…Buscando construir una disciplina profesional…
Una de las razones principales que me impulsa a intentar centrar la conceptualización de nuestra actividad, se debe a que de manera recurrente vengo escuchando de amigos empresarios nacionales y del exterior –legos y no legos en el tema–, que nuestra labor no tiene el valor significativo en el desarrollo de una sociedad, que son acciones solo de maquillaje reputacional.
Lo más interesante es que, hace poco asistí a una reunión de expertos en Responsabilidad Social en donde se premiaba a iniciativas sobre el particular y al analizar cada una de las galardonadas, en realidad transversalmente todas tenían mucho de inspiración dolida sobre la pobreza pero no de haber sido sometidas a la rigurosidad de la metodología de investigación científica. No significando esto, que no son buenos modelos, sino más bien que son modelos en los que debemos basarnos para coadyuvar a tener una disciplina propia de naturaleza profesional.
Es por eso, que humildemente, pretendo dar alcances que permitan lograr una visión más concreta de nuestro conjunto de tareas en perspectiva de un mundo mejor.
A ver, desde que se desplegó y/o “marketeó” el concepto de RESPONSABILIDAD SOCIAL (RS), éste estuvo relacionado directamente con CONCIENCIA SOCIAL. Siendo ésta, el conocimiento que una persona tiene sobre el estado de los demás integrantes de su comunidad. Por consiguiente, el individuo con conciencia social es aquel que es consciente de cómo el entorno puede favorecer o perjudicar el desarrollo de las personas.
La formalización surge de los conocidos Estocolmo, Brundtland, Kyoto, Pacto Mundial, Global Reporting Inititative, ISO 26000, Libro Verde y el Blanco, asi como Ethos, entre otros.
Si se pretende resumir a todos los mencionados, lo que se está buscando es construir un bloque social y medioambiental; esto a través de las empresas.
Aquí es donde comienza el gran problema, a mi modo de ver, intentar trasladar la responsabilidad a la empresa sobre los impactos de su actividad en la sociedad que coexiste, no es lo que necesariamente define a nuestra actividad. Una visión de esta forma, nos daría la estrechez de considerar que es el aporte de niños ricos para los niños pobres o caeríamos en la lírica proselitista de la sostenibilidad mágica. Este último criterio será materia de una entrega posterior.
Considero pues, que es el momento de establecer los hitos demarcadores como disciplina y para ello hay que ser claros en cuanto a nuestro alcance, si nos sustentamos en documentos muy formales, es preciso incorporar el elemento que cierra el círculo virtuoso de nuestro quehacer y ese es el tema MEDIOAMBIENTAL.
Consultando a los expertos en la materia, ellos se rehúsan a incorporar en nuestra lexicografía esta palabra porque infieren un conflicto con otras disciplinas. Otras voces del mismo canal indican que es un aspecto fútil u ocioso el querer demandar tiempo en esta discusión. Considero que no, en tanto y en cuanto hacia afuera se nos siga percibiendo como los maquilladores para la exclusiva generación de corriente de opinión favorable hacia lo que nos hacen representar, en esa medida no ganaremos el respeto merecido por lo que en el fondo hacemos.
Desde que se habla de RS o RSE nos sustentamos por esencia en la naturaleza y/o en el medio ambiente, ¿Por qué no establecer de manera indisoluble el vínculo en nuestra denominación? Vale decir RESPONSABILIDAD SOCIO AMBIENTAL (RSA).
Más que dar, la RSA debe ser un impulso metodológico de subir la cuesta del cumplimiento de un deber, comprender lo que el contenido de las preocupaciones sociales, medioambientales y éticas exigen para ser preservado en beneficio de nuestras generaciones venideras.
Estoy de acuerdo cuando indican la RSA no es solo una preocupación de empresas o instituciones, debe ser preocupación de colectivos de mente abierta para ayudarnos y apoyarnos como sociedad, utilizando todos los recursos inclusive los económicos para mejorar el bienestar de todos los seres humanos.
“La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad” (Enclíclica LAUDATO SI – PAPA FRANCISCO)
(fuente: http://diarioresponsable.com/portada/destacados/22067-responsabilidad-social-o-responsabilidad-socio-ambiental.html)