“En la práctica, Solvencia II no supone ninguna ventaja para las aseguradoras”

Rick van de Kamp, director de Negocio para el sector Asegurador y Fondos de Pensiones de ING IM

“En la práctica, Solvencia II no supone ninguna ventaja para las aseguradoras”

La adecuación de las compañías de seguros hacia Solvencia II no va a ser fácil y supondrá, según Rick van de Kamp, director de Negocio para el sector Asegurador y Fondos de Pensiones en ING Investment Management, “un fuerte impacto en las entidades, que se van a ver forzadas a vender los activos de mayor riesgo y comprar aquellos que ofrezcan una mayor seguridad en un momento de mercado que ciertamente no es el más apropiado”.

De esta forma, según explica en una entrevista concedida al portal ‘Funds People’ , las aseguradoras han de tener en cuenta las nuevas exigencias de capital que se requieren para cada tipo de inversión. “En la práctica, la nueva normativa no supone ninguna ventaja para las aseguradoras”, afirma.

“Solvencia II es un nuevo marco regulatorio que condiciona enormemente al sector en lo que a su margen de maniobra se refiere”, matiza el directivo. Señala, en este sentido, que la limitación del riesgo hará que el peso de la renta variable en las carteras se reduzca desde un 11% hasta un 6%. Además, las inversiones especulativas y estructuradas, como las emisiones de bonos o pagarés respaldadas por activos financieros, la renta fija privada y los derivados presentan unas exigencias de capital muy elevadas que las convierten en una opción de escaso interés para las aseguradoras.

Van de Kamp asevera que “al final, Solvencia II ha sido una normativa impuesta por las autoridades políticas, que obligará al sector a deshacerse de determinadas clases de activos, como es el caso de las acciones, en un momento muy desfavorable del ciclo”. Explica que las carteras distintas a valores de deuda pública europea llevan aparejadas las correspondientes exigencias de capital de solvencia, lo que empujará a las aseguradoras a mantener una exposición más clara hacia aquellos activos que les obliguen a realizar menores provisiones. “Esto dará como resultado una menor rentabilidad de cara al cliente final”, anota.

No obstante, considera que era necesario una norma que de alguna forma obligase a las aseguradoras a reducir el riesgo en sus carteras para proteger al cliente. Sin embargo, también cree que “no cabe duda de que el nuevo marco regulatorio provocará un movimiento de las carteras hacia los activos de menor riesgo”. En su opinión, “esto será temporal ya que, con la vista puesta en el futuro, llegará un momento en el que habrá que ir en busca de la rentabilidad y, por lo tanto, volver a incrementar el riesgo en las carteras”.

Por redacción BDSAL – 17/07/2012

(Muchas gracias Silvina Vazón por la información)

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