* Por Fernando Hofmann, Director de Asuntos Legales y Corporativos de Kimberly-Clark LAO Región Austral.
Desde sus orígenes nuestra compañía se propuso mejorar la calidad de vida de las personas en todo el mundo. Elegimos una manera de hacer negocios y de tomar decisiones que ponen en el centro de nuestra estrategia el bienestar de las personas. Un desafío que se multiplica cada año en la medida en que cada vez más personas confían en nosotros. Una responsabilidad que le da sentido a nuestra esencia.
Desde hace tiempo venimos trabajando fuertemente en el ingreso de la compañía al paradigma de la economía circular en nuestros procesos productivos. Esto significa conseguir que nuestros residuos productivos dejen de considerarse “deshechos” para pasar a que tengan una segunda oportunidad: Se reincorporen al proceso productivo o se conviertan, gracias al reciclado, en objetos con nuevas utilidades. De esta manera nos vamos acercando a nuestra meta de enviar 0% de residuos productivos a enterramiento.
Buscar el bienestar de las personas es un proceso que entendemos que tiene dos vías: La primera, a través de productos de calidad que satisfagan necesidades y cumplan las expectativas de protección, cuidado e higiene por las que somos elegidos desde hace casi 25 años. La segunda, se refiere al proceso, a cómo hacemos lo que hacemos. Y justo ahí, en esa convergencia, es que podemos realmente asegurar la calidad en sentido amplio. Calidad en el “qué”, el producto, eso que finalmente disponemos en la góndola. Y calidad en el “cómo”, un proceso fabril sustentable.
Cada vez más cerca…
Estamos logrando elaborar productos más rentables, con una mayor productividad y ahorro de costos de energía eléctrica, combustibles, agua, materias primas, así como costos de logística, almacenamiento y recursos humanos.
Precisamente, dentro de la compañía, estamos seguros que la clave de la Sustentabilidad es esto: Enfocarnos en hacer la diferencia, en innovar y concretar las metas. Por ejemplo, en la planta de Bernal, realizamos un proceso de recuperación de barros, donde todos los residuos generados son llevados a una empresa dedicada a la fabricación de ladrillos.
Dentro de lo que nosotros llamamos un proceso circular productivo, también reutilizamos distintos materiales como el polietileno, que se procesa generando un grumo con el cual se produce el cuerpo en el que se insertan las cerdas de cepillos y escobas. Por otra parte, el cartón se recicla y es reutilizado por empresas que producen derivados del papel. Mientras que los residuos metálicos son enviados a la fundición, o los alambres son retirados por otro proveedor para la posterior manufactura de jaulas para mascotas o perchas.
Queremos ser una empresa cada día más responsable con los recursos del medio ambiente, por esto, año tras año, implementamos acciones sustentables para que el crecimiento del negocio a largo plazo se vincule con las necesidades sociales y ambientales de la gente. Por esto continuamos innovando, invirtiendo y renovando nuestro compromiso de manera constante, manteniendo los valores de ética y trasparencia en toda su gestión orientada a la sustentabilidad.
Este año, con esta mirada circular, sin duda, seguimos dando un paso más.
Fuente: http://www.iarse.org/seccion/columnistas/una-gestion-sustentable-implica-una-productividad-circular/