Asia y América latina, nuevos protagonistas del intercambio
Desde el Instituto de Planeamiento Estratégico que preside y en las columnas de opinión que publica en el suplemento rural de “Clarín”, Jorge Castro viene analizando el impacto que tuvo en los precios del mercado mundial de alimentos la incorporación a la demanda de 2.500 millones de habitantes entre chinos e indios. Lo mismo ocurrió con el consumo de petróleo desde el Asia Pacífico, apunta.
Fue el réquiem de los deterioros en los términos del intercambio que preconizaba Raúl Prebisch.
-¿Definitivamente podemos considerar que se revirtió la tendencia en el denominado deterioro de los términos del intercambio?
-Fue un fenómeno secular del comercio internacional que duró más de cien años. Precisamente la irrupción de la demanda china asiática en el mercado mundial ha ido modificando la diferencia entre el valor relativo de las exportaciones sobre valor relativo de las importaciones.
-¿Sería una derrota para uno de los caballitos de batalla de la escuela cepaliana de los ´50 en adelante?
-No es una cuestión doctrinaria o académica, sino un hecho históricamente nuevo para el comercio internacional que hayan irrumpido en el mercado mundial, en los últimos diez años, China con 1.340 millones de habitantes e India, con 1.200 millones. Por primera vez en 100 años de desarrollo capitalista, la demanda de todos los commodities al mismo tiempo en el mercado mundial empezó a crecer por encima de la oferta. Pero se debió sobre todo a la irrupción de China y la India, y en general los países asiáticos, sobre todo en el comercio internacional.
-¿Y el eje occidental del comercio que pasaba por Estados Unidos y Europa?
-Eso era antes de 2001 cuando representaba una función del ciclo económico estadounidense, en el sentido de que se constituía en el principal consumidor mundial de commodities. Desde ahí es China, en cuatro de las cinco principales materias primas. Y en la quinta, que es el petróleo, es el segundo detrás de Estados Unidos. Con la salvedad de que la tasa de crecimiento de consumo de petróleo en China aumenta 9% al año, mientras que en EE.UU. lo hace a 1% con tendencia a declinar.
-¿Qué sucedió a partir de entonces?
-En los últimos 10 años, debido al crecimiento de la demanda china-asiática, comenzó a crecer por encima de la oferta la demanda global de commodities en el mercado mundial, como consecuencia de lo cual el precio internacional de los productos básicos fue el más elevado de toda la historia del capitalismo. El récord ocurrió en julio del 2007, según el índice de precios de las materias primas que presenta semanalmente la revista The Economist, que mantiene en forma ininterrumpida desde 1843.
Hay una segunda precisión: por primera vez en el desarrollo capitalista, esto sucedió con todos los commodities al mismo tiempo. O sea que fue generalizado y no sólo de los energéticos, como el petróleo o el gas, o los metales, como es el caso del cobre o el mineral de hierro, o de los granarios, como soja, trigo o maíz, sino de todos al mismo tiempo en forma sincronizada.
-Siendo los países sudamericanos los principales productores de esos commodities, ¿qué interpretación geopolítica entrañaría ese cambio?
-Ha sido un fenómeno de extrema importancia para todos los países productores de materias primas, que son principalmente los de América del Sur, en el sentido de que el mercado mundial de commodities en los últimos diez años ya no depende del ciclo económico estadounidense, sino que se convirtió en una función de la demanda china.
Todos los países de América del Sur, encabezados por Brasil, comparten dos rasgos estructurales comunes en su comercio exterior: en primer lugar, más de la mitad de sus exportaciones son materias primas; en el caso de Brasil 61% el año pasado y este año es probable que haya sido más.
El principal socio comercial de todos los países de la región, y en general sin límites, en lo que hace a las exportaciones de materias primas, desde 2008, a China es Brasil, la economía de mayor relevancia de América del Sur, que ocupa el lugar que antes correspondía a Estados Unidos. El dato es que la mayor parte de las exportaciones brasileñas son la soja y el mineral de hierro.
-¿Y Argentina?
-En el caso argentino, esto se releva en los siguientes términos: más de 60% de las exportaciones son productos agroalimentarios y el principal destinatario individual es China. Y el segundo es India, sobre todo en materia de aceites. Dicho de otro modo, el cambio de naturaleza que ha experimentado el mercado mundial de los últimos 10 años se ha revelado fundamentalmente en América del Sur, por establecer para todos los países de la región una inserción internacional, que es el camino de doble vía porque transcurren el comercio y las inversiones, no más con Europa ni con Estados Unidos, sino con Asia, sobre todo China.
-Hay otros casos de bonanza, como Venezuela, Perú y Chile?
-En el caso de Chile las materias primas son más de 80% de sus exportaciones, sobre todo el cobre. Perú tiene un porcentaje similar. Son minerales, metales, cobre, oro, plata. Pero la novedad de extrema importancia es que este año la mayor parte de las exportaciones de petróleo venezolano no han ido a Estados Unidos, sino a los países asiáticos, y en primer lugar a China.
-Entonces el otrora Tercer Mundo pasó a ser emergente y se sienta a la mesa de las tradicionales potencias?
-El mundo emergente, que es hacia el que se ha trasladado el eje de la acumulación mundial, está constituido por tres regiones: en primer lugar la asiática, en segundo lugar América latina, en especial Sudamérica. Y en tercer lugar, la Europa oriental, que es la emergente.
En los países asiáticos, encabezados por China, el crecimiento económico extraordinario de los últimos treinta años ha estado acompañado y se ha revelado a través de un incremento del producto bruto interno per capita, en primer lugar, y en segundo lugar, en un nivel de incremento de la productividad igual o superior al norteamericano.
-¿Y en América?
-En América del Sur esto no ha ocurrido: hubo crecimiento económico debido al boom de las materias primas y su exportación a China, pero no aumentó la productividad ni el ingreso per capita en los niveles del mundo avanzado, o sea no hubo convergencia estructural, sobre todo con Estados Unidos, que se realiza a través de dos vectores, que son el incremento de la productividad, por un lado, y por otro, del ingreso real per capita. Es lo que se denomina metafóricamente reprimarización.
La economía china
-¿Cabe esperar que la locomotora china siga traccionando con la misma fuerza en los próximos años?
-Hay una tendencia de carácter estructural a la desaceleración de la economía china. Al mismo tiempo, este es el primero de treinta años de crecimiento económico chino en el que el impulso fundamental ya no proviene de las exportaciones y del aumento de la tasa de inversión, sino del consumo doméstico, en especial del individual.
El resultado es que hay una desaceleración de la economía china que se revela como resultado del cambio de estrategia de crecimiento económico. Para la década es de 7,5%, 2,5 por ciento menos que lo que logró en los últimos 10 años.
-¿Cómo afectará la demanda de materias primas a la región?
-A diferencia de lo que ocurrió en los últimos 30 años, esta nueva tasa de crecimiento responde fundamentalmente al incremento del consumo doméstico, lo cual para las materias primas implica una disminución de las exportaciones de metales y, en general, de la industria minera al mercado chino. Afecta ante todo al principal exportador mundial de materias primas, sobre todo cobre y carbón, que es Australia. Pero como al mismo tiempo el crecimiento chino se funda ahora en el incremento del consumo doméstico, esto implica que, en lugar de disminuir las importaciones de materias primas de carácter granario, están en alza y seguirán cada vez más. Esto se acentuará en el momento que la población china – más de la mitad es urbana-, está experimentando un vuelco al consumo de proteínas cárnicas, la denominada transición dietaria.
-¿Esto significa que la menor tasa de crecimiento chino no debería repercutir simétricamente en las exportaciones agroalimentarias argentinas?
-De estas, el sector que crece cada vez más es el que tiene valor agregado: los aceites, el etanol, y en general lo que se refiere al procesamiento de alimentos complejos o balanceados. Hay un proceso acelerado de incorporación de valor agregado en la producción agrícola argentina.
-En energía, principalmente petróleo, ¿tendría chances Argentina de subirse en el futuro al tren mundial?
-Está habiendo un cambio de fondo en el sector energético debido a la explotación del shale oil y shale gas, que se obtienen en los niveles de producción de cálices de materias de carácter carbonario, cercanos a la superficie.
Argentina posee el segundo yacimiento mundial en orden de importancia después de los de Estados Unidos. El uso intensivo de agua que requiere restringe el aprovechamiento en Chile del shale gas, pero Argentina posee una extraordinaria provisión de agua sobre todo en la zona cercana a Vaca Muerta. Los mayores reservorios de agua están en América del Sur, sobre todo en la cuenca guaraní, que comparten Brasil y Argentina.
Rubén Chorny
Jorge Castro es docente de las universidades de Buenos Aires y del Salvador; de la Facultad Latinoamericana de Estudios Sociales (FLACSO) (PK), de las Escuelas de Defensa Nacional, Superior de Guerra y del Instituto del Servicio Exterior. Miembro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
(fuente: http://www.mercado.com.ar/notas/para-entender/8011728/asia-y-amrica-latina-nuevos-protagonistas-del-intercambio)