COOPERATIVAS DE SALUD: Derecho básico

(f) COOPERATIVAS DE SALUD: Derecho básico

En el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclama que «toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios». El derecho a la salud apunta no sólo a la preservación de la vida sino también a la calidad de la misma y las mutuales y cooperativas cumplen un rol destacado en la prevención y atención de la enfermedad. El dato adquiere mayor valor si se tiene en cuenta que, a pesar del crecimiento económico que se ha dado en el país en los últimos años, existe aún un 30% de la población sin acceso a los recursos sanitarios, según indica Ricardo López, presidente de la Federación Argentina de Entidades Solidarias de Salud (FAESS).

Dentro de los servicios que prestan las entidades solidarias en diferentes puntos del territorio nacional, la atención sanitaria constituye un eficaz complemento de la cobertura que brinda el Estado. Por otro lado, las cooperativas suelen ofrecer servicios como farmacia, ortopedia, enfermería, ambulancia, vacunatorio y banco de sangre. El valor de estas asistencias se potencia cuando se trata de pequeñas poblaciones alejadas de las grandes urbes.

Según el último relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), unas 2.700.000 personas están cubiertas con algún tipo de prestación de salud brindado por mutuales o cooperativas, conformando el cuarto subsector, integrado por más de 1.000 entidades que, respondiendo a las necesidades de sus asociados, brindan una cobertura parcial de salud, en especial, atención primaria, a muy bajo costo, mejorando el acceso a las prestaciones particularmente en zonas geográficas que no despiertan el interés de la medicina lucrativa y complementando el sistema público.

«Con respecto a la creación de puestos de trabajo directo, este sector aporta más del 10% de la cantidad total de personas ocupadas por entidades de la economía social», informa López, también coordinador del departamento de Salud del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.

Incompatibles

El sistema de salud argentino está compuesto por cuatro sectores: el público, las obras sociales, las empresas de medicina prepaga y el sector de la economía solidaria, integrado por mutuales y cooperativas. Sin embargo, estas últimas están incluidas en el régimen que regula la medicina prepaga. «La inclusión de las cooperativas de salud en el régimen de la medicina prepaga debe ser dejada sin efecto. Nos interesa aclarar la incompatibilidad existente entre el universo definido por la ley y aquel al que corresponden las cooperativas», expresa López. Estas son algunas de las conclusiones que surgieron del último Congreso Argentino de las Cooperativas en relación con los alcances de la nueva regulación dispuesta para las prestadoras solidarias de salud en la Ley 24.901 y los decretos de necesidad y urgencia (DNU) que la modificaron, que equipara las entidades solidarias con las empresas con fines de lucro.

«En el contrato de prestación médica prepaga, la compañía promete al cliente asistencia médica a cambio de una contraprestación consistente en el pago de una suma de dinero. Por ende, la actividad de la empresa de medicina prepaga es comercial. En cambio -explica López-, en las cooperativas de salud los servicios son prestados por una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades de salud por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada. Se trata de un acto cooperativo», enfatiza. Es decir, el modelo de lucro hace foco en la cobertura de la enfermedad y en ofrecer el mejor servicio a quien más paga. En tanto, las entidades solidarias entienden la salud como un derecho básico universal y no como una mercancía, por eso se preocupa de su promoción y por llegar a los lugares donde hay poca intervención del Estado y no existe el interés del sector privado, que sólo busca la rentabilidad.

Un caso puntual de acción solidaria es el del Centro Unisol de la localidad de Mariano Acosta, provincia de Buenos Aires, donde se desarrolló primero un puesto de atención primaria de la salud y hoy no sólo incorporó diferentes especialidades médicas y realizó diversas campañas de promoción y prevención sino que también abrió un espacio de enseñanza y capacitación donde se realizan, entre otros, cursos de gastronomía e idiomas. Estos emprendimientos suelen realizarse de manera integrada entre cooperativas y municipios. Como señaló el gerente general del IMFC en el Pre CAC de Salud, Edgardo Form: «En salud pública la economía solidaria tiene mucho que decir y que aportar, no para reemplazar el sistema estatal sino para articular de manera eficiente y virtuosa el cooperativismo con la acción del Estado».

Nacida hace poco más de 12 años, impulsada por el IMFC y COOPERAR, FAESS es la primera experiencia en la Argentina en la que usuarios (a través de cooperativas y mutuales de distintos servicios) y prestadores (organizados en colegios médicos, asociaciones profesionales y entidades gremiales), se unen para impulsar un modelo solidario de servicios de salud. «La federación surge con el propósito de prestar servicios de atención primaria, diagnóstico, tratamiento de la enfermedad y educación sanitaria a los miembros de sus entidades asociadas, con alta calidad humana y costos razonables, sobre bases solidarias, promoviendo la concientización y participación conjunta de usuarios y prestadores en una gestión activa de protección de la salud, manteniendo los principios propios de su naturaleza asociativa y brindando servicios eficientes a los usuarios», destaca López. Bajo esos mismos principios, en 2009 se creó la Red Unisol Salud, espacio de articulación de distintas entidades de la economía social para la promoción de la salud y el desarrollo de proyectos de prevención sanitaria.

Brasil y España

Los modelos más desarrollados de cooperativismo de salud se encuentran en Brasil y en España. «La diferencia fundamental entre el cooperativismo de salud de esos países con la Argentina radica en que en nuestro país el acceso universal a la salud es previo a las entidades solidarias, mientras que en Brasil y España el sistema sanitario se fortaleció primero con el modelo cooperativo. Allí las leyes de acceso universal son posteriores al desarrollo cooperativo», explica Leonardo Cocciro, responsable de comunicación de FAESS.

Unimed es la opción más importante de cobertura médica de Brasil, nacida en 1967 en la ciudad de Santos, estado de San Pablo, cuando un grupo de 20 médicos se asociaron en cooperativa para ofrecer una alternativa a la medicina lucrativa. Hoy es la cooperativa médica más grande del mundo, con presencia en el 83% del territorio brasileño. Aglutina 375 entidades: 4 confederaciones, una sede central, 34 federaciones y 336 cooperativas de base, la mayoría de pequeño y mediano porte. El mayor potencial de Unimed es la importante infraestructura que ostenta: 223 sedes, 103 hospitales, 23 clínicas de día, 89 centros de atención primaria, 54 laboratorios, 29 centros de diagnósticos y 166 farmacias. En los últimos 20 años, el número de cooperativas brasileñas de salud creció un 111%. Estas entidades reúnen a unos 225.000 asociados y generan empleo directo para casi 56.000 personas. En la actualidad, Brasil se encuentra entre los seis primeros mercados de salud privada en el mundo y es el único país donde el gasto privado en el área es mayor que el gasto público.

España, en tanto, está considerada la cuna del modelo cooperativo de salud. Desde 1959, el doctor Josep Espriu impulsó el modelo del cooperativismo sanitario integral. De su iniciativa surgieron tres cooperativas fuertemente consolidadas en el sistema de salud español, agrupadas hoy en una fundación que lleva su nombre. Las entidades que la conforman son: Asistencia Sanitaria Colegial (aseguradora médica); Sociedad Cooperativa de Instalaciones Asistenciales y Sanitarias (entidad de consumo) y Lavinia Sociedad Cooperativa (institución de médicos del ámbito estatal), que a su vez es propietaria de la aseguradora de Asistencia Sanitaria Interprovincial. En un reciente estudio, presentado durante la asamblea general de la Alianza Cooperativa Internacional, la Fundación Espriu se sitúa en el cuarto lugar a nivel mundial, dentro del ranking que clasifica las cooperativas sanitarias. «Si bien en España existe un sistema de salud público muy desarrollado y de amplia cobertura, lo que distingue al servicio de las cooperativas es la participación directa de los asociados, el espíritu solidario que despliega y su rápida atención», cuenta Cocciro. Otro ejemplo es Lavinia Sociedad Cooperativa, que agrupa a más de 20.000 médicos y atiende a más de un millón de personas. Mientras en todo el país ibérico hay un promedio de 4,7 médicos cada 1.000 usuarios, en Barcelona, a través del sistema cooperativo, el promedio es de 18,8. Es preciso mencionar que la sanidad pública española está pasando por una crisis inédita debido a que las políticas de ajuste y recortes que implementa el gobierno de Mariano Rajoy son cada vez más severas.

Garantizar una respuesta equitativa y eficiente a las necesidades de salud de la población es un desafío que sigue pendiente. Y en este complejo escenario, las experiencias cooperativas han demostrado ser una alternativa viable para convertir en realidad ese objetivo.

Silvia Porritelli – www.acciondigital.com.ar

(fuente: http://www.centrocultural.coop/blogs/cooperativismo/2013/03/12/cooperativas-de-salud-derecho-basico/)

 

Comments are closed.