(f) La cultura de lo inmediato, ¿culpable de que hoy no se sepa estudiar?
Desatención, falta de motivación, incapacidad para distinguir entre lo principal y lo secundario son cualidades que caracterizan a muchos adolescentes. Infobae habló con especialistas que diseñaron un novedoso método de coaching estudiantil. En qué consiste
Diciembre y marzo, por un lado, y junio y julio para quienes adeudan las temidas «previas» suelen ser meses estresantes en las familias con niños o adolescentes con problemas de aprendizaje.
Es que la idea ronda en el aire: «los chicos no saben estudiar», y pareciera que, por más horas invertidas en profesores particulares, muchas veces no alcanza. Lo peor es que ante cada «desaprobado» los padres se preocupan o enfurecen y el chico se frustra cada vez más.
Con el objetivo final de que los estudiantes logren ser autónomos en su aprendizaje, las psicopedagogas Liliana Segat y Ana Carballo crearon un novedoso método de coaching estudiantil para ayudar a los chicos que «tienen potencial pero les cuesta seguir el ritmo académico».
«Lo que contempla el cronograma es que el conocimiento por sí solo no es aquello que atrae al chico, sino el conocimiento a través de un vínculo que lo tiene en cuenta». Así describieron las especialistas una de las «patas» de su método, llevado a cabo por coaches (estudiantes universitarios de excelente promedios) que ellas mismas capacitan «para que instalen un vínculo de confianza para que los chicos logren sus metas».
Ambas psicopedagogas, egresadas de la Universidad de El Salvador (USAL), coincidieron en que «los niveles de exigencia de las instituciones educativas son elevados, lo cual no siempre va de la mano de la calidad».
Y entre las causas de por qué a los chicos les cuesta cumplir con las exigencias analizaron que «la sociedad tiene un nivel de dispersión impresionante, la tecnología nos absorbe, en muchas familias ambos padres trabajan y los chicos están solos».
«No encuentran una manera de estudiar, tienen dificultades en la comprensión lectora, en destacar las ideas principales de las secundarias», detalló Segat como las principales dificultades que encuentran en los adolescentes, al tiempo que agregó que «todos estos factores hacen que el chico acumule fracasos y cuando se encuentra con dificultades se evada».
¿El quid de la cuestión?
Carballo evaluó que «por la sociedad está valorado lo ‘flash’, lo inmediato, y el análisis, la compresión, el repreguntarse por un concepto no está practicado en la vida cotidiana». Y destacó: «El chico quiere la cosa rápida y las escuelas van por otro lado, de ahí que sea natural que no les atraiga subrayar, el cuadro sinóptico, el análisis».
A lo que Segat agregó que «lo que la sociedad vive es lo inmediato y lo que el estudio exige es otra cosa».
Es que esta cultura «flash» de la que hablan las especialistas parece no dar tiempo al conocimiento reflexivo.
Para ellas, los establecimientos educativos «venden» una enseñanza personalizada, «pero la urgencia de la sociedad no da tiempo».
«Este doble mensaje hace que el chico cuando llega a la casa no sepa por dónde empezar a organizarse; la escuela es muy pautada y cuando tiene que sentarse solo no sabe qué hacer porque tiene grandes dificultades para destacar lo principal de lo secundario», observaron las especialistas, quienes remarcaron que «ahí empiezan los temas familiares, los padres suelen no estar y se crean estados bastante caóticos».
Es que en muchos hogares ocurre que los padres cuando llegan de trabajar, dado que no pueden estudiar con los chicos, empiezan a funcionar como «testeadores» de la eficiencia escolar y se pierde el contacto familiar y «el vínculo en la casa se enrarece».
Coaching estudiantil: qué es y cómo se aplica
Para trazar una primera diferencia entre un coach y un profesor particular, Segat y Carballo se esforzaron en explicar que «el coach motiva las ganas de aprender y ‘amiga’al chico con el deseo de aprender». Así, no es alguien que le da clase sino que lo ayuda a manejarse con los elementos que la escuela le brinda.
«Los coaches trabajan en los temas escolares, pero la diferencia está en el cómo: provocan al estudiante, lo hacen entrar en la duda, lo orientan a argumentar lo que piensa y sostener sus argumentos», manifestaron.
El proceso de cambio se inicia con una entrevista entre Segat y Carballo con los padres y el chico que piden ayuda. «Desde la entrevista lo volvemos protagonista al chico», sostuvieron las especialistas, quienes detallaron que luego evalúan qué coach corresponde para el perfil de ese menor, según, además, la zona (el coach va a domicilio).
Los módulos tienen una hora y 15 minutos de duración y se desarrollan dos veces por semana. Y tanto coach como alumno son supervisados por las especialistas dos veces al mes.
Dado que el objetivo es que el chico se apropie de las herramientas que le ofrece el coach y «cree» las suyas propias, Segat aclaró que «no se le explican técnicas fijas, pretendemos que el chico desarrolle las suyas y aprenda que cada materia tiene diferentes formas de abordaje».
Y «cuando se dan cuenta de que pueden comprender, inmediatamente cambia el interés», dado que «muchas veces la inconducta o indiferencia para prestar atención surgen de que el chico no entiende», sostuvieron.
Consultadas acerca del tiempo en que comienzan a aparecer señales de «mejoría», las especialistas explicaron que «es un proceso; al mes y medio los padres empiezan a ver cambios». Y los primeros «síntomas de avance» son mayor participación en clase y que la mochila ya no tiene papeles sueltos.
Eso porque «la organización y el manejo del tiempo son pilares del programa; el coach ayuda a que el chico elija lo prioritario de lo secundario».
Y tras asegurar que «el tiempo total del coahing se va monitoreando permanentemente», las especialistas remarcaron que «hay chicos que van tomando vuelo antes que otros».
Para finalizar, resaltaron que «el coach no termina el vínculo con el módulo sino que sigue en contacto con el adolescente por las redes sociales y el chat» y subrayaron que «si bien el fin original es lograr un cambio de actitud del chico hacia lo escolar, la formación que reciben es también una herramienta para la vida».
(fuente: Infobae.com – 8/4/13- Por Valeria Chavez)