«One Mondelez Workplace», una innovadora forma de trabajar con flexibilidad

En algunas compañías, cada uno puede elegir dónde y con quién sentarse. Las ventajas y desventajas de esta práctica. La experiencia de las empresas, en primera persona. Por qué para algunos empleados es un beneficio y para otros, no.

Actualmente, hay empresas que están implementando un sistema de oficinas donde cada empleado no tiene un lugar fijo, sino que puede sentarse donde quiera y con quien quiera. Valeria Tourret, directora de RR.HH. de Mondelez International Cono Sur, desarrolló el concepto «One Mondelez Workplace»: un estándar arquitectónico a través del cual se genera un mismo modo de trabajar en todas sus oficinas del mundo, alineado con las expectativas de las nuevas generaciones. Es un concepto contemporáneo, basado en la flexibilidad y colaboración entre equipos.

«Además de promover espacios de trabajo por fuera del ambiente de oficina a través de trabajo remoto, la compañía está generando espacios más vibrantes, modernos y conectados dentro de sus oficinas. El concepto fue ideado con el objetivo de crear un ambiente de colaboración en el que la gente tiene el poder para elegir el lugar y la manera más efectiva de trabajar», explica Tourret.

Siguiendo esta tendencia, desde 2016, en las oficinas administrativas de Mondelez Cono Sur, se implementa la política de free seating, en donde las estaciones de trabajo son abiertas y de libre ocupación. Independientemente del cargo, la antigüedad o la función del colaborador, todos pueden elegir dónde ubicarse cada día. Al no existir escritorios individuales, al final de cada día las estaciones de trabajo deben quedar libres de objetos. Cada empleado cuenta con un locker donde guardar sus ítems personales y así se fomenta mayor flexibilidad y colaboración entre los equipos.

«Asimismo, se promueven los espacios de colaboración, que indican zonas o áreas destinadas a reuniones de equipo, tanto en espacios abiertos como cerrados. La política de free seating es un gran ejemplo de integración, ya que permitió a personas que nunca trabajaron juntas o que por sus funciones no interactúan que se conozcan y acerquen», comenta la ejecutiva.

«Para la adopción, fue clave trabajar en campañas de comunicación para transmitir los beneficios y reglas de convivencia que permitan que todos los empleados desarrollen sus tareas diarias sin inconvenientes, aprovechando las buenas ventajas de esta modalidad», agrega Tourret.

Tu silla es mi silla

Por su parte, Silvina DOnofrio, gerente de RR.HH. de Unilever, afirma que «esta modalidad de trabajo se implementó hace tres años como parte de una estrategia integral de agile working. Esto no tiene que ver solo con oficinas open space, sino que es una forma innovadora de trabajar que les permite a los empleados hacerlo con flexibilidad: en cualquier momento y lugar».

Para llevarla adelante, Unilever implementó metodologías de trabajo, rediseñó sus oficinas e invirtió en nuevas tecnologías. Las oficinas agile de Unilever son abiertas para promover la colaboración y la transparencia, y los lugares de trabajo son libres. Los empleados no tienen espacios designados, sino que pueden variar el lugar en donde se sientan y con quién lo hacen.

«Generó flexibilidad y fomentó el trabajo en equipo y la colaboración, permitiéndonos reforzar la cultura horizontal e informal en donde la comunicación es abierta y honesta. Al no haber espacios designados, equipos con diferentes funciones pueden inte-ractuar y generar una visión enriquecida. Se rompen también las barreras de vínculos jerárquicos, se favorece una organización más plana y con una cultura de cercanía y confianza, que promueve la creatividad y la transparencia en los procesos», detalla.

A su vez, DOnofrio destaca que «uno de los desafíos fue el nivel de ruido. Por eso segmentamos las oficinas en diferentes espacios: lugares para el trabajo en general o en equipo, cabinas telefónicas insonorizadas para videocalls y espacios para distenderse y reuniones más informales. Si bien al principio los cambios siempre generan alguna resistencia, el impacto fue y sigue siendo muy positivo. Los empleados sienten la libertad de cambiar de lugar cuando quieren, se genera más colaboración entre áreas, equipos más conectados, la comunicación es mucho más fluida y la confianza se incrementa, lo que hace que los procesos y proyectos se puedan implementar de forma más eficiente y rápida».

Fuente: Cronista

 

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