Relevamiento de CESVI en Capital y GBA.
Es en un trayecto de 107,5 km entre Pilar y el Obelisco, ida y vuelta. El auto más rápido (130 km/h) hizo más sobrepasos y frenadas bruscas que otro a 110 km/h.
¿Pisar el acelerador para ganar tiempo o pisar el acelerador para ganar riesgo? Un estudio comparativo del CESVI (Centro de Experimentación y Seguridad Vial) indica que llegar 8 minutos antes a destino acelerando más de la cuenta implica también subir un 33% el riesgo de sufrir un accidente. El dato surge de un estudio comparativo que hizo el CESVI con un auto circulando a 90, otro a 110 y otro a 130 km/h en un trayecto de 107,5 km. La conclusión es que no se “ganan” tantos minutos y se incrementa considerablemente el riesgo de tener un accidente. En ciudad también se hizo la comparación con autos circulando a 40 y a 60 km/h. Y se llegó a la conclusión de que llegar 12 minutos antes implica en áreas urbanas un riesgo un 18% mayor.
El dato toma relevancia teniendo en cuenta que en 2016, sobre un total de 10 mil vehículos relevados en autopistas (Acceso Oeste, Panamericana y General Paz), el 28% excedía la velocidad máxima. Que el exceso de velocidad influye de manera directa en los accidentes es una cuestión de sentido común, pero que expresado de manera numérica se vuelve más evidente. En el mundo, el 40% de los choques están relacionados con el exceso de velocidad, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio muestra que hay evidencia directa de que circular a 5 km/h por encima de la velocidad permitida son suficientes para duplicar el riesgo de un choque. Y un aumento de entre 10 y 15 km/h de la velocidad límite contribuye en gran medida a los choques graves.Para dimensionar el riesgo se tuvieron en cuenta la cantidad de maniobras peligrosas que hace un vehículo durante el recorrido, como la número de veces que tuvo que frenar el vehículo, la cantidad de esas frenadas que fueron bruscas, los cambios de carril y los adelantamientos por derecha y por izquierda. En el caso del circuito mixto de autopista y ciudad se hizo desde Pilar hasta el Obelisco (107,5 km, ida y vuelta), en velocidades de 90, 110 y 130 km/h, mientras que para el circuito urbano se recorrió a 40 y a 60 km/h el trayecto desde Libertador y Comodoro Rivadavia hasta Retiro.
En la autopista. Una imagen del relevamiento que realizó CESVI en Panamericana, General Paz y Lugones. Al subir la velocidad, se pierden visión y chances de frenar.
En la autopista. Una imagen del relevamiento que realizó CESVI en Panamericana, General Paz y Lugones. Al subir la velocidad, se pierden visión y chances de frenar.
El vehículo que circuló a 130 km/h llegó 13 minutos antes que el de 90/h y 8 que el de 110 km/h, pero realizó 108 sobrepasos y 231 frenadas, aumentando un 70,8% el riesgo de tener un accidente. Mientras que el que circuló a 110 km/h sobrepasó 60 veces y frenó 118, con un aumento del riesgo del 37,5% (un 33,3% menos). Curiosamente, el que llegó último tuvo un riesgo mayor al segundo (40,7%), ya que tuvo que adelantarse 80 veces y frenar en 116 ocasiones.
“Es indudable que los conductores quieren llegar desde un punto a otro lo más rápido posible y con una sensación razonable de seguridad. Pero la mayoría ‘negocia’ con el tiempo y con su propia seguridad y la del resto de los conductores. Lo más importante y urgente es el cambio cultural en la gente”, dice Marcelo Aiello, Gerente General de CESVI Argentina, que encaró este estudio como parte de la Semana del Seguro y la Prevención.
Las diferencias del comparativo en ciudad también son elocuentes: la conclusión más concreta es que el vehículo que circuló a 60 km/h completó el recorrido12 minutos 40 segundos antes que el que iba a 40 km/h, pero el que circulaba a mayor velocidad asumió riesgos por un 52,40% mientras que para el otro fue de 34,35%. El auto que viajaba a 60 km/h tuvo que realizar 112 adelantamientos, contra sólo 10 que tuvo que hacer el que iba a 40 km/h durante el mismo recorrido.
La velocidad implica riesgo y también el grado de los daños. “Las lesiones a los ocupantes de un vehículo están ligadas directamente a la velocidad, ya que es la responsable de la energía cinética que genera el daño sobre las personas. La lesión crecerá en función de la velocidad desarrollada por el vehículo en el momento del impacto. A modo de ejemplo, si un vehículo viniera circulando a 50 km/h y de repente aumentara su velocidad a 70km/h y en ese momento chocara, se duplicarían los daños tanto sobre el vehículo como sobre las personas”, explica el Jefe de Seguridad Vial de CESVI, Hernán de Jorge.
La visión periférica también disminuye a medida que aumenta la velocidad. A 40 km/h el conductor tiene un campo de visión de 100º, lo que le permite ver obstáculos situados en los laterales de la vía. A 70 km/h el campo disminuye a 75°, mientras que a 130 km/h su cvisión cubre unos 30º. También la velocidad implica un perjuicio respecto de la distancia de frenado: un conductor que circula a 130 km/h avanzará 131 metros hasta detenerse por completo.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Prueban-ganar-minutos-riesgo-accidentes_0_1670833072.html