(f) Los créditos para la producción duplican a los destinados al consumo
El espacio que ocupa la publicidad de los descuentos para tarjetas de crédito y de débito, junto al boom de ventas de autos, hacen presumir que los préstamos para la producción han caído en desuso. Los datos del Banco Central muestran lo contrario
La estructura desagregada de los créditos al sector privado refleja que las líneas personales captan 24% del total, consumo con tarjeta de crédito 17%, compra de casas y departamentos 11% y adquisición de automotores menos de 7% del total.
Sólo alrededor del 40% de los préstamos son tomados por la actividad productiva, en su mayor parte para cubrir necesidades de caja y sólo poco más de 8% para inversión y financiamiento del comercio exterior.
Sin embargo, cuando la estadística del Banco Central diferencia al tomador de los créditos que ofrecen las entidades financieras, principalmente bancos, entre asalariados y cuentapropistas y el sector productivo no personal, muestra que los primeros explican un tercio del total y los segundos, los dos tercios restantes.
En conjunto, familias y empresas, incluido el sector Gobierno, mantienen con el sistema bancario una deuda equivalente a 18% del PBI anualizado del primer trimestre (último dato disponible), de los cuales 6 puntos porcentuales correspondieron a los primeros y 12% a los segundos.
Y si bien aparecen como poco publicitadas las líneas de crédito para el sector productivo, al menos en comparación con la profusa oferta gráfica y también telefónica para las personas físicas, de la estadística de la autoridad monetaria surge que en los últimos doce meses crecieron 41,8% en comparación con 44,1% de las que tomaron las familias.
Excesiva concentración geográfica
La estadística de la autoridad monetaria muestra además un notable predominio de la asistencia financiera en cabeza de personas y empresas radicadas en la Ciudad de Buenos Aires, 38,4% y 55,1% del total, respectivamente, pese a que la capacidad de generación de riqueza en forma conjunta, medida por el Producto Bruto Geográfico (PBG), es de 20,5% del total y concentra 7,5% de la población del país.
Mientras que el resto de la provincia de Buenos Aires, junto a Córdoba y Santa Fe, captan 34,2% y 28,5%, respectivamente, muy por debajo del 47,6% de la suma de la participación de sus PBG y donde residen poco más de la mitad de los habitantes del país.
Sin embargo, se advierte mayor federalismo en la distribución de los préstamos a las familias.
Incentivos tardíos para la inversión productiva
Hace un par de semanas el gobierno nacional ordenó al Banco Central reglamentar el direccionamiento forzoso del 5% de la masa de depósitos que captan los bancos a proyectos de inversión, con una tasa máxima que no podrá superar los cuatro puntos porcentuales por sobre la que ofrecen por las colocaciones de grandes inversores a plazo fijo.
Sin embargo, no sólo las necesidades de las empresas se mantienen focalizadas en cubrir faltantes de caja, adelantos en cuenta corriente bancaria y descuento de documentos, sino que además desde marzo comienzan a acusar una suba de la capacidad ociosa de sus establecimientos, por caída de la demanda externa e interna y falta de insumos en algunos casos.
La pregunta que surge es: si las empresas no intensificaron los pedidos de crédito para inversión cuando operaban casi a ritmo de plena capacidad, ¿por qué van ahora a presentar proyectos para ampliar sus plantas, o radicar nuevos emprendimientos?
Tal vez sería un incentivo mayor para la inversión, no tanto forzar la oferta de pesos por parte del sistema financiero, sino establecer reglas claras y flexibles en materia de precios, presión tributaria, compra y venta al resto del mundo y libertad para distribuir dividendos, aunque sea a accionistas del exterior.
(fuente: Infobae.com 13/7/12 Por Daniel Sticco)