(f) ¡Adelante con los faroles!: Originariamente, la expresión completa habría sido ¡Adelante con los faroles, que atrás vienen los cargadores!, al parecer, relacionada con las antiguas procesiones religiosas que avanzaban buscando terrenos no peligrosos, en las que esa voz era usada a manera de estímulo para que los encargados de transportar faroles, antorchas y cirios -que precedían a los que llevaban las imágenes (cargadores)- no cejaran en su esfuerzo buscando los mejores y mas seguros caminos y poder así avanzar para llegar al destino. Hoy es una manifestación que refiere el que está resuelto a animar a otro a continuar o perseverar a todo trance en lo ya comenzado, particularmente cuando es una empresa muy arriesgada o que no parece posible llevarla a cabo.