El trabajo como valor que define a las personas

(f) Boris Mitic es un director de cine serbio, que realizó un mediometraje que definió como «cuento de hadas, documental satírico». Su nombre es Adiós, ¿cómo estás? (Good bye, how are you?). Se trata de una serie de imágenes y textos que se complementan entre sí, con una estética absolutamente novedosa, basada en aforismos de su país. No es recomendable para los aficionados al cine y series de Hollywood, porque carece del ritmo al que nos han acostumbrado.

Es otra cosa, muy interesante por cierto, donde encontramos, entre otras, una frase como la que sigue: «Este año volvimos a celebrar el Día del Trabajo durante tres días. Como de costumbre, la fiesta estuvo encabezada por aquellos que no aguantan el trabajo, por los que no lo tienen y por los que ni siquiera intentan encontrarlo».

Más allá de la novedad que causa el hecho de que en Serbia el Día del Trabajo se prolongue por 72 horas (en el film se muestran imágenes de recreación popular de todo tipo), es más que pertinente subrayar que, tal como sucede en nuestro país, la celebración comprende a todos. Es bastante significativo porque, a diferencia de las celebraciones religiosas donde unos pueden estar incluidos y otros no, el trabajo se constituye en un común denominador.

Para sintetizarlo en una palabra, el trabajo es un valor. Como tal, trasciende cualquier consideración simplista o frívola, y hasta supera la maldición bíblica del trabajo como castigo. Se ha instalado en la categoría de las relaciones y la identidad entre los seres humanos, por lo que no es posible obviarlo.

Desde esta perspectiva, conseguir un trabajo o dejar de trabajar no es simplemente un deseo ni una pretensión, sino estar incursionando en el mundo de los valores que sostienen nuestra sociedad actual. De aquí que un ingreso o una desvinculación tiene resonancias no siempre conscientes, pero están allí, en pleno funcionamiento de un modo u otro. Por esto mismo, cualquier decisión que se tome respecto del trabajo implica un compromiso que va más allá de un cambio personal, de la ruptura con algunos vínculos familiares o amistades, tanto cercanas como lejanas.

Desde el punto de vista de la dirigencia es un tema delicado que no es posible reducir a números. Por este motivo se han desarrollado técnicas y teorías para enfrentar aquello que derivará en crisis, pequeñas, medianas o grandes. Muchas empresas han asumido estas cuestiones con un alto grado de profesionalidad, teniendo en claro que estaban ante una opción de valores, en vez de fríos números.

En palabras de Mitic, en el trabajo estamos todos incluidos: los que no lo aguantan, los que no lo tienen y los que ni intentan encontrarlo. Es un valor y, como tal, no es posible pasarlo por alto en ninguna de toda la variedad de las situaciones posibles.

Solamente a partir de este marco de referencia podremos decidir o actuar de un modo más o menos consciente y, ¿por qué no?, más satisfactorio.

(fuente: Lecturas sugeridas por Presidencia del CA del diario La Nación 3/8/14 Por Jorge Mosqueira | LA NACION – Muchas gracias María Belén Gomez por el aporte)

 

Comments are closed.