El techo de deuda es la cifra total que EEUU puede pedir prestada en los mercados para cumplir con sus obligaciones financieras. Entre ellas, pagar las pensiones, los sueldos de los empleados públicos y el seguro médico para los ancianos y las personas sin ingresos.
¿Cuál es ahora el umbral?
Exactamente 16,7 billones de dólares: unos 12,2 billones millones de euros al cambio actual. El Gobierno federal superó la cifra hace unos meses. Pero se las ha arreglado para mantener los pagos a base de trucos contables que expiran el jueves 17 de octubre. Las dos cámaras del Congreso deben aprobar cualquier incremento del techo de deuda antes de esa fecha. De lo contrario EEUU entrará en suspensión de pagos.
¿Por qué EEUU tiene techo de deuda?
Por una ley que data de 1917. Entonces la intención era abaratar la financiación del Gobierno federal y a la vez evitar que se endeudara demasiado por la intervención en la I Guerra Mundial. Pero los años han convertido el techo de deuda en un arma arrojadiza que demócratas o republicanos utilizan para imponer elementos de su programa político a la Casa Blanca.
¿Cuántas veces se ha elevado?
Hasta 78 veces desde 1960: 29 con presidentes demócratas y 49 con presidentes republicanos. Muchas degeneraron en batallas sobre el tamaño del Estado y alguna sacudió el mercado de deuda internacional. En 1979 el acuerdo no dejó tiempo suficiente para completar las formalidades antes del plazo y el país entró en suspensión de pagos durante unas horas. En 2002 la Cámara de Representantes votó a favor de elevar el techo de deuda unas horas antes del límite y por un solo voto.
¿Cuál fue la última batalla sobre este asunto?
La que tuvo lugar en el verano de 2011. Entonces los republicanos acababan de ganar la mayoría en la Cámara de Representantes y su objetivo era aprovechar la negociación para imponer fuertes recortes del Estado del Bienestar.
Los protagonistas del drama fueron Barack Obama y el ‘speaker’ republicano John Boehner, que intentaron sin éxito llegar a un gran acuerdo para reducir el déficit en unos cuatro billones de dólares en la próxima década. La oposición de la derecha republicana a cualquier subida de impuestos forzó el fin de esas negociaciones y propició luego un acuerdo de mínimos que no evitó que la agencia Standard & Poor’s rebajara la calificación de la deuda de EEUU por primera vez.
¿Cuáles fueron entonces las claves del acuerdo?
La primera fue aplicar unos recortes automáticos por valor de unos 900 millones de dólares: unos 662 millones de euros al cambio actual. La segunda, crear una comisión de 12 congresistas para definir la letra pequeña de una segunda tanda de recortes por valor de unos mil millones de euros más. La comisión se fijó una fecha límite a la que se llegó sin acuerdo. Un extremo que propició la entrada en vigor de recortes automáticos en la primavera de 2013.
¿Por qué esta vez no se pacta?
Porque los republicanos más conservadores conciben la batalla en torno al incremento del techo de deuda como una oportunidad para demorar la aplicación de la reforma sanitaria del presidente, que aquí se conoce como ‘Obamacare’. La reforma se aprobó en marzo de 2010 y obliga a todos los ciudadanos a contratar un seguro médico si no quieren pagar una multa. Es el logro legislativo más importante del presidente y sus elementos más importantes justo ahora entran en vigor.
¿Por qué la rebelión contra ‘Obamacare’?
Por la voluntad de los republicanos más conservadores de derogar, demorar o descafeinar una reforma a la que se oponen por su posible impacto sobre la creación de empleo y sobre el déficit público. Tres años después de su aprobación, ‘Obamacare’ aún divide a la opinión pública de EEUU. Pero no habría vuelto al debate político si no fuera por líderes como el senador republicano Ted Cruz, cuyas arengas llevaron al liderazgo del partido a endurecer sus mensajes y propiciaron el cierre de Gobierno federal.
¿Qué ocurre si no hay acuerdo antes del plazo?
Al día siguiente de la fecha límite, EEUU entraría en suspensión de pagos. Los jubilados podrían dejar de cobrar sus pensiones y algunos servicios de los hospitales podrían dejar de funcionar. El Gobierno federal dejaría de pagar los intereses de su deuda. Incluidos unos 4.000 millones de euros que vencen antes de final de mes. El valor del dólar se desplomaría y se dispararían los intereses de las hipotecas. Las bolsas de todo el mundo sufrirían un golpe formidable y EEUU podría volver a la recesión.
Fuente: El Mundo (http://www.elmundo.es/america/2013/10/08/estados_unidos/1381246040.html)