El uso de sillas para chicos en los autos reduce un 70% las lesiones en accidentes de tránsito, sin embargo en Argentina no existe homologación de las de fabricación nacional, por lo que diversas organizaciones civiles y el INTI coincidieron en afirmar que es difícil saber a ciencia cierta que porcentaje de ellas son seguras.
En muchos países, para que un asiento infantil de seguridad pueda ponerse a la venta, es necesario que su fabricante demuestre que es capaz de superar ciertas pruebas de seguridad.
En Europa, los fabricantes de asientos infantiles deben acudir a un laboratorio de pruebas acreditado para demostrar que la silla cumple con los requisitos incluidos en el reglamento 44, versión 04, elaborado por la Comisión Económica para Europa. En Estados Unidos, Canadá o Australia, existen normas similares.
Pero en Argentina no existe legislación vigente que obligue a homologar las butacas, por lo que las únicas que están certificadas son las importadas.
«En nuestro país no existe legislación vigente que obligue a homologar las butacas infantiles», indicaron a Télam desde el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi), que realizó «un estudio de las sillas que componen el mercado argentino con resultados muy variados».
Según las pruebas, «se encontraron sillitas que reúnen buenas características, como así también otras deficientes que no garantizan totalmente la seguridad de los niños».
Entre los aspectos más considerados para calificar las sillas se tuvo en cuenta la protección lateral, la forma en que el asiento infantil se sujeta al auto y la facilidad de la colocación, entre otros.
«Durante los análisis de los sistemas de retención infantil (SRI) los resultados mostraron que las sillas que abarcan una franja de edades mas amplias son menos seguras, brindando menos protección a los menores», afirmaron, agregando que «los chicos de más de 15 kilos y cercanos a una edad infantil deben utilizar un amoldador que los eleva para poder utilizar el cinturón de seguridad del auto», indicaron.
Por su parte la Federación Internacional del Automóvil (FIA) informó que cuatro de cada 10 sillitas en el mercado no cuentan con las homologaciones.
«Lo principal a tener en cuenta cuando se elige una silla, es que esta esté homologada, por lo que tendría que tener una calcomanía naranja o amarilla que es la homologación de la normativa europea ECE R44, que es con la que en la actualidad se trabaja en Argentina, que determina la clase de silla y el peso (que va de 0 a 18 kilos)», afirmó a Télam Pablo Azorín, Jefe de Seguridad Vial y Medio ambiente para Latinoamérica de la FIA.
«Antes de comprar la silla es aconsejable que la prueben en el auto porque puede ser que sea muy buena, pero a veces el cinturón de seguridad no es lo suficientemente largo o la butaca delantera puede golpear con la cabeza del bebé», aclaró.
En nuestro país hay un compromiso por parte de las automotrices de que los nuevos modelos de automóviles vengan preparados con el Sistema de Retención Infantil (SRI) «pero legalmente aún no se realizan», aseguró Azorín.
«Estamos gestionando todo para que a fin de año se envíen varias sillas de las más emblemáticas a un laboratorio de España para realizarle el test de seguridad que no se realiza en Argentina», adelantó.
Por otro lado, el presidente de la Asociación para la disminución de Siniestros Viales (Adisiv), Axel Dell’ Olio, señaló a Télam que «de todas las marcas que existen en el mercado local, solo dos que son nacionales no cumplen con ninguna normativa».
A su vez, indicó que «las marcas nacionales, al no tener que cumplir con ninguna normativa, fabrican en función de lo que tienen ganas, y como a nivel nacional no hay laboratorio que le realice ninguna prueba no hay forma de determinar cuan seguras son».
Pero, sobre todo, cuestionó que «en Argentina la reglamentación es tan blanda que no te exige sillitas para los menores en los autos».
Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201608/160886-sillas-infantiles-ninos-seguridad-vial-argentina.html