Un informe de The Guardian, revela que algunas de las empresas mas grandes del mundo están pidiendo una mejor – y más agresiva – política de los gobiernos para hacer frente a los grandes retos globales. Hablamos del «Bussines Manifesto» -Manifiesto Empresarial que se puede descargar al final de estas páginas- presentado en Davos el mes pasado y en el que participaron los principales ejecutivos de SAB Miller, KPMG, Philips, Yara, GSK, DSM, Sumitomo Chemical, AkzoNobel, Novozymes, Unilever en el que solicitan a los líderes de los gobiernos que sean más ambiciosos posibles en las propuestas presentadas en septiembre en la cumbre de Nueva York sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible y en diciembre en la cumbre del clima en París.
Las políticas específicas que respaldan estos líderes relacionan la sostenibilidad y su propio interés. Por ejemplo, muchos apoyan políticas que aborden la previsibilidad a largo plazo en las políticas climáticas, un problema que cada día más afecta al comercio mundial. Otros piden al gobierno establecer objetivos globales sobre una serie de cuestiones muy ambiciosas como son los alimentos, el agua, el clima, la energía, la igualdad de género, la educación y el buen gobierno, ya que estos temas afectan a sus clientes.
Aunque la raíz de estas peticiones para el cambio de política pueda ser algo egoísta, representa un cambio importante en la mentalidad corporativa. Los directivos se van dando cuenta de que no están diseñando un modelo de negocio sostenible. La pobreza, la concentración de la riqueza y los desafíos ambientales representan amenazas claras para las empresas. Por ejemplo, Unilever estima que el cambio climático le supone más de 200 millones de euros al año.
Además, un número creciente de empresas son conscientes de que hay importantes oportunidades comerciales para las compañías que están preparadas para hacer frente a los desafíos globales de hoy en día y que esto puede suponer un valor diferenciador frente a la competencia
En última instancia, los líderes empresariales también son seres humanos y muchos han comenzado a reconocer que algunos de los retos comunes son interdependientes y tambien afectan a las economías dominantes y sólo pueden resolverse con la ayuda de la política gubernamental coordinada. A pesar de todos los esfuerzos de los gobiernos y organizaciones no gubernamentales, las empresas todavía proporcionan el 90% de los empleos en los países en desarrollo y el 80% de los flujos de capital. Por lo tanto, para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible la empresa tiene que estar a bordo.
Evidentemente, no todos los líderes empresariales tienen esta visión de futuro. A nivel mundial, hay empresas aún ponen trabas a la legislación sobre derechos de los trabajadores, la regulación ambiental y otras iniciativas de sostenibilidad. Sin embargo es necesario resaltar que muchos de estos líderes del mundo negocios de hoy en día están luchando por políticas del gobierno más agresivas, aunque ahora solo quede esperar que se aprueben…y se cumplan.
(fuente: http://www.diarioresponsable.com/empresas/noticias/19094-the-guardian.html)