(f) ¿Tus empleados deben usar corbata?
Mientras me encontraba caminando recientemente por Londres, pasé por un grupo de niños de escuela uniformados, caminando en una sola línea detrás de sus maestros.
Nada inusual, excepto por un pequeño detalle que me hizo reír: traían puestas corbatas idénticas. O mejor dicho, lo que quedaban de ellas. Más de la mitad de los niños habían cortado sus corbatas por lo que tan sólo unos centímetros de tela colgaban desde el nudo.
Intrigado, le pregunté al maestro que los lideraba qué les había pasado. Se rió y me respondió, “Los niños odian usarlas, pero las reglas de la escuela dictan que tienen que. Sin embargo, las reglas fallan en especificar qué tan largas deben ser, así que las cortan”. Me pregunté por qué yo no llegué a una solución tan innovadora cuando iba en la escuela.
Esto captó mi mirada porque Virgin recientemente inició en el negocio banquero con la adquisición de Northern Rock, un banco británico que estamos renombrando gradualmente como Virgin Money. En la banca inglesa, pocas cosas provocan tanto terror en los clientes como la idea de enfrentarse a un gerente con traje y corbata detrás de un escritorio de madera. Así que decidimos rediseñar los bancos.
Uno de nuestros primeros cambios ha sido empezar a remover los mostradores tradicionales y remplazarlos por áreas informales. También pensamos que la vestimenta formal del equipo era una barrera para tener una experiencia amigable con el cliente. Así es que nuestro nuevo grupo de empleados de Virgin puede no usar corbatas.
Esto me beneficiará también a mí. Siempre he odiado las corbatas porque en realidad me parecen inútiles. Son incómodas y no tienen ningún uso. Tengo mucha suerte de que siempre he trabajado para mí, por lo que nunca he sido víctima de los códigos de vestimenta corporativos. Por años, un suéter y unos pantalones fueron mi atuendo. Alguien una vez bromeó, “el día en el que Richard aparezca en el banco usando un traje y una corbata, sabremos que estamos en problemas serios”.
Últimamente he estado usando un saco, que es más práctico puesto que me encuentro frente a muchos climas y situaciones distintas en mis viajes de negocios, pero sólo uso una corbata en casos extremos, lo que significa ocasiones ultraformales, como una cena en la Casa Blanca.
Los trajes y las corbatas en una oficina son otro tipo de uniforme, pero en un campo donde los uniformes no tienen ningún sentido. En algún momento probablemente servían para mostrar quién era el que los usaba y que tenía el suficiente dinero como para comprar y mantener una prenda tan cara. Ahora, sin embargo, en una cultura individualizada e interconectada los logros hablan por sí mismos. El traje y la corbata son anacrónicos.
Antes, un hombre que tenía un cuello abierto (que por lo general era yo) se sentiría inseguro por eso (que no era yo). Ahora, me alegra notar que es el hombre que usa una corbata el que se ve “raro” y fuera de lugar.
Probablemente uno de los grandes cambios que provocó el gradual desuso del traje y la corbata vino de los círculos políticos. Tony Blair fue el primer ministro inglés que empezó a aparecer en público sin el atavío “adecuado”. Ahora, el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, lo ha llevado a un nivel en el que parece que prácticamente no trae corbata el 50 por ciento del tiempo.
Siempre me he enorgullecido de romper con las normas cuando algo significa una barrera en los negocios, o simplemente es ridículo. Y no existe ningún argumento que explique por qué los “caballeros” deben usar corbatas. Lo mejor que pueden responder es: “Porque todos los demás estarán usándola”.
Una de las señales que muestran que la cultura empresarial ha cambiado es cuando una persona llega a una junta conmigo, por lo general lo primero que preguntan es “¿Te importa si me quito la corbata?”. Seguramente nunca pensaron, “si no usamos las corbatas tendremos menos oportunidad de conseguir el trato”. Entonces, ¿para qué usarlas en primer lugar?
Así que en nombre de todos los oprimidos por el uso de la corbata, aquí está una petición a todos los déspotas corporativos que aún fuerzan a sus empleados a hacerse nudos en los cuellos todos los días: Por favor piénsenlo de nuevo.
Fuente: SoyEntrepreneur.com
(fuente: http://managementjournal.net-Newsletter #216)