(f) Estudio del Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles en 61 locales de cuatro ciudades
El relevamiento incluyó también a establecimientos de Córdoba, La Plata y Mendoza. A nivel general, la ley no se cumple en el 64% de los bares y locales bailables. Los comerciantes argumentan que si no dejan fumar, pierden plata.
A más de dos años de la sanción de la ley nacional de control de tabaco, aún se fuma en el 64% de bares y boliches bailables de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, La Plata y Mendoza. El relevamiento se llevó a cabo en 61 locales, y estuvo a cargo del Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles (CIENTA).
Según el estudio, en un 29,5% de dichos establecimientos fumaba solo el público y en un 34.4% lo hacía el público y también el personal. Y apenas en el 36,1% de los casos no se fumaba, tal como establece la ley nacional 26.687, reglamentada en julio de 2011. La norma establece la regulación de la publicidad, promoción y consumo de los productos elaborados con tabaco, y uno de sus principales objetivos es garantizar ambientes 100% libres de humo para proteger a los no fumadores y a quienes trabajan en el lugar, así como también ayudar al fumador a disminuir su consumo.
La investigación consistió en visitar por las noches y durante dos meses a bares y locales bailables de esas ciudades y constatar si se fumaba, y si el personal también lo hacía. El trabajo también incluyó entrevistas con los encargados del lugar. Así encontraron que en la Ciudad de Buenos Aires se fuma en el 80% de los boliches.
En diálogo con Tiempo Argentino, Sergio López Costa, vicepresidente de CIENTA y coordinador de los Consultorios de Control, Prevención y Tratamiento del Tabaquismo del Hospital Ramos Mejía, explicó que la investigación pretende «crear conciencia sobre la importancia de la sensibilización y educación sobre el control del consumo de tabaco y lograr que se cumpla la ley nacional». Para el experto, «la noche es un nicho difícil de modificar ya que la gente no acepta los cambios de hábitos y los dueños de los locales alegan que, si cumplen la ley, pierden ganancias».
Según otros resultados del sondeo, el 90% de los boliches que contaban con algún espacio semi-cerrado (al menos un techo y dos paredes) se fumaba, y que en la mitad de los bares (20 sobre 41) había ceniceros disponibles, al igual que en cuatro de los 20 locales bailables. Además, en cuatro establecimientos (todos de La Plata) se observó oferta de cigarrillos, y en uno de la Ciudad de Buenos Aires se encontró una máquina expendedora.
En cuanto a la exhibición de publicidad –también regulada por la ley– se hallaron afiches y carteles en 12 establecimientos (ocho bares y cuatro boliches), pero en cinco de ellos no estaban acompañados de las advertencias sobre los daños a la salud exigidas por la norma. En cuanto a los carteles de prohibición de fumar, también obligatorios, casi tres de cada diez establecimientos (17, el 27,9%) no los tenían a la vista.
CÓRDOBA, ARRIBA. Un análisis comparativo entre las distintas ciudades permitió encontrar también algunas diferencias respecto del cumplimiento de la reglamentación que prohíbe fumar en espacios cerrados de uso público. Mientras que en Córdoba el nivel de cumplimiento fue importante, ya que no se fumaba en nueve de los once bares visitados (82%) ni en cuatro de los cinco boliches (80%), tanto en La Plata como en Buenos Aires, sólo el 30% de los bares y el 20% de los boliches estaban libres del humo de tabaco, y en Mendoza se fumaba en el 100% de los boliches y en el 90% de los bares.
«Los resultados de este trabajo nos muestran que en las ciudades estudiadas todavía hay mucho que hacer en la noche, ya que se cumple parcialmente la prohibición de fumar en lugares cerrados de acceso público», opinó Juana Kruszynski, médica especializada en Medicina Legal y Salud Pública y presidenta de CIENTA. «Si los propios empleados del local están fumando, si se venden cigarrillos o se colocan ceniceros, es muy poco probable que los clientes cumplan con la norma», dijo la experta.
CUMPLIR LA LEY. Al ser consultados sobre su conocimiento de la ley de control de tabaco, los dueños de los locales expresaron su opinión y manifestaron la dificultad de implementar la ley.
El nivel de conocimiento fue alto en todas las ciudades excepto en La Plata, y el grado de apoyo a los ambientes 100% libres de humo fue total en Córdoba y Mendoza y muy alto en Buenos Aires (sólo 1 en contra sobre 15) aunque algo menor en La Plata, donde 3 sobre 15 respondieron negativamente. Mientras que la opinión sobre el rol de los inspectores fue buena, porque «realizan recomendaciones referidas al cumplimiento de la ley».
Aquellos encargados de los locales que expresaron dificultades para implementar la ley lo hicieron mediante respuestas como: «porque la gente fuma», «luego de las 24 horas se complica», «porque es difícil separarlos del vicio del alcohol», «se hace más difícil en invierno porque la gente no quiere salir afuera», «pérdida económica».
Otra argumentación que suelen utilizar los dueños de bares es la existencia de sectores para fumar con separación estructural y/o el uso de aparatos de ventilación. Sin embargo, varios estudios ya demostraron que estas medidas no son efectivas y dejan sin protección a numerosos trabajadores.
«Debemos tener muy presente que el humo de tabaco es un contaminante que causa desde efectos inmediatos como irritación ocular, en la nariz y la garganta, dolor de cabeza, aumento de la presión arterial, hasta enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer», enfatizó López Costa. En el humo del tabaco se encuentran presentes más de 4000 sustancias químicas, de las cuales muchas son tóxicas y más de 50 cancerígenas. «Los tóxicos, entre los que se destacan arsénico, cianuro, plomo, monóxido de carbono y azufre, pueden permanecer en una habitación más de 14 días», detalló Kruszynski. Estas sustancias presentes en el humo de tabaco son reconocidas por la comunidad científica como mortales y son inhaladas por las personas que se encuentran en un lugar cerrado donde alguien fuma.
Se considera que un ambiente no es libre de humo cuando hay al menos una persona que fuma cualquier forma de tabaco en un lugar cerrado. Fumadores y no fumadores (fumadores pasivos) se ven afectados. En la Argentina, el 30% de los adultos mayores de 18 años consume tabaco, y 6000 personas mueren por año a causa de la exposición a humo de segunda mano.
FUMAR MENOS. Sin embargo, no todo es negativo. De acuerdo a los resultados obtenidos por la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos (EMTA), realizada en Argentina en 2012 por la cartera sanitaria, más de 700 mil argentinos dejaron de fumar en los últimos tres años, lo que muestra un marcado descenso en relación a los datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) del año 2009, en la que se evidenciaba un 27 por ciento de fumadores, y una diferencia altamente significativa si se lo compara con los datos de 1999 de la Secretaría de Programación para la Lucha de la Drogadicción y la Lucha Contra el Narcotráfico (Sedronar), que evidenciaban un 39,8% de fumadores.
En la provincia de Buenos Aires existen más de 80 centros de cesación tabáquica. Según un relevamiento del Ministerio de Salud bonaerense sobre una decena de estos centros mostró que la mayor parte de los que consultan son personas mayores, de entre 50 y 60 años, muchos de ellos son derivados por un médico porque presentan alguna enfermedad o trastorno derivado del consumo. Las mujeres, suelen tener mayor predisposición a la consulta espontánea y menos dificultades para formar grupos terapéuticos. En cambio, los hombres consultan mayormente por consejo médico o luego de un evento cardiovascular o respiratorio.
El Ministerio de Salud de la Nación cuenta con una línea gratuita (0800-999-3040) que brinda asesoramiento para aquellas personas que quieren dejar de fumar. Funciona todos los días del año y, además, ofrece un listado con más de 400 servicios públicos y privados existentes en el país para abandonar esta adicción. «
Sitios donde no se puede fumar
En el trabajo: Lugares de trabajo cerrados.
Otros lugares: Lugares cerrados de acceso público; centros de enseñanza de cualquier nivel, inclusive instituciones en se realicen prácticas docentes en cualquiera de sus formas.
Centros de salud: Establecimientos de guarda, atención e internación de niños en jardín maternal y de adultos en hogares para ancianos.
Medios de transporte: En los medios públicos de pasajeros y estaciones terminales de transporte.
Áreas peligrosas: Sitios en que el consumo de productos elaborados con tabaco generen un alto riesgo de combustión por la presencia de materiales inflamables, estaciones de expendio de combustibles, sitios de almacenamiento de los mismos o materiales explosivos o similares.
Ley: Los lugares están establecidos en la Ley N° 26.687 de regulación de la publicidad, promoción y consumo de los productos elaborados con tabaco.
Dónde sí se puede
Aire libre. En los patios, terrazas, balcones y demás áreas al aire libre de los espacios destinados al acceso de público en forma libre o restringida, paga o gratuita, mientras no se trate de establecimientos de atención de la salud o de enseñanza, excluidos los del ámbito universitario.
En el trabajo. Los lugares de trabajo cerrados privados sin atención al público y sin empleados que cumplan funciones en esa misma dependencia.
Clubes. Los clubes de fumadores de productos elaborados con tabaco o tabaquerías con áreas especiales habilitadas por autoridad competente.
Consecuencias de la exposición al humo
Exposición: La exposición al humo de tabaco en personas adultas que no fuman aumenta un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Riesgos: Aumenta un 25% el riesgo de padecer cáncer de pulmón, y el riesgo de desarrollar asma y la frecuencia de crisis asmáticas.
Mujeres jóvenes: Crece hasta un 70% el riesgo de cáncer de mama, particularmente cuando la exposición se da en mujeres jóvenes.
Tos y catarro: Aumenta el riesgo de enfermedades crónicas respiratorias, con aparición de síntomas como tos, catarro, flema y fatiga.
Irritaciones: Abundan los síntomas irritativos como picazón de ojos, ardor de garganta, estornudos y congestión, y crece el riesgo de desarrollar diabetes en un 16 por ciento.
ACV: Aumenta en un 25% el riesgo de desarrollar un ataque cerebrovascular.
En lactantes: La exposición al humo de tabaco ajeno en la niñez, aumenta de 2 a 5 veces el riesgo de muerte súbita del lactante, que se produce en niños y niñas menores de un año.
Asma: Incrementa hasta un 40% el riesgo de padecerlo.
(fuente: http://tiempo.infonews.com/2014/02/13/sociedad-118623-pocos-boliches-libres-de-humo–en-la-ciudad-se-fuma-en-el-80.php -por Yésica De Santo )