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Potrero de los Funes, 30 de noviembre de 2014.-Néstor Girolami se consagró Campeón Argentino de Súper TC2000 en una final apasionante que ganó Facundo Ardusso. Con este título, Peugeot volvió a ser campeón tras 19 años y además se llevó el título de Equipos.
Para Néstor Girolami la última vuelta de la 12° fecha del Campeonato Argentina de Súper TC2000 fue eterna. No quería ni escuchar la radio y, mucho menos, desconcentrarse. Cuando cruzó la línea de meta en el giro definitivo las lágrimas comenzaron a caer y la emoción lo invadió. Pero volvió a concentrase. Volvió a pensar en su amigo Guido Falaschi, su familia, el Peugeot LoJack Team y toda la gente que lo acompañó para esta definición apasionante que tuvo la categoría en el circuito Internacional de Potrero de los Funes. Y así transitó los últimos 6270 metros que posee el semipermanente más pintoresco del país.
Todo eso vivió el flamante campeón del Súper TC2000, nada menos que Néstor Girolami. Ese piloto que dominó durante la segunda mitad de la temporada con el Peugeot 408 del Peugeot LoJack Team y llegó a la definición del campeonato con 19,5 puntos de ventaja sobre Leonel Pernía (Renault LoJack Team) y 27 sobre Agustín Canapino (Peugeot LoJack Team).
Ellos tres fueron los que arribaron a tierras puntanas con la posibilidad de quedarse con el 1, el ansiado 1. Y ya desde la clasificación la cuestión estuvo reñida. Es que Pernía se clasificó en la cuarta posición, Girolami en la sexta y Canapino, en la octava. Por eso para la final la definición quedaba a suerte y verdad de cada uno.
Y vaya si fue apasionante esta última cita porque en la largada hubo grandes novedades que podían cambiar la historia del campeonato. Mariano Werner (Fiat Petronas) y Matías Rossi (Toyota Team Argentina) largaban en los primeros dos lugares y Facundo Arudsso (Fiat Petronas) y Pernía, en la segunda fila.
Rossi largó y comenzó a presionar a Werner. Se tocaron en varias oportunidades y ambos salieron perjudicados, porque Rossi rompió un neumático y Werner perdió la punta en manos de Pernía. Fue el primer golpe de escena de esta final porque si el de Tandil ganaba y Girolami –que en ese momento estaba 7°- terminaba 13°, el de Renault era campeón.
Lógicamente, Girolami era paciente y no se desesperaba. Se quedaba tranquilo en su séptima posición y aguardaba que las vueltas pasaran. De hecho, fue superado por Canapino quien necesitaba imperiosamente sumar puntos y esperar que los otros dos no lo hicieran. Era a todo o nada para Canapino, como también para Pernía.
En la tercera vuelta salió el Auto de Seguridad y la tensión se calmó. Pero duró poco porque a los giros siguientes el espectáculo se reanudó con novedades. Arudusso, que venía segundo, superó a Pernía y la ecuación cambió. Sus chances se reducían y las de Girolami aumentaban.
En el medio del pelotón Emiliano Spataro, Fabián Yannatuoni (ambos del Renault LoJack Team), Esteban Guerrieri (Toyota Team Argentina) y Christian Ledesma (Fiat Petronas) aceleraban y se intercalaban posiciones con el afán de avanzar. Ledesma llegó hasta el sexto lugar, donde estaba Damián Fineschi (Fe Peugeot Junior Equipe), lo superó y comenzó a perseguir a Girolami para arrebatarle el quinto puesto.
Girolami, inteligente, lo dejó pasar y quedó con Fineschi como protector. Canapino, por su parte, aceleraba y trataba de superar a Mariano Werner que tras la fatídica largada con Rossi había quedado tercero. Probó sobrepasar al entrerriano pero estiró demasiado la frenada y perdió varios lugares hasta quedar atrás de Girolami, quien estaba sexto.
A todo esto, Ardusso seguía en la punta con un verdadero misil porque el Fiat le sacaba más de tres segundos al Renault de Pernía. Y a pesar de haber equivocado en la vuelta anterior, Canapino volvió a pasar a Girolami, adelantó a Ledesma y luego, con toque incluido, pasó a Werner para quedar tercero.
Era el último embate que le quedaba a Canapino para soñar con la corona. Tenía que superar a Pernía y esperar que Girolami y el propio piloto de Renault tuvieran un inconveniente y abandonaran la carrera. Hasta que la última vuelta quiso arrebatarle el segundo lugar a Pernía. Se tocaron y los dos perdieron posiciones. Sí, justo cuando quedaba el último giro. Esto finalmente le valió la exclusión a Canapino y la posibilidad a Esteban Guerrieri de lograr un nuevo podio (tercero), como también a Werner (segundo), quienes escoltaron a Ardusso que logró el primer triunfo del año.
Esto dejó mucho más tranquilo a Girolami que así transitó la última vuelta más importante de su vida. La que más espero. Fue en ese momento en el que comenzó a sentir que ese giro era eterno y a recordó a quienes lo acompañaron durante este año glorioso. Hasta que cruzó la bandera de cuadros y se consagró como Campeón Argentino de Súper TC2000.
De esta manera Girolami cruzó una línea que todo piloto desea, obtener un campeonato argentino por primera vez. Además le dio el segundo título a Peugeot después del que consiguió en 1995 en manos de Juan María Traverso con un Puegot 405.
Por otro parte, el Peugeot LoJack Team se consagró campeón del Campeonato de Equipos con 426 puntos y estiró su ventaja en el de Marcas (ahora posee 486 unidades) que había obtenido en Codegua.
Una alegría enorme para Girolami que se consagró con tres triunfos (Buenos Aires y las dos carreras de Santa Fe) y para el Peugeot LoJack Team que además sumó dos victorias más con Agustín Canapino (La Pampa y Codegua). Sin duda, un 2014 soñado tras varios años de preparación y trabajo al mando de Ulises Armellini y todo Peugeot Argentina.
“Estoy emocionado, shockeado. Pasan muchas cosas por mi cabeza. Fueron momentos muy duros, muy difíciles los que me han tocado vivir. Lo primero que quiero decir es dedicárselo a Guido Falaschi, que está en mi memoria y que siempre estuvo al lado mío, acompañándome. A toda mi familia, mis amigos, a todos los que siempre creyeron en mí y a todo el equipo Peugeot que son unas fieras. Me han acompañado en las buenas y en las malas. Han confiado en mí, han apostado. Devolverle con esto es todo es tocar el cielo con las manos para mí.
Ponerme en el mismo casillero de Traverso no lo entiendo. Nunca voy a ser un Traverso, porque Traverso hay uno solo y para mí el “Flaco” es el más grande de todos. Me emociona después de Traverso ser el primer campeón de Peugeot. Sé lo que buscaba este resultado la gente de Peugeot, por eso no quería cometer ningún error.
No le quería fallar al equipo. Tuve el mejor auto de toda la temporada, me ha tocado manejar un excelente Peugeot 408 que nunca se paró. Fuimos el único equipo con todas las vueltas dadas; es para sacarse el sombrero y aplaudir a todos los mecánicos e ingenieros.
Sentí que era campeón cuando bajó la bandera de cuadros. Las carreras se ganan cuando baja la bandera. En ninguno momento me creí campeón. Quería ser campeón y después poder festejarlo. Siempre mantuve la tranquilidad. Si no se daba sabía que había sido un gran año igual.
En la última vuelta no quería distraerme. No terminaba más. Aparecen todos los ruidos, todos los recuerdos. Fue muy dura, no me quería desconcentrar. Ahora estoy feliz y espero que esto no se acabe nunca”.
Fuente: Prensa Súper TC2000.
Foto: Súper TC2000, Prensa.