La convivencia en las empresas entre personas de diferentes generaciones no es a veces fácil de administrar; como ve un directivo de recursos humanos a sus coetáneos.
La generación silenciosa, los baby boomers, las generaciones X, Y, los millennials. Ya se está hablando de la Generación Z, se va agotando el abecedario, y crece aún más la expectativa de lo que vendrá.
Esta mezcla, que convive en las empresas, no es sencillo de administrar. Es como si juntáramos distintas tribus provenientes de diversas partes del mundo para ubicarlas dentro de un mismo ámbito. Por lo tanto es muy interesante que a Alba Muñoz, periodista y miembro del Observatorio de Recursos Humanos, se le haya ocurrido hacer una entrevista a alguien que es responsable de la gestión de las personas y que a la vez pertenece a la misma generación que desconcierta a tantos.
¿Qué caracteriza a estos recién llegados? Vale la pena subrayar algunos puntos con la modestísima intención de empezar a entender un proceso que, en los últimos tiempos, se aceleró de tal manera que nos sentimos como Alicia en el País de las Maravillas, tratando de seguir al conejo que siempre se escapa y nos introduce en mundos nuevos. Reproducimos, a continuación, definiciones: «Los millennials hemos desarrollado una capacidad multitasking y aspiramos a que nuestro trabajo sea un hobby. No nos comprometemos con la compañía, pero tenemos una gran implicación con nuestra propia carrera, con hacer bien el trabajo y, además, hacerlo de forma colaborativa».
Hay que tirar por la borda aquellas pretensiones sobre la pertenencia a la empresa. Los millennials pertenecen a sí mismos, no quedarán atados a las organizaciones, sino a los proyectos personales que les pueda ofrecer.
«El líder ha de tener la competencia para que el millennial asuma como propia la responsabilidad de su desarrollo profesional, convirtiéndose en un referente a seguir, en su mentor por el tiempo que dure su relación con la empresa.» Desaparecen los jefes, mal que les pese. Su rol cambia radicalmente, pasando a ser una guía, un docente que se haga respetar por su honestidad y conocimientos.
Respecto de las evaluaciones de desempeño también hay definiciones. «Las empresas son entidades vivas, donde suceden cosas cada día que cambian las percepciones y los sentimientos de sus trabajadores más rápido de lo que podemos llegar a pensar. Creo que para un millennial está bastante claro establecer una tendencia continua acompañada de un feedback en tiempo real, porque las empresas son como las personas, cada día pasan cosas que impactan en el estado de ánimo.»
La ceremonia de la evaluación anual perdió sentido. Lo viene perdiendo desde hace rato. Un año es un siglo hoy y lo que está bien y lo que está mal necesita señalarse en el momento. Sobre los prejuicios, la entrevistada plantea «que tengamos el móvil entre las manos no significa que estemos whatsapeando, tal vez estamos abriendo un grupo de debate en una red social sobre cómo gestionar un proceso que nuestro jefe acaba de preguntarnos».
Antes, descubrir a alguien leyendo el diario en la oficina era un pecado mortal, porque suponía que era un holgazán, aunque estuviera enterándose para dónde iba el mundo antes de presentar un proyecto. Hoy los medios han cambiado y se trabaja a través de las redes e Internet.
Por último, una definición muy clara. «No se olviden de que el movimiento millennial no es una cuestión de edad, sino de percepción vital y cultural. Ser, sentir y trabajar como trabajan los millennials es una cuestión de actitud y no de edad.» No hay más que agregar.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1857262-multitasking-y-feedback-en-tiempo-real-los-millennials-frente-al-espejo