Dentro del sector de los Recursos Humanos, en muchas ocasiones se ha afirmado que los trabajadores no abandonan a la compañía en sí, sino que dejan a sus jefes. Esta idea resume el crucial papel que desempeñan los líderes en la labor de retención de los mejores perfiles profesionales de una organización. La relación con el superior es clave para el compromiso de las personas.
En ocasiones, los directivos y responsables de equipos no llegamos a comprender por qué un colaborador ha decidido abandonar la compañía. “Si estaba muy bien remunerado y tenía excelentes condiciones de trabajo”, nos repetimos. Pero ¿sabemos si el sueldo o la flexibilidad laboral eran sus objetivos? ¿Le hemos preguntado a ese colaborador en algún momento cuáles son sus expectativas y aspiraciones o qué es lo que lo motiva en su desarrollo profesional?
Las empresas deben ser lugares que inspiran, espacios de trabajo donde los miembros del equipo puedan explotar todo su potencial y sentirse orgullosos de formar parte de la compañía. Para ello, los líderes debemos construir relaciones de confianza a través de nuestras propias habilidades directivas y ser capaces de interiorizar y transmitir a los colaboradores los valores que rigen la cultura organizacional de la empresa.
Si bien, la estrategia de liderazgo será diferente en cada organización -adaptándose a los correspondientes objetivos estratégicos-, existen una serie de habilidades directivas imprescindibles para mantener cohesionado el capital humano de la compañía.
Confianza
¿A quién elegirías como ‘lazarillo’ si tuvieras que cruzar una calle transitada con los ojos cerrados? Sea quien sea el seleccionado, el motivo de tu decisión será la confianza que tienes en que esa persona será capaz de guiarte hasta la otra vereda.
En la empresa ocurre lo mismo. No podemos esperar que los colaboradores estén alineados con los objetivos de la organización si no confían en quien tiene que guiarlos en el camino hacia el éxito. ¿Y cómo lo conseguimos? Demostrando en cada actuación -por simple que parezca- que contamos con la experiencia, los conocimientos y la actitud para alcanzar las metas propuestas manteniendo, durante el proceso, un comportamiento coherente y fiel a los valores organizacionales.
Comunicación
¿Cómo vamos a retener el talento si desconocemos lo que buscan nuestros colaboradores? Un líder inspirador, capaz de motivar a los colaboradores, contará sin duda, entre sus habilidades de liderazgo, con una alta capacidad comunicativa. Solo así podrá descubrir qué esperan de él y de la compañía los miembros de su equipo y solo así conseguirá trasladar el espíritu de la organización a todos los integrantes de la misma.
Los grandes líderes son curiosos, se preocupan por el bienestar de los colaboradores dentro y fuera de la oficina, propiciando relaciones interpersonales positivas que convierten a la empresa en un gran lugar para trabajar.
Consistencia
Entendida como la capacidad de actuar de forma sólida y estable ante situaciones impredecibles, la consistencia es una de las habilidades imprescindibles que todo gran líder debe desarrollar.
De este modo, un directivo consistente será capaz de anticiparse a los problemas y desafíos que surjan y hallar la mejor solución sin, por ello, alejarse de los valores compartidos con la organización. Esta fusión de capacidad resolutiva y coherencia incrementará la confianza de los colaboradores, quienes se sentirán seguros, respaldados y orgullosos de compartir su talento con un líder inspirador.
Estas tres habilidades deben regir el comportamiento de todo manager sin flaquezas. No olvidemos que en cada interacción que hagamos con un miembro del equipo nos va a conducir bien a reforzar nuestro liderazgo o bien a debilitarlo, afectando directamente a la retención del talento. Inspirar es un trabajo a jornada completa y debe convertirse en una actitud inherente de los directivos.
(fuente: http://www.greatplacetowork.com.ar/publicaciones-y-eventos/blogs-y-noticias/1204-el-rol-del-lider-en-la-fidelizacion-de-talentos)