El fracaso motor del emprendedor para llegar al éxito

«Falta de imaginación y buenas ideas», fue el argumento que le dieron a un joven Walt Disney cuando lo despidieron del diario Kansas City Star. En 1962, los estudios de grabación Decca Records rechazaron grabar con The Beatles al considerar que la novel banda británica nunca iba a tener un lugar en el negocio de la música. La diseñadora de moda Vera Wang, hoy una de las más famosas de la industria, no sería tal si no hubiera antes fracasado en su intento por dedicarse al patinaje artístico olímpico.

Los ejemplos de fracasos iniciales, traspiés y errores antes de saborear el tan preciado éxito, abundan en ámbitos muy diversos. Y en el emprendedurismo, el tema del fracaso y el error son recurrentes, en una sociedad que todavía, para algunos, se resiste a aceptarlos como parte casi obligada del camino.

Los especialistas coinciden en que el miedo a equivocarse es uno de los motivos más comunes para desistir de un proyecto, pero que equivocarse está dentro de lo esperable cuando se emprende y por ello el buen emprendedor debe tener tolerancia al fracaso.

«Incorporar como sociedad esa forma de ver ‘el fracaso’ puede hacer que el trance sea menos duro para quien lo atraviesa», explica Gabriela Macagni, directora ejecutiva de Endeavor Argentina.

«Un emprendedor que ha fracasado alguna vez seguramente tiene aprendidas unas cuantas lecciones. No sólo sabe lo que tiene que hacer, sino que aprendió aquello que no tiene que hacer», agrega. Y comenta que «muchos fondos de inversión privilegian a quienes han atravesado estas situaciones en negocios anteriores para confiar su capital, ya que asumen que las habilidades adquiridas involuntariamente son altamente valiosas para enfrentar futuros momentos complejos».

«Cuando uno empieza no sabe cuál va a ser el camino correcto. El proceso se le llama ‘discovery’, donde uno prueba una hipótesis, del resultado de eso seproducto y sea lanzar, promocionar. Alteraciones de este proceso logran el producto y la empresa óptima», señala Pablo Orlando, cofundador de INICIA, y además cofundador y director de GoodPeople.com, una Marketplace de lifestyle que opera en la Argentina, Chile y México.

Según Orlando, el error es un «compañero de vida». «Hasta las grandes compañíasúany marcas. Se puede ver ende consumo masivo como gaseosas y alimentos, por ejemplo.error no debe verse como tal, sino como unagrega.

Sally Buberman es cofundadora de WormholeIT, una compañía argentino-americana que creó la primera plataforma de enseñanza on line en vivo (live learning).

Para ella equivocarse a la hora de emprender significa aprender. Pero aclara: «Si como emprendedor no se tiene la capacidad de aceptar errores y aprender de ellos, se está destinado a que éstos se conviertan en el peor enemigo del emprendimiento y termine fracasando severamente».

«La vida del emprendedor es como una montaña rusa donde hay más momentos de adrenalina y angustia que de emoción», dice Buberman.

«Las estadísticas demuestran que la mayoría de las empresas fracasan en sus primeros años de vida por diferentes motivos. Por lo tanto, si uno no tiene tolerancia al fracaso y a la posibilidad de equivocarse, probablemente no sirva para este camino profesional», añade.

Ahora bien, tanto se insiste con el concepto del error y el fracaso como motores del emprendedurismo, que la pregunta surge casi instintivamente. ¿Existe una apología del error en el mensaje hacia el emprendedor? Según Buberman, sí. «Creo que muchos emprendedores cometemos el error de enfatizar los errores como algo bueno y hacer tal vez una apología de ello, en contraste con nuestra cultura, que, por lo general, castiga el fracaso». Sin embargo, reitera que «los errores son buenos en la medida en que uno pueda aprender de ellos».

Para Macagni no se trata de apologías, sino de entender el error desde un enfoque diferente. «Cuenta la célebre anécdota que Thomas Edison necesitó unos varios miles de intentos fallidos antes de inventar la bombita de luz y que, ante la pregunta, ¿cómo se puede fracasar tantas veces sin desistir?, respondió: ‘Yo no he fracasado miles de veces, sino que he encontrado miles de formas diferentes de cómo no funciona'».

(fuente: ambito.com – Por: Soledad Ytuarte – 28/10/14)