Brasil da un paso para ser un peso pesado del sector petrolero

El intento de Brasil por desarrollar su mayor hallazgo petrolero y transformarse en uno de los principales exportadores de crudo del mundo dio un paso gigantesco el lunes cuando el gobierno le otorgó a un consorcio los derechos para explorar una zona clave del descubrimiento.

En la primera subasta importante realizada desde que se divulgara el hallazgo, las autoridades informaron que la estatal Petróleo Brasileiro SA se había asociado con las petroleras europeas Royal Dutch Shell SA y Total SA y las chinas Cnooc Ltd. 0883.HK -0.63%y China National Petroleum Corp. con el fin de desarrollar un área frente a la costa de Rio de Janeiro conocida como Libra.

El gobierno estima que Libra podría tener hasta 12.000 millones de barriles recuperables, lo que la convertiría en uno de los 10 principales campos del mundo. «Este es un bloque gigantesco», dijo André Araújo, director de Shell Brasil.

El desarrollo de los nuevos yacimientos se ha transformado en un tema polémico en Brasil, lo que subraya la importancia del petróleo para la economía del país. Mientras las autoridades anunciaban los resultados en un elegante hotel de esta ciudad, la policía lanzaba gases lacrimógenos a cientos de manifestantes, entre los que figuraban empleados del sector petrolero y grupos de estudiantes nacionalistas, que consideraban la subasta como un obsequio a las compañías extranjeras.

Petrobras encontró en 2006 un yacimiento en aguas ultra profundas que, según los expertos, podría tener 50.000 millones de crudo de alta calidad, que de comprobarse lo convertiría en el mayor hallazgo en el hemisferio desde que México empezara a explotar el campo de Cantarell en 1976.

Lo que distingue a Libra es que es uno de los escasos pozos de petróleo en el mundo que no sólo se ubican debajo del lecho marino, sino que también está debajo de una profunda capa de sal que es difícil de perforar, dicen ejecutivos de la industria. El yacimiento subastado el lunes es sólo un bloque de una región más amplia y podría representar 75% de la actual producción del país, que asciende a los dos millones de barriles al día.

Los campos petroleros son fundamentales para la economía brasileña y el futuro del Partido de los Trabajadores, que ha estado en el poder durante más de una década. Cuando se realizó el descubrimiento del petróleo, el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva prometió usarlo para erradicar la pobreza y llevar al país al mundo industrializado al indicar que «Dios nos ha dado una nueva oportunidad».

El gobierno diseñó una estrategia de desarrollo donde el Estado juega un papel activo, que incluyó la creación de astilleros en torno al sector petrolero. Los legisladores modificaron las leyes para exigir que Petrobras tenga un rol preponderante en todos los yacimientos. El gobierno nombró el primer yacimiento Lula, en honor al presidente. El pozo ya está en producción, pero aún no alcanza todo su potencial.

Pero la fuerte injerencia estatal en la estrategia de desarrollo puede haber ahuyentado a algunos posibles interesados. De las 10 compañías extranjeras que manifestaron interés, sólo cuatro participaron en la subasta del lunes. Algunas de las grandes petroleras globales que cuentan tanto con la tecnología como con la experiencia adecuada para trabajar en aguas profundas, como las estadounidenses Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp. y la británica BP PLC, ni siquiera se mostraron interesadas.

Aunque los ejecutivos de las empresas no se han pronunciado sobre su ausencia, observadores indicaron que la estrategia seguida por el gobierno le resta incentivos para participar en el proceso. Brasil exigió que el postor hiciera un pago inicial de US$7.000 millones y cumpliera con otras normas, como la que exige que contraten la mayor parte de sus equipos en Brasil. El gobierno, asimismo, formó una empresa estatal para que supervisara el desarrollo de los yacimientos, Petróleo Presal SA, lo que ha generado mayor incertidumbre.

«Es un gran signo de interrogación, un factor de inseguridad que intensificó la cautela de todos de que Petrobras estuviera a cargo de todo», manifestó Danielle Valois, una abogada especializada en petróleo y gas del bufete brasileño Trench, Rossi e Watanabe.

Mientras tanto, el sector ha cambiado desde que Brasil anunciara los hallazgos. En ese entonces, el petróleo iniciaba un alza hasta récords máximos y los analistas debatían si el mundo se estaba quedando sin crudo, lo que elevó el atractivo de los descubrimientos. Desde entonces, tecnologías como la fracturación hidráulica han abierto fronteras y dado nuevas alternativas a las petroleras.

La mayoría de los gigantes del sector de Europa y EE.UU. no participaron en la subasta, pero el resultado acerca a Brasil y China, que se encamina a ser el mayor importador global de crudo. Aunque el acuerdo marca la primera incursión de CNOOC y CNPC en Brasil, otra china, Sinopec, ha invertido US$13.500 millones en el país.

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Fuente: Wall Street Journal (http://online.wsj.com/article/SB10001424052702303448104579150180651625624.html?mod=WSJS_inicio_LeftWhatsNews)

 

 

 

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