Qué recaudos tomar para viajar en auto a Brasil

(f) Para los que soñaron con viajar y no lo hicieron, tristeza. Si te emocionaron los partidos de la selección y estás pensando en cruzar la frontera, toma nota de algunos consejos.

¿Estás flojo de papeles?

Sea propio o alquilado, los requisitos para circular con un auto por las rutas brasileñas son parecidos a los que corren en la Argentina. Además de ser titular del vehículo, debe tener cédula verde o azul, un certificado de seguro contra terceros y otro de la póliza de seguro única para el Mercosur. La empresa aseguradora está obligada a expedir el certificado: la mayoría cuenta con un apartado en sus sitios web desde los cuales se puede generar y descargar el certificado sin costo alguno. Circular sin este papel podría significar una tarjeta amarilla en la frontera: se podría solucionar visitando un cibercafé en alguna ciudad fronteriza.

Tampoco viene mal consultar en la empresa aseguradora cuál es la asistencia mecánica en Brasil, por si el auto nos dejara en el camino. En ese caso, sería una tarjeta roja. y volver a casa en primera vuelta.

El registro es lo de menos: salvo que sea muy viejo y esté expedido por autoridad municipal, te va a servir para circular por las rutas cariocas. Lo ideal es renovarlo por la licencia nacional de conducir, que tiene medidas de seguridad de nivel internacional. La misma recomendación corre para el DNI y el pasaporte. Aunque con el primero alcanza para entrar al país, no viene mal llevar ambos en su última versión, que puede tramitarse muy rápidamente. Si la policía te para, te pedirá el registro y algún sello que certifique la fecha de entrada al país. Puede ser el pasaporte o una oblea que se da en caso de entrar con DNI; si así fuera, no hay que perderla, por nada del mundo.

¿Tu auto está en forma?

Aunque de local juegue como un campeón, fuera de su hábitat el vehículo puede irse al descenso. Algunos empeñan la silla de ruedas de la abuela con tal de ir a alentar a la selección a Brasil y quedarse hasta que salgamos campeones en otro Maracanazo: por eso, ¿qué cuesta visitar al mecánico?

Empezando desde abajo, los neumáticos son uno de los factores más determinantes antes de emprender cualquier viaje. Cortes o «huevos» en los lados de los cauchos pueden traer resultados fatales si se expone la rueda a un uso prolongado, a altas velocidades o altas temperaturas. Estas situaciones son fijas en un viaje rutero a Brasil, por lo que es imprescindible salir con neumáticos en condiciones.

Un cambio de aceite o de correas no está de más. Si el coche en cuestión tiene 90.000 kilómetros y nunca recibió un cambio de correa de distribución, más vale hacerlo.

Aunque parezca innecesario, es muy probable que la policía caminera brasileña te pare para contar la cantidad de focos quemados que tienen tus ópticas. Los árbitros son localistas y jugando de visitante, mejor no discutir. Más vale levantar la bandera del fair play y no pasarse de vivos, especialmente si se trata de seguridad vial.

¿Qué ruta vas a tomar?

Es un Mundial a medida de los argentinos que quieren alentar a la selección. Las distancias no son para nada escandalosas y se pueden hacer tranquilamente alternándose dos personas en la conducción. Para los partidos en Río o en Belo Horizonte, se puede tomar la ruta 14 hasta Paso de los Libres, conocida en otro tiempo como «la ruta de la muerte», hoy es una autovía de doble mano totalmente segura. Cruzando el río Uruguay se entra en Brasil, y luego la BR 290 hasta Porto Alegre, la BR 101 hasta Curitiba y la BR 116 hasta Río de Janeiro.

La ruta más corta al Mundial es la siguiente: se cruza en ferry a Colonia del Sacramento, y desde allí son 947 kilómetros pasando por Montevideo, Minas, Treinta y tres y Río Branco hasta cruzar a Brasil, rumbo a la ciudad de Porto Alegre. Por estas rutas circulan menos camiones: es ideal para llegar al partido sin estrés.

Algunos consejos

Aunque desde la Argentina miremos a Brasil como un país festivo, no se toman la seguridad vial para la joda. Hay mucha policía en las rutas, radares fijos y móviles, y las multas son carísimas. Pueden retener el vehículo en el momento o evitar que cruce la frontera de regreso a su país, a menos que pague la multa correspondiente.

El famoso código rutero de luces, tan común entre los camioneros argentinos, en Brasil no corre. No quede en ridículo.

Los peajes no son tan caros, pero no aceptan dólares ni pesos argentinos, solo reales.

Muchos visitantes asiduos del sur brasileño recomiendan no viajar de noche ni llegar de noche a una ciudad para buscar hotel. Como Brasil tiene índices de delincuencia mucho más altos que la Argentina, hay que evitar las zonas peligrosas.

No se debe viajar con coches gasoleros, ya que en Brasil hay poco diésel. La alconafta, que es muy común, no sirve en los autos argentinos, aunque muchos de ellos sean made in Brasil. Nuestros motores no están preparados para mezclar nafta y alcohol, y se terminará por reventar el motor.

Fuente: Por Nahuel Coca I LA NACION.

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