G20 reconoció continuidad de la crisis internacional

Un explícito reconocimiento a que la recuperación de la economía global dista de ser la ideal, el compromiso de las naciones líderes de calibrar y comunicar «cuidadosamente» las decisiones de política monetaria y la necesidad de implementar políticas inclusivas, como una forma de evitar los riesgos que genera a nivel global la desigualdad, fueron algunas de las principales conclusiones del documento final de la Cumbre del G20 Antalya, en Turquía.

A pesar de las previsiones iniciales, la cuestión del terrorismo y la posibilidad de hilvanar un plan de acción común de parte de los países miembro del G20 no quedó reflejado en el documento final a causa de los intereses cruzados que existen entre las principales potencias.

Si bien el tema del terrorismo acaparó la mayor parte de las deliberaciones de la cumbre a causa del atentado perpetrado por el grupo islámico IE el viernes en París, que dejó un saldo de alrededor de 130 muertos, los pronunciamientos terminaron siendo parciales a pesar de la insistencia del anfitrión del encuentro, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para que el foro tome partido en el asunto de manera explícita.

Lo que sí existió, según dijo Erdogan, fue la explicitación de una «posición de fuerza» de parte del G20 en contra del terrorismo.

«El terror no tiene religión, nacionalidad, raza o región. Es un insulto contra la humanidad vincular el terrorismo con alguna religión», enfatizó el líder turco en una conferencia de prensa brindada a modo de cierre de la cumbre.

En ese marco, Erdogan dijo que el terrorismo y la crisis de los refugiados en Europa deben ser abordados como temas separados.

Esta cuestión quedó reflejada en el punto 25 del documento, sobre un total de 26, en el que se sostuvo que«la escala de la crisis de refugiados en curso es una preocupación global con grandes consecuencias humanitarias, políticas, sociales y económicas».

«Hay necesidad de una respuesta coordinada y comprensiva para abordar esta crisis, así como también sus consecuencias de largo plazo. (?) Hacemos un llamado a todos los estados a contribuir a responder a esta crisis y compartir las cargas asociadas con ella incluyendo a través del reasentamiento de los refugiados, otras formas de admisión humanitaria, ayuda humanitaria y esfuerzos para asegurar que los refugiados puedan acceder a servicios, educación y oportunidades de sustento», agrega el documento.

También enfatizaron en «la necesidad de abordar las causas fundamentales del desplazamiento. Destacamos, en este marco, la importancia de soluciones políticas a los conflictos y de creciente cooperación para el desarrollo».

En el plano económico y financiero, el documento final advirtió que la actividad mundial «continúa sin estar a la altura de nuestras expectativas, a pesar de las perspectivas positivas de algunas de las principales economías».

También señalaron que «los mercados financieros continúan presentando riesgos e incertidumbres, y los desafíos geopolíticos se están convirtiendo cada vez más en una preocupación global. Además, la insuficiencia de la demanda global y los problemas estructurales siguen pesando sobre el crecimiento actual y potencial».

Un párrafo especial correspondió a las reformas que se impulsan en la estructura del FMI desde 2008 a la fecha. En tal sentido el documento señaló que «seguimos profundamente decepcionados por las continuas demoras en la implementación de la reforma de cuotas y la gobernabilidad del FMI acordadas en 2010», situación en la que mucho tienen que ver la falta de interés de EEUU en propiciar esos cambios que darán una mayor relevancia a las naciones emergentes, entre otras cuestiones.

Fuente: Ámbito Financiero (http://www.ambito.com/noticia.asp?id=816200)