Una contradicción amenaza las organizaciones: mientras que los perfiles de hacedores son fundamentales para su éxito, según May Groppo, experta en emprendedorismo corporativo y estrategia, dentro de las empresas, los espacios formales para fomentar las nuevas ideas son aún incipientes. Así lo expresó en una charla sobre empresas exponenciales durante el lanzamiento del programa Academia BA Emprende en Organizaciones, una iniciativa de capacitación para empresas del GCBA.
Viejas empresas anticambio
«Las empresas fueron diseñadas para reaccionar al cambio, no para promoverlo»
Para Groppo, en el contexto actual de innovaciones constantes y cambio global y exponencial muchas personas están desconcertadas porque nuestra evolución ha sido lineal y local. «Las empresas buscan mitigar riesgos y sostener el statu quo lo máximo posible. La mayoría empezó a entender que esa rigidez la condiciona. La pregunta ya está instalada: ¿cómo podemos volvernos más flexibles? Pero más allá de que los altos mandos puedan sentir esto como una necesidad, el sistema inmune de una corporación reacciona frente a los cambios», dice Groppo.
«En todo proceso de cambio se convive con lo viejo y lo nuevo, y cuando lo nuevo no fue todavía apropiado incomoda muchísimo. Yo escuché: ‘Si somos un laboratorio de innovación, ¿cómo puede ser que no me ande la computadora?’ He visto a empleados llevar sus propias computadoras porque quieren poder mirar para adelante. Sin querer ponerme filosófica, todo remite a tener un propósito claro. Cuando la organización trabaja en el para qué y por qué de lo que hace la motivación sube, las quejas bajan y se afrontan los pequeños desafíos cotidianos desde otro lugar porque todos tenemos en claro hacia dónde queremos ir y por qué hacemos lo que hacemos.»
La clave es contagiar motivación
«Muchas empresas dedican su tiempo a pensar en su propósito»
«El propósito tiene más corazón que lo que se conoce como visión, es más simple y puede hacer que personas ajenas a la organización lo compartan. Como están redactadas, las misiones y visiones miran mucho hacia adentro y hablan de características muy puntuales de los procesos. ‘Queremos dar el mejor servicio’ no es un propósito, no contagia. No me dan ganas de decir ‘desafío al statu quo’, tal como dice Apple, y por eso hago tres días de fila para tener el nuevo teléfono o pego el sticker de la empresa en mi auto. Hago eso cuando comparto un propósito, aun con una empresa. ¿Por qué las empresas no se toman el trabajo de pensarlo? Porque creen que sostener el ROI o los ingresos por cuatrimestre es más relevante; a veces reportan al exterior y creen que esa es la única vara con la cual van a ser evaluados. Pero ya se ven casos de CEO que no hacen eso. Como Paul Polman, el CEO de Unilever, que apenas asumió dijo que no iba a hacer presentaciones cuatrimestrales porque no se puede mostrar transformación cada cuatro meses», dice Groppo.
Perfiles que importan
«Aparece la necesidad de detectar a los disruptores»
Para Groppo, en las organizaciones «hay personas con facilidad para pensar diferente y lo que éstas deben hacer es preguntarse si los estarán detectando».
«Se entiende -explica- que la descripción de las tareas y los títulos no determinan si una persona es creativa o no. Empieza a aparecer la necesidad de detectar a los hacedores, a los disruptores que pueden pensar distinto, ser flexibles y sumarse a proyectos múltiples. Hay mucho interés de los departamentos de Nuevos Negocios, Digital y Marketing por este nuevo perfil, que no se encuentran con una búsqueda tradicional externa ni interna. Es necesario tenerlos detectados y cuidarlos para que no se vayan.»
Una clave para reconocerlos es entender que todos los directivos o jefes pueden evaluar a su equipo de otra manera, observando, potenciando y empoderando. «Si el director facilita eso va a sentir muy simplemente quién se suma rápidamente a estas nuevas formas. También están empezando las iniciativas de emprendedorismo corporativo que buscan fomentar un reclutamiento abierto para que esas personas con inquietudes extras las puedan volcar dentro de la empresa y no renunciar para armar su propio emprendimiento», dice.
Ideas para fomentar nuevas ideas
«Hay muy pocas iniciativas de emprendedorismo corporativo a nivel formal»
Groppo señala que pocas empresas tienen políticas establecidas para propiciar la aparición de emprendedores corporativos. «En general se asigna cierto tiempo a las personas para dedicarse al proyecto. Como conviven su rol permanente y esta actividad es muy importante que quede clara y formalizada la participación de los emprendedores internos en los programas. Así no van a sentir que tienen que responder a dos jefes o que son ellos quienes tienen que negociar sus tareas», explica.
«Cuando se deja a la gente trabajar como start-up tienen que cambiar su forma de pensar. Empiezan a adquirir una mirada muy macro de todas las áreas de la corporación y a empatizar con ellas», asegura Groppo.
May Groppo
Profesión: asesora
Nacionalidad: Argentina
Actualmente diseña, junto a Miguel Sampedro, propuestas de innovación para empresas
Junto a la agencia +Castro diseñó y codirige el proyecto de emprendedorismo para The Walt Disney Company
Es parte del equipo selector de oradores TedxRiodelaPlata
Lectura sugerida por Presidencia del CA – Muchas gracias María Belén Gomez por aportarla.