Economía de la Universidad de Renmin en Beijing. Pero también está en busca de mejores retornos para su enorme pila de reservas de divisas, la mayor parte de los cuales están invertidas en bonos del Tesoro de Estados Unidos, y corren riesgo de desvalorizarse.
Rusia tiene razones obvias para apoyar las nuevas instituciones de los Brics en un momento en que se ve expuesta a las sanciones lideradas por Estados Unidos tras la ocupación de Crimea.
Brasil, India y Sudáfrica serán posibles prestatarios para financiar sus necesidades de infraestructura. El banco de los Brics podría llegar a ser una buena alternativa al financiamiento burocrático y altamente condicional del Banco Mundial y el FMI. También ofrece una forma de fortalecer los lazos económicos: obtener el apoyo de la India y Sudáfrica para un acuerdo comercial mundial, por ejemplo.
Brasil apostó su futuro a la reactivación de las negociaciones comerciales multilaterales, afirma Oliver Stuenkel, profesor asistente de relaciones comerciales internacionales de la Fundación Getulio Vargas de São Paulo. El país no firmó acuerdos bilaterales y corre peligro de quedar atrás si no logra concretar el acuerdo comercial de Bali.
No obstante, poner el banco de los Brics en funcionamiento no será fácil. “El acuerdo merece ser elogiado”, declara Douglas Rediker del Instituto Peterson de Economía Internacional de Washington, “pero es apenas un primer paso en la creación de una nueva institución en la escena mundial digna de considerarse a la altura del FMI y el Banco Mundial”.
El fondo y el banco encarnan un conjunto de reglas que los miembros saben que deben respetar, afirma Rediker, y tienen una gran capacidad tanto para monitorear a sus prestatarios como para hacer cumplir las condiciones de sus préstamos. La puesta a prueba de las nuevas instituciones de los Brics vendrá cuando uno de los miembros esté en problemas y exija un préstamo de envergadura. ¿Cómo reaccionarán sus homólogos?
Esto pone de relieve la cuestión fundamental que subyace a los Brics como líderes potenciales de la economía mundial: la confianza.
“A pesar de toda la condenación que pesa sobre Estados Unidos, fundamentalmente, en el largo plazo, otros países confían, efectivamente, en que Estados Unidos hará lo correcto”, sostiene Eswar Prasad, profesor de política comercial en la Universidad de Cornell. “Con otros países esa confianza no existe”.
“No hay duda de que no estamos liderando como podríamos o deberíamos”, afirma Rediker. Pero Estados Unidos sigue siendo el primero entre iguales en el sistema financiero internacional. Es el líder intelectual, el líder político y el líder económico. El resto del mundo, incluyendo los Brics, sigue dependiendo de una aceleración del crecimiento de Estados Unidos que impulse la economía mundial este año y el próximo.
En ese contexto, el banco de los Brics aparece en una situación ligeramente diferente: como un nuevo actor en el sistema financiero mundial, sí, pero no como una vanguardia establecida para disputar sus puestos de mando. Tener que mirar por encima de sus hombros podría estimular al FMI y el Banco Mundial a lograr una mayor eficiencia.
“La existencia de más competencia forzará a las instituciones multilaterales a mejorar”, afirma Zhao. Prasad está de acuerdo. “De hecho, creo que la competencia es muy buena, incluso cuando se trata de arquitectura financiera internacional”. Los primeros meses son propensos a recibir críticas. Si el banco de los Brics logra arrancar con el pie derecho, sostiene Troyjo, armar un staff y ofrecer financiamiento positivo, podría llegar a ser más que un rumor.
i falla, podría correr el rumbo de innumerables iniciativas destinadas a establecer una voz alternativa para las naciones en desarrollo, como la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio, que se cerró. Las grandes esperanzas en Fortaleza muestran que el sistema financiero internacional está cambiando. Sin embargo, parece que los bastiones familiares de Bretton Woods seguirán de pie durante algunos años más.
Contra el legado colonial
Después de que las conversaciones en Fortaleza terminaran a última hora del lunes, el ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega, se tomó tiempo para explicar cuán diferente sería la visión de la nueva institución que están creando los Brics de la de sus homólogos de Bretton Woods, escribe Joe Leahy.
Todo, por lo menos en el banco de los Brics, incluidos los u$s 100.000 millones del fondo de reserva propuesto, se llevaría a cabo sobre una base completamente igualitaria, dijo. El objetivo es evitar lo que los Brics ven como el legado colonial mortificante del Fondo Monetario Internacional, en el que cuatro países europeos (Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia) tienen una participación combinada de votos de 17,6%, si bien constituyen sólo el 13,4% de la economía mundial. Los Brics, por el contrario, tienen sólo el 10,3% de los votos del FMI y, sin embargo, hasta casi una cuarta parte de la economía mundial.
Mantega dijo que cada país aportará la misma cantidad de fondos a los bancos (una suma inicial de u$s 2.000 millones cada uno que inyectarán en un plazo de siete años) y gozará de igualdad de votos. El resto del capital suscrito de u$s 50.000 millones se aportará en forma de garantías.
La presidencia del banco, cuyo mandato rotará en partes iguales entre los miembros, será asistido por cuatro vicepresidentes y responderá a una junta de directores formada por altos funcionarios de cada uno de los países.
También habrá una junta de gobernadores que tomará las grandes decisiones estratégicas.
Brasil aportará el primer presidente de la junta directiva y Rusia, el primer presidente de la junta de gobernadores. El esquema de reserva contingente de los Brics, por su parte, se dividirá en función de la fortaleza financiera: China aportará u$s 41.000 millones; Brasil, Rusia e India, u$s 18.000 millones, y Sudáfrica, u$s 5.000 millones.
Las decisiones de aprobar las solicitudes de apoyo de liquidez de un país se tomarán por mayoría simple mediante el «voto ponderado». Decisiones más complejas se tomarán por consenso, lo que implica un derecho a veto para cada país.
por Robin Harding, Joe Leahy y Lucy Hornby
Fuente: El Cronista (http://www.cronista.com/financialtimes/Banco-Brics-el-primer-desafiodel-futuro-liderazgo-chino-20140721-0007.html)