La “Jornada Internacional de Economía Solidaria y Género” del 19 de Mayo pasado en la ciudad de Córdoba, superó las expectativas de los organizadores no sólo en número sino también en la espontaneidad, capacidad y transmisión de conocimientos de la invitada de honor Dra. Elisa Carolina Torrenegra, actual presidente de dos entidades internacionales como GestarSalud de Colombia y Alianza del Mutualismo de América…
Ante un auditorio de 150 participantes que respondieron a la convocatoria lanzada por FEMUCOR a través de su Comisión de Mujeres Mutualistas y de la AIM, la dirigente colombiana dijo que la mutualidad argentina es avanzada en el posicionamiento de temas importantes para la mejora de una sociedad como el que nos congrega, afirmando que “sin la mujer en muchos espacios no es posible lograr un equilibrio, un dinamismo de los principios de lo que es la ayuda mutua, del amor que une. Yo creo que es importante destacar que la mutualidad argentina ya está abordando esos temas, incluso liderando a nivel de Latinoamérica”.
Para la apertura en el primer piso de la Mutual del MAS, estuvieron Alejandro Russo titular de la Federación de Mutuales de Córdoba; Nora Landart y Mirna Laciar coordinadoras de la Comisión de Mujeres Mutualistas FEMUCOR y José María Garriga, vicepresidente de la Alianza Internacional de la Mutualidad como entidad auspiciante.
“Ante todo, quiero celebrar esta reunión que une dos temas fundamentales: la solidaridad y el género. Felicito a FEMUCOR por esta iniciativa” comenzó diciendo la médica Elisa Torrenegra, quien puso en juego su enorme carisma y experiencia a lo largo de casi dos horas desde las 16.00, con espacio para las numerosas preguntas por parte de un público que mostró mucho interés en la tónica de su abordaje.
LOS NÚMEROS HABLAN
Según datos provistos por la OISS Organización Iberoamericana de la Seguridad Social, la OIT Organización Internacional del Trabajo a nivel del mundo y las Naciones Unidas, la Dra. Torrenegra mostró estadísticas y esquemas visuales, mencionando por ejemplo que las mayores tasas de participación femenina en actividad se registran en Perú y Bolivia, y las menores en Honduras, Cuba y México. También que los países de la comunidad Iberoamericana muestra que mujeres y hombres no participan en el mercado de trabajo en igualdad de condiciones, debido principalmente a la dificultad para conciliar las responsabilidades familiares con la vida laboral. “Este es otro aspecto que quiero resaltar que se ve en toda Latinoamérica –dijo Torrenegra- de combinar lo que es el trabajo de hogar con el dinamismo que la mujer debe llevar dentro de la sociedad. Esta dedicación permanente con una gran demostración de habilidades no se reconoce en el mercado laboral formal, no se reconoce muchas veces por la misma sociedad, y es necesario avanzar en generar mecanismos que permitan ese reconocimiento”, por eso sugirió a los gobiernos que se desarrollen políticas y programas dirigidos a conciliar familia y trabajo.
Otro dato interesante fue que la participación de la mujer como directiva es del 2.6% sobre un total de las 500 empresas más grandes del mundo, en tanto la Federación Internacional de Cooperativas y Mutuales de Seguros (ICMIF) afirma que la incidencia de la mujer en los cargos directivos es de 13.6%, siendo el sector solidario el que más valora a la mujer en las organizaciones. “Se está reconociendo que la mujer tiene un liderazgo importante en las entidades tanto desde su conformación, sostenibilidad y sobre todo, la posibilidad que las organizaciones se mantengan y sean fuertes hasta tal punto que las coloca en sus cargos directivos” expresó Elisa Torrenegra.
RETOS PARA LA ECONOMÍA SOLIDARIA: CO-CREAR REALIDADES SOCIALES NUEVAS
Oriunda de una localidad colombiana llamada Sábanablanca, Elisa Torrenegra habló con admiración de su mamá que la crió sola y que fue Alcalde de aquel lugar, y dijo que “es el mejor ejemplo para saber que la mujer es muy capaz de enfrentar cualquier reto y sobre todo, hacerlo con amor”.
En lo medular de su conferencia, que despertó admiración por el convencimiento con que lo transmitía, dijo que existen dos fuerzas fundamentales y distintas que normalmente están en conflicto: el poder (ejercido por el hombre) y el amor (ejercido por la mujer), aclarando que no es suficiente definirlas, “se debe revisar qué posibilitan y qué producen”. Por eso definió que el poder es la fuerza para lograr un propósito, para trabajar, para crecer; en tanto el amor es la fuerza que impulsa hacia la unidad, que recolecta lo fragmentado.
La dirigente de GestarSalud expresó al auditorio que la mujer debe ser capaz de unir, de criar, pero con fuerza para lograr un propósito, mientras que el hombre debe ser capaz de producir sin manipulación ni tiranías. “Debemos auto-valorarnos, tener que demostrar que somos capaces no solamente de generar amor, sino de generar poder bien administrado. Tenemos que lograr el equilibrio” arengó a las mujeres. Propuso también que la mujer debe tratar que el hombre entre a valorar el espacio que tiene ganado, “valorarlo en todo sentido, pero también permitir que ella pase a otros escenarios donde pueda compartir actividades que van de la mano de un rol específico e innato que ella tiene, la de generar unión, generar mejoras en el comportamiento de las personas”.
(fuente: NewsFEMUCOR – 25/5/14)