La seguridad vial en la agenda de salud

Decenio de acción. La OMS interviene en la promoción de planes para reducir accidentes.

El periodo 2011-2020 fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como “Decenio de Acción para la Seguridad Vial”, con el fin de reducir el número de víctimas fatales por accidentes de tránsito en el mundo. En ese marco, se solicitó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que participe en la elaboración de un plan de acción, lo que corrobora que el de la seguridad vial es también un tema de interés sanitario.

“Cada año, cerca de 1,3 millones de personas fallecen a raíz de un accidente de tránsito –más de 3.000 defunciones diarias– y más de la mitad de ellas no viajaban en automóvil. Entre 20 millones y 50 millones de personas más sufren traumatismos no mortales provocados por accidentes de tránsito, y tales traumatismos constituyen una causa importante de discapacidad en todo el mundo”, señala el trabajo Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011–2020 de la OMS.

En ese contexto, el año pasado, como parte de la Tercera Semana Mundial de la Seguridad Vial, en Granada, España, se realizaron algunas actividades para pedir simbólicamente mayor protección a peatones y ciclistas, considerando, fundamentalmente, que entre los ciclistas hay muchos menores de edad. Sin embargo, una de las recomendaciones de las entidades especializadas y organizaciones civiles, como Luchemos por la vida, es que los niños menores de 12 años no se desplacen por las calles y menos aun por las rutas.

En otro documento de la OMS, llamado “Herramientas de evaluación económica de la salud (Heat) para los desplazamientos a pie y en bicicleta”, se extrae que “el fomento del transporte activo (en bicicleta y a pie) para la actividad física diaria es una medida que resulta beneficiosa para todos”. Explica que, además de promover la salud, puede tener efectos ambientales positivos, sobre todo si la práctica de montar en bicicleta o caminar se realiza en sustitución de trayectos cortos en vehículos motorizados. “Por otra parte, la bicicleta y la marcha a pie pueden ser más fácilmente integradas en las apretadas agendas de las personas, por ejemplo a modo de ejercicio en tiempo de ocio”, contempla.

Una de las principales recomendaciones es utilizar casco, “ya que este elemento absorbe parte de la energía del impacto con su estructura, por lo que la cabeza se detiene más lentamente y el cerebro golpea contra el cráneo con menos fuerza”, según dice Luchemos por la vida. Además, indica que el casco es útil porque “dispersa la fuerza del impacto en una superficie más grande por lo que la energía del choque no se concentra en una sola parte de la cabeza”. Finalmente, aclara que actúa como barrera debido a que impide el contacto entre el cráneo y el objeto del impacto, sea el suelo u otro vehículo.

(fuente: http://www.lavoz.com.ar/salud/la-seguridad-vial-en-la-agenda-de-salud)