Cuando se habla de sostenibilidad, se piensa habitualmente en los procesos, servicios o gestión que pueda desarrollar una empresa en relación al negocio del sector en que se desenvuelva. Y casi siempre la comunicación queda fuera del rubro, o como mucho queda relegada a ser el eslabón final de cualquier acción de Responsabilidad Social. Error. Una empresa no es sostenible en el tiempo sin comunicación responsable. Dicho de otra manera, la comunicación responsable es un eje fundamental de la sostenibilidad de una empresa. Pero, ¿qué es una comunicación responsable? Es darle a la comunicación de una empresa, ya sea en la faz institucional, interna, o de sus productos, servicios o marcas, la importancia que tiene. Mucha. Y la coherencia que debe tener a lo largo de su vida. Mucha más. “UNA EMPRESA NO ES SOSTENIBLE EN EL TIEMPO SIN COMUNICACIÓN RESPONSABLE. DICHO DE OTRA MANERA, LA COMUNICACIÓN RESPONSABLE ES UN EJE FUNDAMENTAL DE LA SOSTENIBILIDAD DE UNA EMPRESA” Una marca no es un sujeto independiente, vacío. Una marca interacciona con la sociedad, es parte de su vida diaria, y se relaciona con la comunidad creando lazos comerciales, emocionales y afectivos. Desde este lugar podemos asegurar que una marca es parte de la cultura de una sociedad. Y como parte de esa cultura, da, otorga, ofrece en intercambio no sólo sus productos o servicios, sino también su filosofía y manera de pensar, donde a la vez, en este juego de interrelaciones, también se apropia y asimila los cambios que en la sociedad se van gestando a través del tiempo. Por Martín Pinus, Director de Garraza+Pinus. www.garrapinus.com.ar “UNA MARCA NO ES UN SUJETO INDEPENDIENTE. UNA MARCA INTERACCIONA CON LA SOCIEDAD, ES PARTE DE SU VIDA DIARIA, Y SE RELACIONA CON LA COMUNIDAD CREANDO LAZOS COMERCIALES, EMOCIONALES Y AFECTIVOS” Estos cambios a nivel cultural, del que forman parte los cambios sociales, políticos, laborales, los avances, modificaciones, innovaciones, invenciones a nivel tecnológico, estético, artístico; y las transformaciones a nivel del mensaje en las formas, señales y códigos de comunicación, producen grandes cimbronazos a todo nivel que no pueden ser dejados de lado por una marca. Ahí es donde entra en juego la responsabilidad comunicacional. Como emisora permanente de mensajes que construyen la cultura cotidiana, una marca tiene grandes responsabilidades. De sumar su grano de arena a la construcción, derrumbe o creación de muchísimos paradigmas sociales. Sobran ejemplos de comunicación que subestiman al público o ni siquiera lo tienen en cuenta, atrasan, segregan, o destilan machismo, cosificación de la mujer, intolerancia, xenofobia o racismo velado y no tan velado entre otras cuestiones, sobre los que muchas veces me cuesta creer que han sido involuntarios, y muchas veces se nota que surgen claramente como respuesta a estudios de mercado sobre los que es fácil apoyarse para no tomar una posición más allá que la del beneficio económico inmediato. Como cualquier persona a la que vemos y escuchamos hablar por televisión, una empresa o una marca va construyendo su imagen con sus apariciones. Y así como la gente elige creerle o dejarle de creer, tenerle afinidad, simpatía o rechazo a una persona por sus declaraciones, y fundamentalmente por la coherencia y evolución de sus mensajes a lo largo del tiempo (pensemos en cualquier periodista o artista al que hayamos seguido por algún período más o menos largo), lo mismo sucede en la relación de la gente con las marcas y empresas. Parafraseando a un viejo dicho ajustado a estos tiempos, podríamos sintetizar diciendo: “Dime cómo es el departamento de comunicación de tu empresa, y te diré qué empresa quieres ser en el tiempo”.
por Martín Pinus
Publicista, Docente Universitario y Escritor. Por su actividad profesional ha recibido numerosas distinciones locales, nacionales e internacionales. Actualmente dirige la agencia de la que es cofundador: Garraza+Pinus, y es titular del Seminario de Práctica de Publicidad y la materia Campañas Publicitarias de la Licenciatura en Publicidad de la Universidad Siglo 21. Recientemente ha publicado su última novela en formato digital y en papel.