Investigación e información científica, participación gubernamental y concientización de la población son algunas de las ventajas para las aseguradoras cuando hablamos de fenómenos climatológicos en Latinoamérica, algo que afecta especialmente a Chile, los países andinos, Centroamérica y el Caribe, aunque con diferencias según la zona en que se desenvuelvan.
Si bien la industria del seguro no posee niveles de penetración comparables a los de naciones industrializadas, experimentó un sostenido y halagador crecimiento y presenta amplias oportunidades para desarrollar nuevos productos y canales de distribución que permitan llegar a un potencial mercado en crecimiento, como producto del desarrollo económico y demográfico que experimenta América Latina.
Como región, América Latina se presenta como una tierra de oportunidades para el crecimiento de la industria del seguro auspiciado por las cambiantes condiciones climáticas. Dependerá de la innovación que realicen las compañías para superar los desafíos que se presentan, y descubrir y aprovechar oportunidades.
Fabricio Sevilla, vicepresidente de Property ACE Latin America, comentó que a pesar de que el territorio está expuesto a riesgos similares, cada uno de los países tiene características diferentes, tanto en la magnitud de los eventos esperados como en su frecuencia. En este sentido, probablemente es Chile el que más riesgo presenta en temas sísmicos, ante lo cual adecuó todo su desarrollo inmobiliario para que sea capaz de soportar fuertes movimientos telúricos. México también cuenta con un marcado desarrollo de tecnologías antisísmicas sobre todo con la experiencia obtenida del terremoto de 1985.
Para la suscripción de seguros en temas catastróficos son importantes los estudios de suelos, tipos constructivos, edad de las edificaciones y propósito de la ocupación. En el caso de pequeños inmuebles, como viviendas, tiendas o industrias menores, todo el estudio que se hace es mucho más actuarial y estadístico, pues es inviable visitar uno a uno a los asegurados para constatar los factores mencionados.
Riesgos sísmicos
La Asociación de Aseguradores de Chile (AACH) está concluyendo un Mapa de Riesgo Sísmico y Tsunami que permitirá modelar los riesgos de las carteras aseguradas para cada zona geográfica del país y que es único en su tipo a nivel mundial. Este documento es de suma relevancia para el rubro asegurador, por lo que la organización tiene previsto ponerlo a disposición de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública (ONEMI), el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) y municipios dentro de este año.
Una de las grandes motivaciones para realizar este mapeo fue el gran terremoto del 27 de febrero de 2010, que afectó del territorio chileno y dejó a las aseguradoras locales grandes lecciones.
Y aunque los datos siempre están en revisión, para la industria aseguradora el ítem catástrofes tiene un peso significativo. Sólo por los daños del 27/F (6.300 millones de dólares) y los aluviones del norte de Chile ocurridos en marzo de este año (se estima en 400 millones de dólares), las compañías debieron cubrir siniestros por 6.700 millones de dólares, según datos de la AACH.
El documento, que incluye la mayoría de las zonas que podrían ser afectadas por sismos o tsunami, será una gran ayuda para las compañías de seguros, los propietarios de bienes raíces y autoridades.
Hasta el último detalle importa
La jefa de la Dirección de Operaciones del Instituto Nacional de Seguros (INS) de Costa Rica, Licda Guiselle Hernández, recordó las cuatro variables que deben considerarse en los seguros de propiedad. La primera, la construcción, es decir, qué clase de materiales son usados, para lo cual “Costa Rica posee un Código de Construcción y un Código Eléctrico, información que arroja criterios sobre la calidad o consistencia estructural de la propiedad”.
La segunda, la ocupación o, lo que es lo mismo, conocer los contenidos de la propiedad (enseres, materias primas, equipos, materiales flamables o inflamables, distribución o conglomeración según área de construcción y otros) y la actividad económica o utilización que se le dará a la propiedad (casas de habitación, restaurantes, hoteles, industrias, etc.).
La tercera, la protección, que “implica valorar y considerar qué instrumentos o dispositivos de protección contra determinados riesgos posee la propiedad (alarmas contra robos, alarma contra incendios o detector de humos, rociadores automáticos, vigilancia, sistema fijo contra incendios, etc.).
En tanto, la cuarta, la exposición, “permite acumular información sobre los peligros o riesgos potenciales que presenta la propiedad, su ubicación geográfica (urbana, semiurbana, rural, distancia de la Estación de Bomberos) para consultar fuentes de información sobre riesgos ocurridos e impactos”.
Hernández expresó que Costa Rica, como parte del denominado “Cinturón de fuego”, está constantemente expuesta a movimientos sísmicos, lo que “conllevó que tanto las oficinas gubernamentales como la comunidad científica nacional -con ayuda de la internacional- desarrollen e instalen instrumentos de medición” en el país. “Los datos registrados por estos dispositivos se obtienen y tabulan para un monitoreo de los sismos, que conducen a mantener actualizados las directrices y políticas de suscripción”.
Una amenaza latente
Hasta diciembre de 2013, las primas de seguros del riesgo de terremoto ascendieron a 227 millones de dólares, representando el 7% de las primas de seguros totales del mercado, las cuales totalizaron en dicho año 3.244 millones de dólares, según la Superintendencia.
(fuente: OndaSeguro – Newsletter 306)