Beijing ha conseguido dejar que el yuan caiga frente al dólar sin desatar fuertes protestas por parte de sus socios comerciales. Ahora, una mayor depreciación contra un grupo más amplio de divisas está llamando cada vez más la atención.
En la reunión de dos días de los ministros de finanzas del Grupo de los 20 durante el fin de semana, que se llevó a cabo en esta ciudad del sudoeste de China, funcionarios de algunos de los principales rivales comerciales del país expresaron su preocupación por el declive del yuan este año. Desde el comienzo de 2016, no sólo ha caído cerca de 3% frente al dólar, sino casi 6% frente a una canasta de 13 divisas que incluye al dólar, el euro y el yen.
Un yuan más débil frente a otras monedas puede dar a los exportadores chinos una ventaja frente a sus competidores de otros países en los mercados globales.
En conversación con la prensa el sábado, el ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, dijo que le pidió a sus colegas que “prestaran atención” a la dirección futura del yuan, así como a la economía china en general. Otros funcionarios occidentales dijeron en privado haberle advertido a Beijing que no debilitara al yuan ampliamente.
Las declaraciones muestran que la política cambiaria de China sigue siendo una fuente de incertidumbre para las autoridades e inversionistas globales. Dos rondas de devaluación del yuan durante el último año desataron ventas de pánico en los mercados mundiales y exacerbaron el flujo de salida de dinero de China. El banco central del país ha mejorado la comunicación respecto de su mecanismo de fijación de precio del yuan, lo cual ha aliviado los nervios respecto a la reciente ola de depreciación de la moneda, que comenzó a finales de mayo.
Muchos economistas dentro de China han dicho que habría que dejar que el yuan se debilite conforme la actividad se desacelera en el país, pero el Banco Popular de China ha tenido que encargarse de que ese debilitamiento sea lo suficientemente gradual como para que no acelere la salida de capitales.
La votación del 23 de junio en la que el Reino Unido eligió salir de la Unión Europea ayudó a precipitar el descenso del yuan, a medida que el banco central aprovechó el auge del dólar para desinflar un poco la divisa. Dejó que el yuan se debilitara 1,6% frente al dólar y 1% frente a la canasta de monedas durante las primeras dos semanas después del referendo británico. La semana pasada, el banco central actuó para impulsar al yuan contra la divisa estadounidense y lo mantuvo en general estable contra el grupo de divisas, justo a tiempo para la reunión del G-20 del fin de semana.
Las maniobras cambiarias de Beijing de este año han sido impulsadas principalmente por el dólar. Cuando la divisa estadounidense estaba débil, el banco central ató el yuan al dólar y lo dejó caer contra la canasta. Cuando el dólar avanzó, dejó que el yuan se debilitara, para mantenerlo mayormente estable contra la canasta. En lo que va del año, el dólar se ha debilitado por más tiempo de lo que se ha fortalecido, lo cual ha dado como resultado un yuan más débil frente a la canasta que contra el dólar.
Chi Lo, economista de BNP Paribas InvestmentPartners para China, el brazo de gestión de activos del banco con sede en París, dijo que aún cree que el banco central chino desea “estabilidad” para el yuan porque el continuo debilitamiento de la divisa podría renovar la salida de capitales.
Analistas de Goldman Sachs Group Inc. calculan que como resultado del descenso del yuan, los flujos de salida de capitales se dispararon a US$49.000 millones en junio frente a US$25.000 millones en mayo.
“Lo que no sabemos es si el Banco Popular de China desea una tasa estable entre el yuan y el dólar o una tasa de cambio ponderada estable” medida según el valor del yuan contra la canasta de divisas, dijo Lo.
Parte de la confusión se deriva de los propios esfuerzos que el banco central ha hecho desde el año pasado para reorientar la atención de los inversionistas hacia la tasa de cambio del yuan frente a la canasta y alejarlos de la de su valor contra el dólar. Ese intento ha sido visto como una preparación del terreno por el banco central para permitir una mayor depreciación del yuan contra el dólar. Sin embargo, en lo que va del año el yuan en realidad se ha debilitado más contra la canasta que contra el dólar.
“La combinación de un superávit comercial mensual de cerca de US$50.000 millones este año y la depreciación del yuan generará seguramente algunas preocupaciones entre los socios comerciales de China”, dijo Larry Hu, el economista para ese país del banco de inversión australiano MacquarieGroup Ltd. La presión del resto del mundo, además del declive que el yuan ya ha experimentado en lo que va de 2016 significa, dijo Hu, que hay “un margen muy limitado” para una mayor depreciación del yuan contra la canasta para el resto del año.
En la conclusión de la reunión del G-20 el domingo, que fue presidida por China, el grupo de las 20 mayores economías del mundo reafirmó su promesa de no llevar a cabo devaluaciones que empeoren los problemas económicos de otros. El gobernador del banco central chino, ZhouXiaochuan, dijo en un comunicado que la tasa de cambio del yuan contra la canasta de divisas está siendo mantenida “básicamente estable”, lo cual, agregó, ha fortalecido aún más “la confianza del mercado” en la divisa china.
Mientras tanto, un alto oficial del Departamento del Tesoro de EE.UU. indicó que Beijing ha intervenido recientemente para prevenir que el yuan caiga más, medidas que EE.UU. recibe con beneplácito, describiéndolas como distintas al tipo de intervención “que veríamos como diseñada para ganar una ventaja injusta”.
Pero eso no quiere decir que Washington deje de presionar a Beijing para que continúe con su reforma de su política cambiaria. “El hecho de que no tengan una transparencia completa sobre su intervención hace que sea un reto tener un 100% de confianza”, dijo el funcionario.
Fuente: Wall Street Journal (http://lat.wsj.com/articles/SB11621673822826814616404582209822397481312?tesla=y)