“Los argentinos no sabemos manejar”

Ricardo Baez Nunes programa educacion vial fapasaRicardo Baez Nunes del Programa de Educación Vial de FAPASA

La clave para resolver las muertes en las rutas, según el especialista, es la capacitación. Propone cursos y exámenes cada vez más exigentes, sobre todo para los conductores profesionales, a los que agregaría examen psicotécnico específicos para taxistas y remiseros.

«Tenemos el diagnóstico pero faltan las acciones comunes», señala el productor de seguros Ricardo Báez Nunes, coordinador del Programa de Prevención de Accidentes y Educación Vial de la Federación de Asociaciones de Productores Asesores de Seguros de la Argentina (FAPASA). El diagnóstico del que habla procede de cifras estremecedoras. Según los datos de Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), el número de víctimas fatales en accidente de tránsito en el país el año pasado fue de 5.279, de los que 98 fueron en la Capital Federal, que ocupa el puesto número 16 entre las 24 provincias argentinas relevadas. Si atendemos a los datos arrojados por la ONG Luchemos por la Vida, el panorama es aún más preocupante: según sus cálculos, el número de fallecidos en 2014 asciende a 7.613 (un promedio de 21 muertes por día).

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aporta contexto regional cuando define que Latinoamérica en su conjunto es la zona más castigada del planeta por la siniestralidad vial, con 130 mil personas muertas en accidentes de tránsito cada año. Para 2025, los peores augurios del BID advierten que, si no se toman medidas, la cifra podría triplicarse. En cuanto a la Argentina, el promedio de muertes en 2014 fue de 13,6 por cada 100 mil habitantes, por encima de países como Chile, México o Panamá.

Estrategas convoca a Báez Nunes, para ahondar en un tema que nos preocupa -o debería preocuparnos- a todos: la seguridad vial, que él define como «la posibilidad de convivir en la vía pública de manera segura». El experto afirma también que es necesario construirla entre todos: Estado y particulares: «El Estado, educando, controlando y sancionando, y nosotros respetando las normas de convivencia. Es una cuestión cultural que debemos modificar».

¿Cómo se hace para plantear el tema de la seguridad vial en un país con tan altísimos números de muertes en accidentes de tránsito y tan poco respeto por las normas?

La educación vial es fundamental para generar conciencia sobre el uso de la vía pública, así como una cultura de prevención. El Estado debería tener un plan para capacitar intensivamente a los docentes y realizar talleres periódicamente para controlar los avances. Hoy sólo se enseña la materia de forma transversal, y eso es insuficiente.

Entonces, la seguridad vial aún no es un tema que se haya asumido como política de Estado.

Lamentablemente no, ni por las Provincias ni por la Nación. Y el problema de la jurisdicción no ayuda en absoluto, porque cada provincia acompaña, o no -a su antojo- a la normativa nacional establecida en la ley 24.449 de 1994.

Desde la creación de esa ley, ¿no ha habido avances en la materia?

Son pocos los avances, la verdad, y me parece que el principal desafío es la creación de un programa de consenso entre todas las jurisdicciones para implementar medidas y lograr los objetivos propuestos hace ya más de 20 años. La ANSV puede ser el mediador, si se lo propone…

¿Qué acciones habría que articular para que la seguridad vial se aborde de una forma integral?

La ANSV debería ser el motor de un proyecto conjunto entre Nación, Provincias y Municipios. Tenemos el diagnóstico pero faltan las acciones comunes. Lo que falta es tomar una decisión política. El costo social y económico de la siniestralidad es muy alto y, además, es la principal causa de muerte de jóvenes de entre 17 y 35 años.

¿Qué sería necesario hacer para bajar la alta siniestralidad?

Lo primero que hay que hacer es cambiar la forma de otorgar la licencia de conducir. Es demasiado fácil en nuestro país. Los exámenes son muy poco exigentes y no hay escuelas públicas de manejo. Esa es una de las principales causas de tanto desorden. Y lo peor es que ni siquiera usamos la bibliografía común que la ANSV tiene disponible en su página web. No sabemos manejar. Así como se implementó la Licencia Nacional de Conducir, que muchísimos municipios aún no emiten, deberían homologar los cursos de capacitación para conductores, agentes de tránsito, funcionarios, etc.

Además, hay que aumentar la calidad y la cantidad de los controles. No hay patrullas en los caminos, los controles de ubicación fija son muy limitados. También hay que aumentar los controles electrónicos legales, que son muy eficaces y las multas sólo las pagan los infractores. Según las estadísticas de CESVI, el 88 por ciento de los accidentes se producen por una falla humana, así que se pueden evitar en la mayoría de los casos.

¿Qué se hizo hasta ahora para mejorar la seguridad vial?

Se avanzó bastante en la incorporación de medidas de seguridad en los vehículos. Desde 2014 es obligatorio tener airbag y ABS, pero se siguen homologando vehículos cuyas medidas de seguridad difieren considerablemente de los modelos originales de Europa y Estados Unidos. Con el elevado precio de los vehículos en nuestro país, agravado por el componente impositivo, deberían tener los mismos elementos de seguridad.

Los peatones son los grandes convidados de piedra en este tema: para ellos no hay capacitación, ni control, ni educación. En muchas ciudades, ni siquiera hay semáforos peatonales ni sendas pintadas para guiarlos.

Denos algunas claves para resolver las muertes en las rutas.

Lo fundamental son las capacitaciones: cursos y exámenes cada vez más exigentes, sobre todo para los conductores profesionales. Para los taxis y remises habría que incorporar un examen psicotécnico. Y, obviamente, hay que invertir en nuevas rutas y autovías.

¿Cuáles son las principales causas de siniestros?

Sobre todo, el no uso del cinturón de seguridad. Luego le siguen el exceso de alcohol y de velocidad y la falta de uso de casco.

En algunas jurisdicciones, como Salta, rige la Tolerancia cero al alcohol. ¿Está a favor de esta norma?

No, no estoy de acuerdo con esta medida. Es abusiva y atenta contra la libertad y la cultura de los ciudadanos. Además, en las jurisdicciones donde se aplica se ha modificado una ley sin haber agotado antes los controles, sin estadísticas que indicasen que ésta fuera la principal causa de accidentes. La franja de los conductores responsables que consumen socialmente una copa con su familia o amigos no produce accidentes. Al final, pagan justos por pecadores, como siempre.

Comparto el dolor y la labor de concientización que realizan las entidades a favor del «alcohol cero», pero creo que tenemos que atacar el problema desde una visión más completa. La seguridad vial se construye con educación, sanción y control.

¿Cree que deberían existir controles que detecten otras sustancias nocivas como marihuana, cocaína, psicotrópicos, etc?

Sí, y también habría que estudiar a fondo los antecedentes médicos en el momento del examen para obtener la licencia. Además, tiene que haber un médico especialista en los controles.

¿Cuáles son ahora los objetivos a corto plazo? Desde el Gobierno se habló, a principios de año, de reducir la siniestralidad al 50 por ciento.

La realidad es que hemos firmado adhiriendo a convenios internacionales que nunca cumplimos. El último fue propuesto por la ONU para bajar drásticamente la siniestralidad en niños en un año. No se hizo nada, excepto tímidas campañas que ni llegaron al interior del país.

¿Cómo afecta todo esto a la industria del seguro?

La industria del seguro produce el 3,4 por ciento del PBI y la siniestralidad vial se lleva la mitad. Es un dato que desde FAPASA, con el Programa de Prevención de Accidentes y Educación Vial, nos motiva a participar activamente, con convenios firmados con CESVI y con nuestra participación en el Comité Consultivo de la ANSV.

Bárbara Alvarez Plá

Publicado el 28/12/2015

(fuente: http://www.revistaestrategas.com.ar/noticia-1417.html)

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