(f) ¿Cuál es el camino que queda por recorrer para convertir a esta tecnología en una solución viable para los fabricantes y, al mismo tiempo, accesible para los usuarios? ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la industria automotriz para dar el paso decisivo hacia el auto eléctrico?
Hace ya tiempo que la industria automotriz habla sobre las innegables ventajas que aportará el arribo del auto eléctrico para el cuidado del medio ambiente: además de reducir drásticamente las emisiones de CO2, la electromovilidad es complementaria de una matriz energética que apunta al uso de fuentes renovables.
En resumen, esta nueva tecnología es sinónimo de sustentabilidad y eficiencia energética.
Pero la pregunta que resuena actualmente entre los diferentes sectores involucrados (gobierno, fabricantes y usuarios) es: ¿cuánto falta para que nos alcance este futuro de movilidad sustentable?
¿Cuál es el camino que queda por recorrer para convertir a esta tecnología en una solución viable para los fabricantes y, al mismo tiempo, accesible para los usuarios?
¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la industria automotriz para dar el paso decisivo hacia el auto eléctrico?
El camino hacia la electromovilidad
Los analistas de la industria automotriz están de acuerdo en que ya es un hecho la revolución tecnológica que pondrá millones de autos eléctricos a circular por las calles. Lo único que falta determinar es cuándo se completará este proceso de transición.
La respuesta a esta pregunta no está del todo clara, ya que se estima que para 2020 una batería de ion de litio con un rango de autonomía de 200 kilómetros costará más de 5000 euros.
La transición al manejo eléctrico será un proceso gradual, y tardará al menos una década hasta su consolidación definitiva.
Concientización
Un gran desafío es convencer a los conductores de los beneficios de los autos eléctricos. Para esto es necesario presentar a los usuarios soluciones concretas para el mercado actual.
Podría considerarse como ejemplo al híbrido enchufable. Este tipo de vehículo se alimenta por una batería accesible y relativamente compacta para distancias cortas.
Se puede enchufar el auto a la red eléctrica y recargar la batería, usando este sistema combinado con un motor a gasolina o diesel para viajes más largos.
Así, el híbrido enchufable podría ser una opción razonable en el corto plazo y la justa solución para los usuarios urbanos: el modo eléctrico para desplazarse en la ciudad, y para distancias mayores el motor de combustión interna.
El futuro de la electromovilidad
Los expertos de Bosch pronostican que para 2020 la demanda anual mundial de autos y camionetas será de 103 millones de unidades. De esta cantidad, sólo 3 millones serán vehículos totalmente eléctricos o híbridos enchufables.
Unos 6 millones más serán vehículos híbridos con un encendido eléctrico con motor de combustión interna.
Para 2015, más de 60 centros urbanos –casi dos veces más que en 1995– tendrán poblaciones de más de 5 millones de habitantes. Todas estas cifras ponen en evidencia el gran potencial de crecimiento del segmento de vehículos eléctricos, sobre todo en los mercados de las grandes ciudades.
En el campo de la tecnología híbrida, Bosch está poniendo especial atención en dos diseños que permiten viajar distancias cortas usando solamente energía eléctrica: el híbrido completo en paralelo y el híbrido de eje dividido.
Ambos aceptan la utilización de motores de combustión interna en determinadas situaciones, a través de una función de empuje.
Esto significa que en el futuro, los motores diesel o nafteros podrán ser más pequeños, hecho que implica una reducción en el consumo de combustible y emanación de CO2 de aproximadamente un 25 y 30%. Y todo esto, sin realizar ningún cambio adicional en el motor.
El paso hacia un automóvil totalmente eléctrico es un proceso lento, que implica mayores costos.
Se estima que en 2020 los vehículos eléctricos todavía costarán alrededor de un 45% más que los vehículos con motores de combustión interna.
Por eso son temas centrales la estandarización temprana y reducción de gastos tanto en pruebas como en desarrollos específicos.
A mayor producción menores costos, y aunque los motores de combustión interna prevalecerán en los automóviles por lo menos hasta año 2020, a largo plazo no tenemos dudas: el futuro pertenece a la electromovilidad.
Claves para llegar a la electromovilidad
La electrificación del automóvil presenta nuevos desafíos para la electrónica automotriz. Hasta ahora, los técnicos se concentraron en diseñar sistemas de control de automóviles más inteligentes.
Ahora se encuentran con el desafío de controlar altas cantidades de energía eléctrica: cientos de kilowatts que circulan entre los usuarios y las fuentes de energía de sus vehículos. Unidades auxiliares como la bomba de agua enfriadora y la dirección del vehículo también se electrifican y controlan electrónicamente.
Pero antes de llegar a este punto hay muchas barreras que sortear. Para las compañías no será suficiente reducir los costos en forma aislada. También serán necesarias la producción en grupo y la estandarización de componentes.
En la actualidad ni siquiera están estandarizadas las conexiones de enchufe para la electrónica de potencia, por lo que resultan tan costosas como los semiconductores altamente complejos que realizan la función real.
Este ejemplo basta para explicar cuánto potencial de ahorro en los costos todavía queda sin explotar en la industria.
Para lograr economías de escala también se necesita cooperación, entre los fabricantes de autos pero también entre los fabricantes y los proveedores de tecnología automotriz.
Con este objetivo, Bosch ya suministra motores eléctricos para vehículos de este tipo, y continuará en el futuro colaborando con sus socios de todo el mundo en la impulsión de la electromovilidad y sumando nuevas alianzas que permitan convertir al auto eléctrico en una realidad.
Augusto Canguçu es director general de Robert Bosch Argentina.
(fuente: IProfesional.com – 7/2/14)