Prepararse para un escenario en cambio permanente

Las universidades y el reto de formar especialistas en una disciplina (y un mundo) que está en constante estado de mutación.

Hasta hace apenas unos meses, los mega acuerdos -como el Trans Pacífico, el Trans Atlántico-, eran un tema de moda, casi obligado en cualquier evento donde se hablara de comercio internacional. Pero en noviembre, contra todos los pronósticos, ganó las elecciones presidenciales de los Estados Unidos el candidato que prometía sepultar tales negociaciones, Donald Trump. Y si bien muchos pensaban que el republicano no iba a ser capaz de llevar adelante sus amenazas y anular estos convenios, la realidad demuestra que sí lo es y que hoy hasta el tratado con México pende de un hilo.

El triunfo de Trump impacta de modo directo en la configuración comercial del mundo.

El comercio exterior ha sido siempre una disciplina muy práctica y una actividad muy dinámica. A las universidades se les pide una formación que incluya las tareas cotidianas de la profesión, pero esas tareas se ven afectadas por cambios políticos y normativos drásticos, cada vez más seguido y en todas las latitudes. Planificar las clases debe ser difícil hoy para los profesores de comercio internacional en México, o en el Reino Unido, con el Brexit aún sin tomar forma.

Por otra parte, en la Argentina lo que estaba prohibido bajo un gobierno pasa a ser promovido por el que lo sustituye. Así, cíclicamente pasamos de una época donde hay que pedir permiso para todo, a otra donde apenas hay que informar de lo que se está haciendo (para tener un ejemplo, los docentes se ven obligados a modificar contenidos y otras cuestiones prácticamente todos los años).

Pero más allá de los cambios regulatorios, el perfil de la profesión en sí mismo ha mutado a través de los años. «Formar más gerentes de internacionalización y menos técnicos de procedimientos administrativos de exportación» es lo que recomienda el experto italiano Nicola Minervini.

En sintonía con esto, Elena Roldán, al frente de la Licenciatura en Comercio Internacional de la Fundación Universidad Argentina de la Empresa (UADE), explica: «El licenciado en Comercio Internacional ya no sólo se especializa en los aspectos aduaneros, operativos, logísticos, comerciales o financieros de las operaciones de importación y exportación sino que acompaña integralmente a las empresas en su proceso de internacionalización empresarial», dice.

En ese sentido, en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) el alumno se gradúa con un trabajo final cuyo objetivo es la internacionalización de una empresa. «Para esto trabajamos con pymes reales», indica la directora, Alejandra Gersisich.

Renovarse es vivir

La principal estrategia de los educadores es renovar con frecuencia sus contenidos, un hábito compartido por las instituciones más antiguas en la materia. La UADE fue la primera casa de educación superior en incorporar la licenciatura, en 1970, mientras que la Fundación ICBC, en el nivel terciario, hereda la trayectoria de la Escuela Argentina de Exportación del Banco de Boston, nacida en 1973.

Ambas instituciones, al igual que la UCES, cuentan con nuevos planes de estudio desde 2015, que incorporaron materias como Negocios Digitales, Emprendedorismo e Internacionalización de Servicios.

La Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) por su parte reformó su licenciatura en 2012 y actualiza cada dos años todos los programas de las materias; en este caso se fortaleció un núcleo de tópicos de gestión comercial, que incluye operatoria. «Temas como el comercio electrónico y los cambios tecnológicos son incorporados en materias electivas, y también se van sumando a los programas de las materias obligatorias», dice el director de la carrera de la UNQ, Felipe Vismara.

En la ciudad de Buenos Aires, la Tecnicatura que se dicta en el Instituto de Formación Técnica Superior 5 incluye en tercer año un seminario de actualización cuyo contenido se adapta a la coyuntura para que los futuros egresados estén a tono con los debates del momento y con lo que el mercado está demandando; «durante la década pasada se orientó a defensa comercial y ahora tratará de cómo aprovechar oportunidades en las economías emergentes, y la innovación como estrategia de diferenciación para exportar», dice el profesor Leonardo Barloqui.

La dimensión cultural y actitudinal es particularmente destacada por Félix Peña, director del instituto de la Fundación ICBC: «Necesitamos desarrollar espacios físicos y virtuales que propicien el trabajo en equipo, el respeto por las diferencias y por el saber que cada uno porta, porque los futuros compañeros de trabajo de nuestros actuales estudiantes -y de los que vendrán- están hoy en distintos puntos del mundo. Nuestros egresados cada vez más van a competir con profesionales de otras regiones por alcanzar puestos destacados. Entendernos diversos y complementarios es el primer aprendizaje para lograr insertarse en el mundo laboral».

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1982911-prepararse-para-un-escenario-en-cambio-permanente

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