Las claves de Francisco, el líder de la multinacional más influyente del planeta

(f) En este tiempo hemos sido testigos del surgimiento de un modelo alternativo de liderazgo encarnado por el papa Francisco. Es el CEO de una de las multinacionales más grandes e influyentes, y parece haberse propuesto como misión la reivindicación del importante rol que la Iglesia supo cumplir tiempo atrás. Por su intención de reestructurar la organización que conduce y su accionar desde el momento que fue elegido, se podría decir que Francisco se consolida como un ejemplo para cualquier gerente de una empresa. ¿Qué puede aprenderse de este nuevo líder?

La lista de cualidades es extensa, por lo que vale mencionar aquellas que son consideradas fundamentales en la descripción de este nuevo estilo, que se puede denominar liderazgo transformador.

El liderazgo transformador es aquel que busca generar, a través del ejemplo, un cambio en los seguidores. Pretende despertarlos para que la capacidad de liderar y promover el cambio se instale en ellos. La intención es transmitir el liderazgo a las personas y lograr que se conviertan en maestros de su propio destino.

La ejemplaridad es, entonces, central, ya que la credibilidad del mensaje depende de su credibilidad personal. Se construye a través de hechos y gestos concretos: Francisco rechazó vivir en los departamentos del Palacio Apostólico para quedarse en la Casa de Santa Marta, lava los pies de convictos, sale (se rumorea) disfrazado a la noche a atender las necesidades de los sin techo en las calles de Roma.

Uno de los desafíos que se enfrentan cuando se consigue una gran concentración de poder es lograr utilizarlo para expandir las mejores características, y no para diluirlas. Hasta el momento, Francisco parece haber superado este desafío, ya que ha renunciado a ciertos privilegios que acompañan su rol como máxima autoridad de la Iglesia Católica, intentando mantener su estilo de vida anterior.

La claridad y el foco en un objetivo determinado constituyen otro elemento fundamental que cualquier líder debe tener. El Papa se propuso realizar una transformación en el Vaticano y ha tomado decisiones que innegablemente van en esa dirección. Por eso, la ejemplaridad hacia afuera tiene que ser acompañada por la ejemplaridad hacia adentro. Ordenó investigar exhaustivamente la pedofilia que azota al Vaticano, firmó acuerdos de colaboración con Estados Unidos para el control del lavado de dinero y cambió la Curia, reemplazando viejas figuras por nuevos curas.

Proponerse una misión y concretarla depende en gran parte de la relación entre el líder y sus seguidores. La capacidad de tender puentes con aquellos con los que se está en desacuerdo es esencial.

En este contexto, el Papa llamó a «buscar lo que une para superar lo que divide» y a «discutir menos y lograr más». Esta visión puede trasladarse incluso a su relación con las otras religiones. Hace menos de un mes, Francisco llamó a la unión de las religiones abrahámicas por la paz, que finalmente se concretó en un rezo conjunto con los presidentes de Palestina e Israel, y representantes del judaísmo y el islam.

Todos estos elementos confluyen para formar una determinada imagen, necesaria para desarrollar otra cualidad fundamental del liderazgo: la habilidad para inspirar. Inspirar a los seguidores a actuar de manera similar, a movilizarse en una dirección nueva y mejor, y a transformar la organización o, en este caso, la Iglesia Católica.

«Quiero que la iglesia salga a la calle», fueron las palabras del Papa en Río de Janeiro, que sirven para ilustrar esta intención. Más allá del Vaticano, la actitud se replica y genera efectos incluso en seguidores de otras religiones.

La convocatoria a la jornada de ayuno y oración por la paz en Siria y el abrazo de Francisco con el rabino y el imán frente al Muro de los Lamentos son exponentes clave de esa voluntad de inspirar, que se combina con un creciente poder de persuasión que este gran líder ha ido adquiriendo.

Finalmente, la lección principal que puede aprenderse de este estilo de liderazgo es que las acciones y las imágenes valen más que mil palabras. Con algunos de sus actos Francisco ha conmovido a las personas alrededor del mundo, incluidos fieles de otras religiones y ateos.

El Pontífice personaliza una alternativa de liderazgo transformador, cuya intención es despertar la voluntad.

(fuente: Lecturas sugeridas por Presidencia del CA del diario La Nación 27/7/14 Por Iván Petrella | Para LA NACION- Muchas gracias María Belén Gomez por el aporte)

El autor es director académico de la Fundación Pensar y legislador porteño por Pro

 

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