(f) El Pacto Global (PG) es una iniciativa de la ONU que tiene como objetivo promover comportamientos responsables del sector privado a través de la adopción de un conjunto de principios universales relacionados con los derechos humanos, los estándares laborales, el ambiente humano y natural, y la transparencia. La Red Argentina del Pacto Global -capítulo nacional que promueve e implementa su programa de acción- acaba de festejar su noveno aniversario.
Esa fecha sirve de excusa para repasar los logros, las buenas prácticas y los desafíos encontrados durante estos años de trabajo y compromiso. Pero principalmente, para analizar el impacto real que esta iniciativa está teniendo en el país.
En primer lugar cabe aclarar que el Pacto Global es una propuesta integral de Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Las empresas que adhieren al Pacto Global asumen así el compromiso de conseguir buenos desempeños -en forma simultánea- en materia de derechos humanos, derechos laborales, ambiente humano y natural y de transparencia.
La Red Argentina es una invitación abierta a todo el sector empresarial. Alrededor de 300 empresas durante estos 9 años fueron incorporadas al PG en la Argentina. Es muy destacable que tanto las grandes empresas (multinacionales, nacionales y translatinas) como las pequeñas y medianas (el 60% de esas 300 empresas tienen menos de 250 empleados) se comprometieron con los principios de la ONU en RSE, y comenzaron a incorporar la agenda del desarrollo sostenible en sus políticas y procedimientos corporativos.
Uno de los resultados más destacables es que el lanzamiento del Pacto Global promovió un ingreso masivo del empresariado nacional al movimiento de la responsabilidad social. Antes de la existencia de la Red Argentina, términos como RSE o desarrollo sostenible eran apenas conocidos por algunas empresas, muchas de las cuales estaban agrupadas en cámaras o pequeñas asociaciones empresariales. Desde abril de 2004, momento de lanzamiento de la iniciativa en el país, el movimiento de la RSE cobró fuerte impulso y constatamos que en la actualidad, los empresarios del país demuestran gran interés por el tema.
Por otro lado, el Pacto Global contribuyó a promover mecanismos de acceso a la información y a los resultados de gestión corporativos en materia de sostenibilidad. Dado que uno de los criterios para adherir y permanecer en el PG es proveer datos e informes actualizados y en forma constante, las compañías que elaboran, publican y comparten sus reportes de Responsabilidad Social con sus colaboradores, clientes, proveedores y la comunidad en general son las que permanecen en la iniciativa. El número de empresas que anualmente está en condiciones de reportar ha aumentado de una docena -ése era el número de corporaciones en 2003- a más de un centenar -106 para ser más precisos a diciembre de 2012-. Esto ha promovido una cultura de producción de datos e información, y facilitado el acceso a la misma por parte de los grupos de interés, situación que no existía hace una década.
Este balance, si bien positivo, nos sitúa en un escenario con nuevos desafíos y propuestas, para sumar en las actividades de los integrantes de la Red Argentina para el Pacto Global. En este sentido, una agenda que profundice el compromiso con sus principios necesita en esta etapa:
1. Internalizar el enfoque de derechos humanos en la gestión empresaria . Impulsar principios que fortalezcan la relación entre las empresas y los derechos humanos. Aquellas deben, al menos, colaborar con los Estados en su promoción, asegurando el respeto por los mismos y estableciendo mecanismos de remediación en caso de su vulneración por la acción -u omisión- empresarial.
2. Extender los derechos laborales a la cadena de valor. La tragedia de Bangladesh, empujó al PG de la ONU, a expedirse sobre la importancia que las grandes empresas deben otorgar al cuidado en su cadena de suministros, y el deber de atender sus responsabilidades por respeto a derechos tan básicos como la salud y la seguridad en el trabajo. Respecto de esto, en la Argentina una experiencia liderada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, con un conjunto de empresas y con apoyo de la Red Argentina, es un claro ejemplo de las buenas prácticas que pueden implementarse.
3. Promover un compromiso integral con la sostenibilidad. El sector empresario, entonces, puede convertirse en un protagonista a favor de la promoción de la equidad, la inclusión, la sostenibilidad, que son los tres aspectos fundamentales de la agenda mundial discutida en la cumbre Río + 20, y que serán los ejes de la agenda del desarrollo Post 2015.
4. Continuar fomentando el acceso a reportes e información de la gestión empresaria. Es necesario reconocer la importancia de comunicar el desempeño anual a todos los grupos de interés. Proponemos crear instancias voluntarias de consulta y diálogo con las partes interesadas. Este ejercicio debe realizarse antes de la presentación del reporte de Sustentabilidad o de la Comunicación sobre el progreso al Pacto Global. De esta manera la empresa abre la posibilidad al monitoreo y evaluación de su impacto económico, social y ambiental a los grupos de interés con conocimiento en la temática (academia, fundaciones, empresas, etcétera).
Éstas son algunas de las propuestas que la experiencia nos permite sugerir. El propósito, claro está, es seguir motivando a las empresas integrantes de la Red Argentina y alentar a las nuevas, a abrazar el camino del desarrollo sostenible. Sólo así entre todos podremos construir el futuro que queremos.
(de http://www.lanacion.com.ar/1587489-como-impacto-el-pacto-global-en-el-pais Por Martín Santiago Herrero | Para LA NACION)
(fuente: Red Pacto Mundial Argentina – Boletín Julio- Naciones Unidas)