De vez en cuando hay que sacar a la luz las malas costumbres que existen en la conducción, porque si no se dice nada, mucha gente se piensa que no son malas, sino lo normal. Y además suelen darse explicaciones y justificaciones varias, que no se sabe muy bien de dónde vienen, pero probablemente de haberse acostumbrado a ello y darlo por bueno.
Hemos hablado así de la mala costumbre de no mantener la distancia de seguridad, de la mala costumbre de circular por el carril central de las autopistas, o peor aún por el izquierdo y de la mala costumbre de pararse en cualquier parte. Hoy queremos hablaros de la mala costumbre de no poner el intermitente.
Ante cualquier cambio de dirección, hay que poner el intermitente
Esto es así de básico, simple y fundamental. Lo dice el reglamento general de circulación, es por tanto obligatorio, y además nos pueden sancionar si no lo hacemos: cuando se va a hacer cualquier cambio de dirección, por mínimo que sea, y del tipo que sea, hay que poner el intermitente que indique la dirección hacia la que nos vamos a desplazar.
Para ser exactos, y tal y como nos enseñaron en la escuela, hay que accionar la luz indicadora de dirección correspondiente, esa que es de color amarillo auto, aunque luego coloquialmente nos entendamos todos con eso de darle al intermitente y la veamos más como una luz naranja.
Es decir, que cuando vamos a cambiar de carril, cuando vamos a adelantar a otro vehículo, cuando regresamos al carril, cuando vamos a girar, cuando vamos a aparcar, cuando vamos a salir del aparcamiento, al salir de una rotonda, cuando vamos a incorporarnos a una carretera… en todos esos casos hay que poner el intermitente.
Y no solo porque sea obligatorio o nos puedan multar si no lo hacemos, es que es una cuestión de lógica y de sentido común: la finalidad del intermitente es indicar al resto de conductores que circulan compartiendo la vía con nosotros, qué vamos a hacer, hacia dónde vamos a ir, para que puedan actuar en consecuencia.
Y además hay que indicarlo con antelación, para que dé tiempo a los demás vean la intención, y que no sea algo que sucede por sorpresa. Recordemos algo fundamental, que también se nos enseña en la autoescuela: primero se mira bien, después de indica con el intermitente y finalmente se realiza la maniobra.
Y si se indica la maniobra con antelación, nos evitaremos sustos e imprevistos. Es más, usar el intermitente debería se un ritual totalmente automatizado en nuestro cerebro, y nunca nos olvidemos de nada, insistimos: primero mirar, después indicar, finalmente realizar.
Siendo esto así, ¿cómo es posible que a diario siga habiendo tantos vehículos cuyos conductores se cambian de carril, una y otra vez, sin poner el intermitente? ¿por qué? Y siendo así, y todavía más preocupante: si no han puesto el intermitente ¿es porque están tan poco concentrados en la conducción que tampoco han mirado bien si se puede realizar la maniobra, antes de realizarla? Porque esto es todavía peor y más peligroso.
Así que, por favor, a todos los conductores, no olvidemos algo tan simple, pero tan fundamental, como poner el intermitente antes de realizar cualquier cambio de dirección. Si no hay un mínimo de orden conduciendo, al final la conducción es un caos y las consecuencias más accidentes.
(fuente: http://www.circulaseguro.com/la-mala-costumbre-de-poner-el-intermitente/)