Un sondeo de Deloitte señala que los jóvenes locales y extranjeros piensan en el bienestar general
Marilina Esquivel PARA LA NACION
Casi ocho de cada diez jóvenes argentinos creen que las empresas tienen un impacto positivo en la sociedad, pero les reclaman más foco en las necesidades de su entorno. Para el 76% de los millennials locales los negocios están demasiado obsesionados con sus propias agendas y no se enfocan lo suficiente en ayudar.
Además les demandan un sentido de propósito que vaya más allá de generar ganancias. El 35% de los jóvenes dice que el propósito de las compañías debería ser generar puestos de trabajo.
Los datos surgen de la encuesta Cuidado con las brechas: encuesta mundial de millennials 2015, realizada por Deloitte entre 7800 jóvenes de 29 países nacidos después de 1982, con título de grado, empleados full time y que en su mayoría trabajan en organizaciones privadas de más de 100 empleados. La muestra argentina abarcó a 300 jóvenes.
«Lo más significativo es la conciencia social que están teniendo los más jóvenes. Exigen a las empresas un cuidado y una responsabilidad que antes no tenían. Y siguen apareciendo temas sociales como que las empresas se fijen más en el desarrollo de las personas o que los jefes sean más cercanos», explica Soledad Ruilopez, gerente senior de Capital Humano de Deloitte.
Los jóvenes creen que los negocios tienen éxito en hacer dinero, pero no son tan efectivos cuando se trata de mejorar el bienestar de los individuos. Deloitte marca una diferencia negativa del 14% entre la intención de las empresas por mejorar la sociedad y su impacto real. Tampoco logran aumentar el progreso y mejorar las vidas de sus empleados (-7% en cada caso), proteger el medio ambiente (-6%), canalizar la eficiencia (-5%) y mejorar las habilidades su fuerza de trabajo (-3%). Por el contrario creen que superan su propósito de creación de riqueza, generar beneficios, mostrar liderazgo en la sociedad, producir e intercambiar bienes y servicios, y canalizar la innovación.
El impacto que una empresa tiene en la sociedad, la manera en que trata a su gente y su capacidad para generar productos innovadores es lo que la convierte en líder, según los millennials argentinos.
Otra característica que hace a una empresa destacarse de las demás es su éxito financiero. Le siguen tener un propósito bien definido y apegado a la verdad y el definir estándares que otros sigan. Para el 45% de los jóvenes, el sector de la tecnología, los medios y las telecomunicaciones es el que muestra mayor liderazgo. Y de hecho, al 56% le gustaría trabajar en él. La industria de viajes, hotelería y ocio atrae al 43%, y las organizaciones del sector energético al 39%. Luego vienen las de servicios profesionales como de consultoría y firmas de abogados, atractivas para el 37%; las de servicios financieros con 36% y del sector público con 34 por ciento.
En cuanto a las características de un líder, el 57% de las mujeres y el 46% de los hombres dicen que la shutterstock principal es inspirar a los demás. Es un rasgo muy valorado localmente, ya que la apreciación mundial es sólo del 37 por ciento.
El segundo valor de liderazgo que destacan las mujeres es tener buenas habilidades interpersonales. Los hombres exigen pensamiento estratégico. Que sean visionarios, apasionados, carismáticos y democráticos es otro grupo de rasgos valorados. En menor medida, que sean decisivos, desarrollen a sus empleados y tengan visibilidad dentro y fuera de la organización.
Consultados sobre sus anhelos particulares, los hombres, más que las mujeres, quieren alcanzar posiciones senior: 62% vs. 48%. La diferencia se amplía cuando se trata de alcanzar posiciones de liderazgo, ya que 52% de los hombres contra 38% de las mujeres tiene esas aspiraciones. Este es un fenómeno mundial.
A nivel mundial, cuando se les pidió que puntuaran cuán variadas eran sus habilidades técnicas, analíticas y de liderazgo al terminar sus estudios, las mujeres se ubicaron a la par de los hombres en conocimientos financieros, económicos y del negocio en general, y por arriba de ellos en conocimiento académico y habilidades de negocio como profesionalismo, construcción de equipos y comunicación.
Cuando se les requirió que puntuasen sus habilidades de liderazgo surgió una significativa brecha de género: 27% de los hombres y 21% de las mujeres consideraron que esa característica fuerte en ellos. «Esa brecha varía mucho entre países, pero en ninguno las mujeres sobrepasan significativamente a los hombres al autopuntuarse en relación con las habilidades de liderazgo en el momento de graduarse. Por el contrario, los hombres tienden más a considerar el liderazgo como una fortaleza individual», dice el reporte.
Los millennials argentinos estiman que las habilidades que les dieron sus estudios superiores los ayudan a cumplir con menos de la mitad de las metas de su organización. Es decir que más de la mitad de las habilidades que necesitan las aprendieron durante su vida laboral. «Esto significa que a los empleadores se les pide que inviertan grandes cantidades de entrenamiento y desarrollo para que nos novatos puedan hacer una contribución significativa a los objetivos organizacionales», dice el informe.