Una nueva etapa para la transparencia corporativa

En los últimos años hemos sido testigos de una favorable evolución del concepto de Sustentabilidad en Argentina y la Región. Las principales empresas y organizaciones han pasado de considerarlo como un sinónimo de filantropía corporativa, a entenderlo como una fuente fundamental para la creación de valor empresarial.

Estamos frente a un cambio de paradigma, un nuevo escenario en el que la Sustentabilidad tiene un lugar cada vez más relevante en las conversaciones de los más altos órganos y áreas de las empresas. Y esto tiene que ver, en gran parte, con que los públicos de interés – y especialmente los consumidores – están cada vez más interesados en conocer que hay detrás de los productos y servicios que consumen.

Éstos tienen cada vez mayor acceso a todo tipo de información; y son al mismo tiempo más conscientes del poder que ejercen sobre las empresas, por lo que se ocupan de indagar sobre los impactos que cada una de ellas genera a nivel económico, social y ambiental. 7 de cada 10 consumidores – según estudios recientes de la consultora Nielsen de España – reclaman Confianza, Honestidad y Responsabilidad por parte de las empresas, y demandan que las organizaciones “den la cara a sus grupos de interés” y “conversen periódicamente con los consumidores”.

La transparencia corporativa puede entenderse, entonces, como “un intento deliberado por parte de las organizaciones de crear un entorno de confianza en el que promocionar el acceso libre a la información y la comunicación abierta”. En resumen, la transparencia en materia de Gestión Responsable y Sustentable requiere que las empresas proporcionen a sus grupos de interés toda la información relevante relacionada con las políticas y acciones que llevan adelante.

La demanda de transparencia, honestidad y rendición de cuentas a los tres sectores – público, privado y sociedad civil – no va a cesar, y por el contrario va a incrementarse cada vez más. Las empresas, por su parte, deberán alinear procesos y comunicaciones a entornos más exigentes; diseñando estructuras flexibles que les permitan reaccionar más rápido y coherentemente.

En un mundo repleto de información, la empresa tiene que posicionarse y abrir sus puertas hacia la sociedad. Una empresa transparente es una empresa que dialoga, y de esta forma genera confianza y credibilidad ante sus stakeholders.

Una compañía con perfil proactivo deberá informar claramente sobre su contribución a la sociedad en relación con los principales desafíos que ésta enfrenta, así como sobre sus metas estratégicas al respecto. No basta sólo con actuar responsablemente: Sin transparencia no hay posibilidad de credibilidad.

* Por Julieta Ramírez, Responsable de Comunicaciones del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE).

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