Los millennials podrían ser un colectivo imaginario poco realista

los-millennialsYamila es soltera, tiene 21 años y una hija de 5. Tuvo que abandonar el secundario a los 16, cuando quedó embarazada. Trabaja en un call center desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde. Vive en el Gran Buenos Aires y viaja una hora y media para llegar a la oficina. Durante el horario laboral, deja a la niña al cuidado de su madre. Rubén tiene 26 años, es técnico mecánico y trabaja en una empresa de autopartes. Su mujer es empleada administrativa en la misma empresa. Tienen dos hijos de 3 y 5 años. Eligieron la compañía porque tiene servicio de guardería. Roxana es soltera y tiene 23 años. Es perito mercantil, pero trabaja como recepcionista en un estudio de abogados cerca de su casa. Necesita el sueldo para ayudar a su familia, ya que su padre está desempleado.

La amplia mayoría de los jóvenes de entre veinte y treinta y pocos años de nuestro país -parte de la renombrada generación Y o millenials- tienen perfiles similares. Entonces, ¿qué es lo que hace predominar la impresión de que los jóvenes de esa generación viven con sus padres y sólo se interesan por tener el último modelo de celular? ¿Cómo es que se insiste en mostrar un estereotipo de joven que -en términos relativos- tiene escasos representantes en nuestro medio?

En gran parte, las dificultades que señalan las empresas para gestionar a los jóvenes están vinculadas con estas incongruencias. Veamos algunas explicaciones:

El foco de los estudios de características generacionales: la mayoría de las investigaciones generacionales son efectuadas desde el punto de vista del marketing, se hacen en los países desarrollados y apuntan a los sectores más altos del mercado. El protagonismo dominante de ese grupo en avisos publicitarios y en otros medios de difusión crea arquetipos «de lo normal» que se transforman en la aspiración de los sectores con menos recursos.

No se es millennial sólo porque se quiere, sino porque se puede: el estilo de vida que describimos en el punto anterior requiere tener los medios económicos, la educación y los contactos sociales adecuados. También es necesario estar inserto en una estructura familiar que lo permita. No todos los jóvenes disponen de autonomía para tomar decisiones sobre su vida, ya que deben considerar a sus familiares directos.

Ciertas características generacionales dependen del ciclo vital más allá del contexto histórico: con algunas variantes, es tradicional sostener que son siete las etapas de la vida: infancia, niñez, adolescencia, adultez, vejez y muerte. Este ciclo se ha mantenido con pocos cambios a lo largo de los siglos. La cosmovisión en cada etapa varía según el momento vital que se atraviesa y no se da a edades precisas.

El aumento de las expectativas de vida: produjo un desplazamiento de las edades en que se dan las mencionadas etapas.

El tiempo por delante: entre otras cosas, sobre las características de las distintas edades, en su obra Retórica, Aristóteles dice que los jóvenes «.viven por la mayor parte llenos de esperanza, porque la esperanza es lo propio del futuro como el recuerdo es lo propio del pasado, y resulta que los jóvenes tienen ante sí un largo futuro y tras de sí un muy breve pasado». Sin importar el momento histórico, los jóvenes perciben el tiempo como un recurso cuantioso, lo que les da margen para corregir sus errores. De allí que su actitud frente al riesgo y frente al cambio sea diferente a la de los mayores.

Además, suponer que el rango de edad, la relación con la tecnología, la manera de vestirse, la forma de comunicarse y otros factores superficiales son los únicos que definen las características generacionales es un reduccionismo que conduce a errores de diagnóstico.

Desde el punto de vista de la captación del talento, conocer las características de un grupo debería servir para la definición de estrategias de atracción y de motivación efectivas. Asumir que por tener cierto rango de edad los individuos tienen las mismas aspiraciones y cualidades es menos trabajoso.

Los millennials son lo que Max Weber llamaba un «tipo ideal», es decir, una ficción útil para sintetizar ciertas cualidades de un colectivo social. Las empresas se nutren de personas reales jóvenes únicas e irrepetibles. Aunque requiera más esfuerzo, es responsabilidad de los líderes ahondar en las necesidades de cada una de ellas y descubrir qué ofrecerles para lograr su compromiso con la organización.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1965825-los-millennials-podrian-ser-un-colectivo-imaginario-poco-realista

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