Uno de los principales beneficios de la nueva Ley de Seguros y Fianzas es que los seguros de gastos médicos podrán dar más servicios, que antes sólo ofrecían las Instituciones de Seguros Especializadas en Salud (ISES). Manuel Aguilera Verduzco, presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), explicó en una entrevista con ‘El Economista’ que, a través del seguro de gastos médicos, el asegurado podrá prevenir, detectar, dar seguimiento y controlar ciertas enfermedades. “La ventaja para el consumidor es que tradicionalmente el seguro de gastos médicos sólo indemnizaba, pero ahora el seguro financiará tratamientos o protocolos preventivos que eviten que esas personas puedan llegar a enfermedades graves”, expuso.
“Con esta medida, las personas cubiertas por seguros de gastos médicos podrán acceder a tratamientos preventivos para su salud”, añadió. En México, un 60% de la población no cuenta con algún tipo de seguridad social, lo que representa un grave problema para el país, pues los mexicanos cubren un 45% de gastos de salud de su bolsillo, de acuerdo con información de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Al respecto, Aguilera comentó que entre el gobierno y el sector asegurador se deben crear mecanismos que permitan al resto de la población contar con una protección para la salud.
“Es erróneo pensar que vendiéndole un seguro a quienes no cuentan con uno será la solución. Necesitamos mecanismos diferentes para cubrirlos. No hay una solución única”, expresó. Hizo referencia a que el gobierno debe generar mayores estrategias para que el sector de la informalidad migre a la formalidad, mientras que las aseguradoras pueden apoyar con coberturas que engloben las principales enfermedades que afectan a la población. “En el futuro, si tenemos una estrategia adecuada para elevar los niveles de formalidad, existirá un mayor volumen de mexicanos cubiertos y las aseguradoras participarán otorgando productos adecuados a la población. Y con ello no sólo gana el sector, sino también la economía del país”, sostuvo.
El crecimiento de la esperanza de vida representa uno de los mayores retos y oportunidades para el sector asegurador. Se estima que para 2050 la esperanza de vida de los mexicanos será de 77,8 años, según la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar). “Vivir más tiempo tiene implicaciones sociales positivas y negativas, pues mucha gente no se ha preparado para sobrevivir. Quienes viven más de 20 años después de los 65 no están preparados para solventar a 100% sus gastos”, puntualizó el funcionario.
Por ello, comentó que esto puede representar un beneficio tanto para los consumidores como para las aseguradoras, pues a los usuarios les saldría más barato pagar las coberturas anuales y para las aseguradoras representa un incremento de su cartera. “Si el ahorro se hace durante un periodo más largo, quiere decir que las contribuciones que se hacen cada año de primas pueden ser menores. El hecho de que la gente viva más abarata los seguros de vida y permitirá que más personas accedan a uno”, dijo.
(fuente: BDSAL – 4/5/15)