El crecimiento económico de China probablemente se desacelerará hasta 6,8% este año ante el sombrío panorama que enfrenta la actividad en el corto plazo y la amenaza de deflación, reportó el martes la prensa estatal citando un informe anual preparado por un influyente grupo de expertos del Gobierno y otro por un Banco de Desarrollo.
El Banco Asiático de Desarrollo rebajó este martes su previsión de crecimiento para China en 2015 hasta el 6,8%, con lo que el Gobierno no cumpliría su objetivo de crecimiento anual del 7%.
A su vez, la Academia China de Ciencias Sociales (CASS por sus siglas en inglés) dijo en su informe «libro azul» sobre la economía del país que la desaceleración es generada por una menor inversión de las compañías e individuos, y por las crecientes presiones que enfrentan los gobiernos locales por sus deudas.
Este mes, la Oficina Nacional de Estadísticas revisó el crecimiento económico de China en el 2014 al 7,3%, menor que una lectura previa de 7,4%, que ya había sido la tasa más baja en 24 años. La economía se expandió un 7% en el segundo trimestre de este año.
Pekín sólo ha dicho que su meta de crecimiento de este año se acerca al 7 por ciento. El estatus de CASS como un centro de importancia respaldado por el Estado para desarrollar investigación económica y académica implica que hasta cierto punto sus proyecciones reflejan los cálculos del Gobierno.
El reporte de la Academia China de Ciencias Sociales, indicó que la economía estaba íntimamente vinculada con la denominada ventana demográfica -definida como el periodo en el que la fuerza laboral de un país alcanza su plenitud- que se abrió en los últimos años en el país.
El texto estimó que la fuerza laboral del país se contraerá en 0,4% en el periodo 2016-2020, luego de haber crecido 0,6% en 2008-2015, y un 1,6% en 1985-2007.
CASS también sostuvo que el desarrollo de los mercados financieros de China y su transformación necesitan más tiempo.
El informe recomendó controlar el gasto excesivo, abordar la «inactividad» de los gobiernos regionales, diversificar las fuentes de ingresos fiscales, aplicar recortes tributarios si las administraciones locales tardan demasiado en consumir sus presupuestos y llevar adelante reformas sobre la estructura del gasto estatal.
Fuente: Ámbito Financiero (http://www.ambito.com/noticia.asp?id=808614)