Unas 7 mil empresas deberán migrar a la nueva iso 9001

(f) El año próximo la norma de calidad más difundida del mundo actualizará su versión 2008. Las compañías que cuenten con la certificación tendrán que realizar la transición desde septiembre de 2015 en un plazo de tres años. Con una visión más amplia, el nuevo texto apunta a profundizar el cambio iniciado en el año 2000.

La más exitosa de las normas de calidad. Así se puede definir a la ISO 9001, adoptada en el mundo por 1,2 millón de compañías y más de 100 millones de empleados, que muestran con orgullo que han merecido la certificación. El año próximo, la última versión, la ISO 9001:2008, será actualizada por una nueva edición 2015, que propende a una visión integral de la gestión de la calidad.

En la Argentina, unas 7 mil empresas -un 60% son pymes-, deberán desde septiembre del año próximo realizar una migración hacia la ISO 9001:2015 para lo que tendrán un plazo de tres años, período que durará la transición. Si bien el cambio implica una reestructuración de la cultura de las organizaciones, en principio no significará un costo adicional para las empresas que decidan certificar con la próxima norma.

«Esta nueva norma es mucho más adecuada a empresas que no son industriales. Eso con la versión 2000 se logró mejorar y ahora se sigue avanzando en ese sentido. Entre el 87 y el 94 las empresas que pedían ISO 9000 a sus proveedores eran industriales, pero luego empezaron a solicitarla empresas de servicios, y hoy hay organismos gubernamentales, juzgados y dependencias de la administración pública, entre otros, ya no son sólo proveedores de materias primas», explicó Gustavo Pontoriero, gerente de Certificación Sistemas de Gestión, Alimentos y Competencias Personales del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) en diálogo con a Ámbito BIZ.

Desde que la Organización Internacional para la Normalización (ISO) lanzó la familia de las normas ISO 9000, por el año 1987, lo hizo con «una versión muy industrialista que buscaba controlar los productos que entregaban los proveedores de una manera más proactiva», analizó Pontoriero.

Por decisión de la ISO con sede en Ginebra, las normas son sometidas cada cinco años a una revisión sistémica para evaluar la necesidad o no de adecuarlas a nuevas realidades. En ese contexto, en el 94 se consolidó ese modelo pensado para la producción, hasta que «en el año 2000 se cambió a un enfoque por procesos y resultados», sostuvo Pontoriero, lo que posibilitó simplificar la norma para adaptarla a las empresas de servicios y a dependencias de la administración pública.

«El año 2000 fue un punto bisagra en la historia de la ISO 9001, y llegamos a la versión 2008, que fue una actualización de la 2000, en la que se decidió que no se iba a cambiar ningún requisito porque recién se había salido de la transición de la 2000, que terminó recién en el año 2003», recordó el gerente de IRAM. «En su momento -agregó Pontoriero-, en la Argentina eso significó un cambio cultural enorme para las empresas, sobre todo pymes, y los entes también tuvieron que adaptar sus auditorías; fue un proceso de transición hasta 2003 y en el medio se perdieron muchas empresas que no pudieron adecuarse».

Luego, en el año 2005, se hizo la revisión sistemática en la que sólo se hicieron unos retoques, con lo cual la transición fue casi nula. Pero en 2011, el ente internacional de normalización decidió que «era el momento de un cambio significativo; de todas formas no es un cambio tan drástico como en 2000, pero es un cambio que para mí renueva el concepto de gestión que va a ser muy positivo para el mercado», pronosticó Pontoriero.

Cambios

La nueva ISO 9001:2015 supone una serie de actualizaciones con una visión más amplia de los factores que influyen en los sistemas de gestión de calidad. En cuanto a los cambios introducidos, Pontoriero identificó para Ámbito BIZ cuatro ejes centrales:

1_ Contexto: «Se agregó que la organización no sólo mire al cliente, sino que tiene que identificar el contexto en el que trabaja y gestionar algunas cuestiones relativas al entorno que puedan afectar a la calidad».

2_ Líderes: «Se cambió el concepto de responsabilidad de la dirección, que era cómo se tenía que involucrar la alta dirección de la empresa en la gestión de la calidad, con el concepto de liderazgo. No es que tienen la responsabilidad de hacer ciertas cosas periódicamente, sino que se tienen que poner al frente del proyecto».

3_ Prevención: «Antes la norma decía que si detectabas un indicador con una tendencia negativa había que tomar una acción preventiva, ahora las acciones preventivas desaparecieron y aparece el concepto de analizar los riesgos y gestionarlos. La norma dice que hay que evaluar el riesgo de la calidad, es decir, qué riesgo estás asumiendo con la planificación. Parece superfluo, pero es el mayor cambio, el hecho de entender a la organización y su contexto, y no solamente el producto y la relación con su cliente. Antes la prevención era más reactiva, porque se analizaban indicadores y se actuaba, pero otra cosa es entender los riesgos y analizar su posible impacto. Es decir, mitigar los problemas con un trabajo de análisis que es previo al funcionamiento cotidiano del sistema».

4_ Competencias: «La norma actual habla de gestionar las competencias de las personas para que puedan ejecutar las tareas que tienen asignadas, siempre que estén vinculadas a la calidad. Y ahora se empieza a hablar de gestionar recursos humanos, en lo que hace al compromiso y al desarrollo, conceptos adicionales a lo que es la competencia plana».

Sin estadísticas oficiales, datos del mercado estiman que en el país hay unas 7.000 empresas certificadas con la ISO 9001:2008. Al respecto, Pontoriero sostuvo que «en el mundo la certificación de ISO 9000 está mucho más saturada. Por ejemplo, en Italia hay 90.000 empresas certificadas. En Europa el nivel de certificación dividido por la cantidad de empresas posibles es mucho más alto que en la Argentina, pero nuestro mercado tiene un crecimiento de entre un 5% y un 8% anual, cosa que no ocurre en otros países emergentes».

Una vez que las empresas logran la ISO 9001, tienen la obligación de hacer un seguimiento anual y recertificar cada tres años. Ahora, quienes tengan el sello de calidad versión 2008, deberán pasar al 2015, pero podrán hacerlo en cualquiera de las etapas de la revisión, lo que implica que no habrá un costo extra. «Para una pyme el proceso completo de tres años lleva entre tres y cuatro días de auditoría. Ese proceso debe estar a unos $ 24 a $ 25 mil, más un costo administrativo de emisión de certificados que se cobra una vez cada tres años, que serán unos $ 2.500, con lo cual se está hablando de una inversión en tres años de entre $ 27.000 y $ 30.000. Si la empresa está en un proceso activo, va a pagar lo que le toque en el momento en el que está».

Para promover la transición, el IRAM ya comenzó a trabajar en la difusión y explicación de los alcances que tendrá en las organizaciones la ISO 9001:2015. «La norma se mejoró muchísimo y las empresas la van a encontrar más fácil; ése es el punto valioso. El lenguaje se hizo mucho más entendible; entonces, es una norma más atractiva para los distintos niveles de usuarios», consideró Pontoriero.

(fuente: ambito.com Por: Guillermo Gammacurta- 30/6/14)

Muchas gracias Silvina Vazón por la colaboración.

 

 

Comments are closed.